El servicio como distintivo del cristiano

Pensando en Voz Alta

Por: Enrique A. Gutiérrez T., SJ

En diversas oportunidades me he preguntado cuál es el gusto que cierto tipo de personas le encuentran al ejercicio del poder, del prestigio, del sentirse el centro de las miradas y conversaciones de la gente. Esto lo digo porque la realidad nos muestra que es algo agobiante, que desgasta y que quien ha tenido esas responsabilidades termina envejecido. Por otro lado, encuentra uno personas que, en forma silenciosa y discreta, entregan su vida al servicio de los demás en diversos ministerios o actividades como los hospitales, las cárceles, los centros educativos, los ancianatos, para nombrar solo algunos. ¿Dónde está la diferencia?

Creo que esto se puede entender a la luz del texto del evangelio de este domingo. Jesús les dice a los discípulos “quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos”. Más aún, esa actitud es posible teniendo una actitud como la de un niño. Los discípulos se sintieron avergonzados porque en el camino habían estado discutiendo sobre quién era el más importante. Era algo ilógico en la dinámica de lo que Jesús les enseñaba. No era el camino del poder, el prestigio, la riqueza. Era el sendero del servicio, el amor, la humildad. Entran en contraposición las dos escalas de valores. De cada persona depende la decisión que tome y el rumbo que le dé a su vida.

Es lo que nos dice la segunda lectura, tomada de la carta del apóstol Santiago cuando afirma: “ambicionan algo y no pueden alcanzarlo; así que luchan y pelean”. Y el mismo texto pone el contraste “los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la justicia”. De cada uno de nosotros depende cuál de los dos caminos escoger en la vida ya que “donde hay envidias y peleas, hay desorden y toda clase de males”.

Me pongo a pensar en la escena de los discípulos, los argumentos y razones para enfatizar por qué y quién era el más importante. Esa era su discusión. Pero hay algo que el texto no dice y es para qué discutían ellos eso. Porque en el fondo, el asunto es una cuestión de poder y prestigio. Sus maneras de ver y analizar las cosas no habían interiorizado el mensaje de Jesús y lo que implica su seguimiento.

Hemos celebrado el día del amor y la amistad. Un asunto más comercial que existencial. Sin embargo, pienso que en la línea de lo que estamos reflexionando podemos decir que la mejor manera de amar es a través del servicio, de la entrega desinteresada, de la capacidad de buscar siempre lo mejor para la otra persona, de lo que la pueda hacer feliz. En el fondo, amar es servir y servir es amar. Cuando amas y sirves, eres feliz y le das un profundo sentido a tu vida porque has puesto el centro de la misma fuera de ti, como dicen algunos, te has descentrado para mirar al otro, para centrarse en esa persona, para ayudarla a ser feliz.

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