“La alegría de compartir fraternalmente la vida con nuestros Hermanos Jesuitas”

Por: Jesús Enrique Díaz Corpas, S.J.
Marzo 18, 2019
Del 1 al 3 de marzo se realizó en la finca de San José de Potosí, el octavo encuentro de Hermanos Jesuitas de la Provincia de Colombia, con la participación de 17 hermanos: 14 de la Provincia colombiana y tres hermanos provenientes de las provincias de Chile, México y Perú que se encuentran realizando entre nosotros su formación en estudios especiales.
Iniciamos el encuentro con un retiro espiritual orientado por el Provincial, Carlos Eduardo Correa, cuyos puntos de meditación fueron tomados del capítulo primero de la exhortación del papa Francisco “Gaudete et Exsultate” sobre el llamado a la santidad en el mundo actual, espacio que se tomó toda la mañana del sábado para hacer resonar una vez más en los Hermanos el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en nuestro seguimiento al Señor. El retiro terminó con la Eucaristía.
La tarde del sábado fue un espacio muy inspirador, donde compartimos la vida y la vocación de ser jesuita hermano, un momento en que uno a uno iba contando su historia, hermanos veteranos y hermanos muy jóvenes expresaron la alegría de ser jesuitas hermanos desde lo que hacen, vidas todas tejidas desde el valor profundo de la fidelidad al Señor, vocaciones centradas en servicios que son tan pequeños, como necesarios y grandes, para la misión de la Compañía y el compromiso con la Iglesia.
Escuchar la experiencia de vida de los Jesuitas Hermanos más jóvenes, y que se encuentran en la etapa de formación y estudios especiales, es la muestra viva que esta vocación a la vida consagrada como Hermanos en la Compañía de Jesús sigue siendo genuina para otros que quieran abrazar este estilo de vida; estos hermanos jóvenes compartieron las exigencias que tiene su formación académica en función de la misión y a su vez la responsabilidad de atender en la obra donde viven un destino apostólico encomendado por la Compañía.
El domingo 3 de marzo, nuestro encuentro estuvo orientado por los padres Víctor Martínez y Luis Javier Sarralde, Asistente de Formación de los nuestros y de Apostolados respectivamente. Víctor Martínez dio una charla titulada “Hermanos Jesuitas de ayer, hoy y siempre. Una vocación para el tiempo actual de revitalización. Exaltamos de esta charla tres grandes ideas de vital importancia para la vida del jesuita hermano:
- “Los jóvenes de hoy, como los de ayer, participan del gran potencial de la sociedad actual así como las de sus sombras. No podemos comparar lo mejor del pasado con lo peor del presente. Toda montaña tiene su sombra y siempre van juntas, es así como los jóvenes tienen fortalezas y debilidades. Son ellos a quienes hoy también, llama el Señor a vivir esta vocación de hermano jesuita”.
- Los hermanos hoy nos ofrecen relatos muy configurantes en una gama intergeracional, todos ellos modos válidos de estar en la realidad de la Compañía, afianzados por la vida en el espíritu, la formación recibida, el trabajo que se realiza y la comunión de vida que tejen.
- La vocación de nuestros hermanos debe ser comprendida, estimada y estimulada al interior de nuestra Compañía. Apreciar la riqueza que nos ofrece su identidad, nos lleva a valorar y ser conscientes de su necesidad.
El P. Luis Javier nos exhortó, para que meditáramos personalmente y compartir desde el corazón, una charla que él tituló “Testigos patentes de vida consagrada en la Compañía de Jesús de todo tiempo y lugar” Inicia Luis Javier su intervención trayendo a la memoria la vida de muchos hermanos jesuitas de nuestra Provincia, haciendo una reflexión muy profunda sobre su vida y señalando que “en cada ciudad hay una historia de heroísmo, de abnegación, de santidad, de entrega y vida apostólica de los Hermanos”. En esta charla hicimos un recorrido por todas las obras de la Compañía que nos lleva a reconocer la vida de estos Hermanos realizando su labor apostólica de diversas maneras: hermanos dedicados a la arquitectura, la construcción, el arte, la educación, el apostolado social, la catequesis, la administración, agricultura, la cocina, entre otros. En cada una de estas vidas de Hermanos que han partido a la casa del Padre Dios, “han dejado una huella, la de Cristo encarnado en el rostro alegre, acogedor, jovial, franco, sencillo, sin pliegues”
Resalta también la exposición de Luis Javier, “la rica historia de los Hermanos Santos y Beatos y la multiplicidad de trabajos y ministerios que ellos llevan a cabo por todo el mundo y que muestran claramente la variedad y complementariedad de la misión apostólica del Jesuita Hermano en la Compañía”
También cabe la pena destacar el hermoso coloquio que se tuvo en torno a tres grandes preguntas orientadoras, el cual fue un espacio para una profunda reflexión de todos:
1. ¿Qué veo que puedo hacer en la Provincia para fortalecer aún más el cuerpo apostólico de la Compañía?
2. ¿En qué preferencia apostólica universal de la Compañía encuentro más eco a lo que hago actualmente y en lo que puedo hacer en el futuro?
3. ¿Qué le dirías a todos en la Provincia y al Provincial acerca de aquello en que deberíamos insistir más?
Guiados por el buen espíritu se fue construyendo un diálogo muy inspirador que sin duda alguna logró sus frutos: fortalecernos e impulsarnos a todos seguir cultivando nuestra vocación y a su vez ser promotores vocacionales de jóvenes que quieran vivir este estilo de vida sencillo, para seguir y servir al Señor en la Compañía de Jesús.
Concluimos este Encuentro con la Eucaristía de acción de gracias a Dios por todo el bien recibido hasta ahora como Jesuitas Hermanos y animados por el evangelio del domingo, que nos invitaba a tener el valor de mirar dentro de nuestro corazón sin miedo y tratar de remover con sinceridad la viga que seguramente tenemos. Así estaremos más ligeros para seguir a Jesús y amar a nuestros hermanos y hermanas a quienes servimos.
No podemos dejar de agradecer la gran acogida de nuestro Provincial, que nos acompañó durante todo el Encuentro y lo mismo el cariño de Jesús Prieto, Víctor Martínez y Luis Javier Sarralde.
Partimos todos de nuevo a nuestros destinos de misión y en la espera gozosa de los frutos de nuestro octavo Encuentro de Jesuitas Hermanos.