Respuesta a 'Gabino'

Por: Francisco de Roux, S.J.
Mayo 7, 2015

El primer punto del V congreso afirma que el Eln quiere la paz. Comparto este anhelo de una paz en serio, que visualizo como un proyecto de nación libre, donde el Estado garantice a todas las personas las condiciones para vivir a plenitud la dignidad humana, sin exclusiones y equitativamente. Un Estado participativo, justo, sin impunidad ni corrupción, con soberanía alimentaria y protección de la naturaleza, donde los empresarios eleven el valor humano y natural de los territorios y privilegien el empleo, y haya tierra y futuro para un campesinado libre de la coca y de la minería criminal, donde la seguridad provenga de la confianza colectiva y no de las armas. Estoy convencido de que esta paz es posible y de que las conversaciones de La Habana y el apoyo internacional nos dan una oportunidad histórica única.

El segundo punto dice que el Eln quiere lo que la sociedad quiera. Debo decirle con certeza que lo primero que quiere la sociedad es que el Eln pase ya a la lucha política para que juntos trabajemos la agenda de los cambios estructurales y derechos humanos de la paz verdadera. Muchos compartimos esta agenda, que no necesita de una convención nacional y cuya realización solo será posible en el debate político, sin armas ni de derecha ni de izquierda, para decidir colectivamente la solución de los problemas. Lo invito a apoyar esta petición de la sociedad, pues el V congreso del Eln decidió apoyar lo que la gente quiere. Hágalo por la memoria de Camilo, que sembró en ustedes la pasión por la voluntad popular.

El tercer punto es que el Eln acompañará, alzado en armas, a la sociedad, hasta que el Estado ponga en práctica lo que la sociedad quiere. ‘Gabino’, créame que la inmensa mayoría de los colombianos no queremos que ustedes nos acompañen alzados en armas. Los queremos aquí, trabajando mano a mano con nosotros, en la lucha ética y social, con la capacidad y el arrojo con que entregaron la vida por la causa como la entendieron. Tiene que haberlo analizado: en Colombia somos 5 o 6 millones que buscamos un cambio estructural, pero consideramos la lucha armada hoy un obstáculo; en este grupo, unos se ubican en la lucha ética civil sin adscribirse a partidos, otros militan en la izquierda democrática, o en los movimientos sociales, educativos y de opinión, muchos inspirados en el Evangelio. Hay además 43 millones de colombianos que no están de acuerdo con la guerrilla, y por lo menos la mitad, entre los cuales están las víctimas, están en contra de la guerra y gritan que la paren ya. Hay, finalmente, una minoría radical de unos pocos miles que, sin tomar armas, ven en ustedes un soporte para las luchas populares y para hacer presión ante el Estado, y aún ahí hay un gran debate sobre si la guerrilla es hoy un soporte o un inconveniente para la lucha por los derechos.

Por todos estos motivos, lo invito a que nos acompañen sin fusiles en un debate democrático audaz, ético, social y político por los cambios que este país necesita. No nos pongan en la sin salida de que ustedes van a entrar sin armas en el proceso el día que ya haya paz, cuando la paz pide precisamente que cesen las armas para empezar a construirse. No deje que el Eln frustre trágicamente la esperanza del pueblo por el que se juraron la vida.