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Misión

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¿Quiénes somos?

La Compañía de Jesús es una Orden religiosa fundada por San Ignacio de Loyola y sus compañeros, en 1540. Está conformada por sacerdotes y hermanos que han acogido el llamado a ser “compañeros de Jesús” y a colaborar con su misión en la tierra. Desde sus inicios, los jesuitas hemos sido misioneros enviados a las fronteras humanas y sociales, para ejercer un servicio enfocado hacia el servicio de la fe, la vida interior, la reconciliación y justicia, y el bien común. Actualmente, la Compañía de Jesús cuenta con más de 15000 jesuitas en todo el mundo, que participan en distintos escenarios espirituales, sociales, pastorales y educativos formando un cuerpo para el Espíritu al servicio de los demás. 

La historia de la Compañía en Colombia se remonta a 1598, con la llegada de los primeros jesuitas a Cartagena que venían a ocuparse de diversos ministerios y preparar la fundación de un colegio bajo el modelo educativo de la Compañía. Sin embargo, fue hasta el 8 de diciembre de 1924 cuando entró en vigor el Decreto de creación de la Provincia de Colombia, firmado por el padre Wlodomiro Ledochowski, SJ, con el cual se separó de la Provincia de Castilla, de la cual dependía. 

Nuestro fundador

“Cuanto el bien es más universal, es más divino”.

San Ignacio de Loyola

 

Ignacio de Loyola nació en 1491 en Guipúzcoa, España, en una familia noble de su tiempo. Fue bautizado con el nombre de Íñigo López de Recalde, pero, después de estudiar en París (Francia), tomó el nombre de Ignacio. En su juventud, soñaba con convertirse en un afamado caballero y alcanzar el honor y la gloria. Sin embargo, sus planes cambiaron drásticamente en la primavera de 1521. Mientras combatía contra el ejército francés, en la batalla de Pamplona, fue herido gravemente en la pierna por una bala de cañón y pasó los siguientes meses postrado en una cama. Su recuperación fue decisiva para vivir una conversión interior profunda que lo motivó a acercarse a la espiritualidad. Durante la mayor parte de su convalecencia, leyó libros sobre la vida de Cristo y biografías de santos, al no haber libros de caballería disponibles. Este hecho le permitió identificarse con los actos heroicos de personas que se habían dedicado a compartir la vida, servir en la Iglesia y transformar el mundo. Desde entonces, empezó a percibir como Dios lo invitaba a dejarse guiar y a permitir su paso, inspirándolo a llevar una vida de servicio solidario y transformación espiritual.

Nuestro modo de proceder

“La forma de la Compañía está en la vida de Ignacio”.”Dios nos lo puso como un ejemplo vivo de nuestro modo de proceder”.

Jerónimo Nadal  

Vivimos nuestra misión reconociendo que Dios actúa en nosotros, descubriendo sus huellas en todas partes y contemplando su presencia en medio de la acción. Nos sentimos llamados a ser compañeros de Jesús, como lo fue Ignacio, en medio de comunidades fraternas que unifican nuestras diferencias y nos invitan a la creatividad. Hacemos parte de un Cuerpo Apostólico plural integrado por numerosas personas que viven una experiencia profunda de Dios y se sienten enviadas a compartirla con otros, por medio de la espiritualidad ignaciana. Nos sentimos impulsados a descubrir, redefinir y alcanzar el magis, la siempre mayor gloria de Dios. El discernimiento constante y participativo para la toma de decisiones, la colaboración y el trabajo en red son elementos importantes de nuestro quehacer que favorecen la unión y reflejan el actual movimiento de la Iglesia hacia una mayor sinodalidad.

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