“La amistad es uno de los valores más sagrados que hay en el ser humano”: P. Bernardo Botero, S.J."

Por: Luz Mery Cortés L.
Marzo 20, 2018
El padre Botero, nació en la Bogotá de 1947. Ingresó a la Compañía de Jesús en el año 1963, se ordenó sacerdote en 1976 e hizo sus últimos votos en 1997. Es Magíster en Administración de Empresas de la Universidad de los Andes y cuenta con una especialización en Sistemas de Información Gerencial de la Universidad Xavier, Cincinnati, Estados Unidos.
Dentro de los distintos encargos apostólicos ha sido Subdirector del CINEP/PPP, Director de Sistematización de la Provincia, Director Administrativo y Financiero del Colegio San Bartolomé La Merced, Consultor de Provincia – Revisor de las casas y obras de la Provincia y Administrador de la Provincia Colombiana.
Se define como una persona calmada, más reflexiva que activa y señala: “Soy muy amiguero y para mí, la amistad es uno de los valores más sagrados que hay en el ser humano”. Un apasionado por la lectura, lo que le ha permitido fortalecer su trabajo. En su tiempo libre disfruta de viajar por carretera y recuerda mucho y con cariño, la ida a las fincas de la Compañía, en especial las cercanas a Bogotá.
Pero también es una persona a la que le disgusta la deslealtad y la mentira. Y al respecto enfatiza: “Prefiero que me digan las verdades, aunque sean dolorosas y que no me engañen”.
¿Cómo nació su vocación sacerdotal?
Mi vocación nació siendo alumno del colegio San Bartolomé La Merced. Yo entré al colegio en el año 1953, recién llegadas las hermanas de la Congregación Siervas de San José que comenzaron a dirigir la primaria, empecé en segundo y terminé el quinto grado. En este último año, me sentí cuestionado sobre mi vocación religiosa a raíz de unos retiros espirituales, pedí que me permitieran hacer la secundaria en la Apostólica El Mortiño, Zipaquirá y fui admitido. En cuarto de bachillerato ingresé al noviciado y todo se fue dando lentamente sin mayores tropiezos, para mayor gloria de Dios.
¿Durante 6 años fue Administrador Provincial. ¿Cómo fue esa experiencia?
Directamente en el cargo fueron seis años, pero desde mucho tiempo atrás yo venía colaborando en la Administración Provincial. Una vez terminé la maestría en Administración de Empresas, en la Universidad de los Andes, el P. Jaime Salazar, S.J., ecónomo de la Provincia, me pidió que estuviera más cerca de la oficina.
En ese momento asumía el cargo de Director Administrativo y Financiero del CINEP/PPP y por las tardes venía a la Administración Provincial para ayudar a Jaime. Posteriormente, cuando llegó Roberto Caro, S.J., como Administrador, me vinculé y ya cuando lo reemplazó Héctor López, S.J. estuve colaborando medio tiempo.
Esta experiencia para mí fue interesante porque puse al servicio de la Compañía lo que había estudiado y porque conocí a los jesuitas desde la faceta económica y administrativa.
Traté de hacer las cosas lo mejor posible. La función del Administrador es fortalecer los fondos provinciales que son cuatro: El de formación, el apostólico, el de salud y el de dotación, que es el mismo de fundaciones. Y quiero resaltar el apoyo que le hemos dado a las obras con el tema de reforzamiento estructural de las edificaciones donde están, que aunque no contamos con todos los recursos es un proceso que inevitablemente hay que hacer.
Estoy profundamente agradecido con Dios por este tiempo de trabajo y muy contento con el equipo que me acompañó en esta misión. ¡Es magnífico!
Durante su misión como Administrador Provincial, la Compañía de Jesús en Colombia tomó conciencia de “sentido de cuerpo.” ¿Podría hablarnos un poco del tema?
Sí, yo creo que esa fue mi labor en los últimos años. Actualmente somos una única entidad ante el Estado colombiano y para lograr este propósito encontré mucha colaboración de compañeros jesuitas.
Vivimos un proceso de unificación en donde todos los bienes de la Compañía de Jesús fueron incluidos en un solo estado financiero y esto nos permitió crear conciencia de cuerpo, yo juzgaba que no la tenía, no sé si estaba en lo cierto o no. Creo que sí, porque luego me di cuenta que había más identidad, sentido de pertenencia con la persona jurídica que tenían.
Y hablando de sentido de cuerpo, el trabajo en equipo para usted como Administrador fue fundamental, ¿verdad?
Totalmente. Hay dos o tres cosas que quiero resaltar y que son fundamentales: Primero, la confianza. Segundo, el que todos los funcionarios que estaban a mi cargo hacen parte de un equipo de trabajo y por más que yo sea jesuita y las otras personas laicas, hacemos parte del proyecto de la Compañía de Jesús. Ese es el Proyecto que está por encima de todos nosotros y todos estamos en función de ese servicio.
Los compañeros apostólicos recuerdan mucho un encuentro que usted propició a finales del 2012 y que integró a los funcionarios de la Curia Provincial, de las fincas y de algunas comunidades, entre otros.
Por supuesto, ese fue el Primer Taller de Reforzamiento Organizacional que se realizó en noviembre de 2012 en las instalaciones del Colegio Mayor de San Bartolomé y de la Universidad Javeriana, en Bogotá. Fue para todos los funcionarios que dependen de la Curia Provincial.
Consideramos que era vital que los compañeros apostólicos entendieran lo importantes que son para la Compañía, lo fundamental que es tener sentido de pertenencia en el trabajo, que supieran el lugar que cada uno ocupa en la Compañía, los beneficios que cada uno tiene y también las políticas institucionales que deben conocer y cumplir.
Fue un espacio valioso y gratificante. Por ejemplo, conversamos con muchos colaboradores apostólicos en el marco de la reunión, pero me acuerdo particularmente de Sylvia Pinzón, una señora que en ese momento tenía 27 años trabajando en la cocina de la Curia Provincial y nos decía: “Estoy muy feliz de haber participado en la reunión por todo lo que aprendí. Amo la confianza que los jesuitas me dan en el trabajo y vivo orgullosa de trabajar en la Compañía de Jesús.” Sentí en esas palabras un gran sentido de pertenencia. Eso es esencial para nuestra misión.
¿Qué viene ahora para el P. Botero, S.J.?
Tendré un tiempo de descanso, un año sabático, ya hablé con el Padre Provincial sobre el tema. Una de las posibilidades que tengo es ir a Europa para hacer un curso de espiritualidad en Manresa. Estoy en contacto con los jesuitas de España para ver qué probabilidades hay. Por ahora, estoy finalizando el empalme con José Leonardo para apoyarlo en esta nueva misión que emprende.