Por: José Martínez de Toda, S.J.
martodaj@gmail.com Moderador/a: Buenos días. Estamos aquí en el Estudio… (Se presentan los participantes). El Evangelio del domingo de hoy nos habla de algo que a todos nos gusta: el amor.Escuchemos lo que dice Jesús. Lectura del santo evangelio según San Juan (Juan 13, 31-35)NARRADOR/A – Cuando salió Judas del cenáculo, Jesús dijo: JESÚS – Ahora es glorificado el Hijo del hombre y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco por estar con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros, como yo les he amado. La señal por la que conocerán que ustedes son discípulos míos, será que ustedes se amen unos a otros. Pregunta 1 – ¿Qué es lo más llamativo en el evangelio de hoy?Sin duda, cuando dice Jesús: “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros, como yo les he amado”. Esto lo dijo Jesús varias veces en su vida. Pero hoy de una forma muy solemne, pues se está despidiendo. Es su último mensaje, el más importante.En la Última Cena, Jesús espera a que Judas el traidor se vaya, y comienza a desahogarse diciendo: “Ahora es glorificado el Hijo del hombre”. Pregunta 2 – ¿Qué significa que el Hijo del Hombre es glorificado?En sentido bíblico, la ‘gloria’ pertenece sólo a Dios; es lo que lo distingue como Dios. Por ejemplo, la gloria de Dios se reveló en el Sinaí (Éxodo 24:16-17), cuando Él le dio a Moisés las Tablas de la Ley con los 10 Mandamientos. Ahora Jesús tiene la gloria divina precisamente por obedecer al Padre, que le manda renunciar a la gloria terrena y asumir la humillación y la muerte en cruz (10:17-18) junto con la resurrección y ascensión. La gloria quedó revelada en la cruz y en la tumba abierta y vacía. Pregunta 3 – ¿Es bello este Mandamiento del Amor?<Una vez un hombre preguntó: ¿Hay algo más hermoso en la vida que un muchacho y una muchacha, agarrados de la mano y de corazón puro, que caminan hacia el matrimonio? Y una madre contestó: – Sí, hay algo más hermoso. Es la visión de un hombre y una mujer ancianos haciendo su viaje final juntos. Sus manos débiles pero todavía unidas, sus caras arrugadas pero todavía radiantes, sus corazones cansados pero todavía amándose.> Los dos amores son muy bellos: el amor joven y el amor viejo, el amor de siempre. Pero Jesús amplía esta belleza del amor. Y nos presenta no sólo el amor de pareja, sino el amor universal, que llega a todos, incluso hasta a los enemigos. Esto es lo novedoso de Jesús. Jesús es el profeta del amor. Nadie ha predicado tanto el amor como Jesús. Es su distintivo. Por eso tiene tantos seguidores en todos los tiempos. Él supera a todos. Pregunta 4 – ¿Y en la Biblia se ve esta novedad?Algo de este tipo de amor se menciona en el Antiguo Testamento, pero muy pocas veces: “Ama al prójimo y al extranjero como a ti mismo” (Levítico 19:18, 19:34). Pero el amor cristiano va más allá: – Primero, Jesús nos manda amar aun a los enemigos (Mateo 5, 43-48). – Segundo, Jesús nos manda tener un amor de servicio humilde, hasta llegar a lavar los pies de los demás (13:1-20). Lo nuevo es amar «como Yo os he amado», es decir, sin condiciones, sin reservas, sin fronteras, sin protección, hasta la muerte en cruz, con el corazón perforado, con las manos clavadas, en la cama de la cruz. “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos.”Una vez Pedro le preguntó a Jesús: “¿Cuántas veces tengo que perdonar: hasta siete veces?”. Jesús le respondió: “Hasta 70 veces siete”, es decir, siempre. – Tercero, este nuevo mandamiento inaugura una nueva Alianza con Dios (Jeremías 31:31-34). La antigua Alianza era obedecer al Torá. La nueva Alianza es amar a todos. – Cuarto, este nuevo mandamiento es positivo y abierto. Muchas leyes del Antiguo Testamento tenían una formulación negativa: “No matar, no robar”, aunque en él predomina la afirmación de la vida y del fruto del trabajo, que es lo más positivo del mundo. Jesús dice de frente: “Ama”. Eso incluye lo que prescribía el Antiguo Testamento y lo lleva más allá. Hace del amor un amor sin límites. Y con una preferencia para los más necesitados. Pregunta 5 – ¿No debería ser esto lo que nos caracteriza a los cristianos?Jesús nos lo dice: «La señal por la que conocerán que ustedes son discípulos míos es que se amen unos a otros». Y así, de los primeros cristianos los paganos decían: «Miren cómo se aman». (Tertuliano, Apología). <Una vez un famoso pintor perdió su pasaporte en Europa. Al llegar a la frontera, le explicó al guardia fronterizo que acababa de perderlo, pero que se llamaba “Paul Gustave Dore”, un pintor muy reconocido. El guardia no se fiaba, y le replicó que muchos intentaban pasar la frontera con falsos nombres. El pintor insistió. Y el guardia le dijo: – “OK, pruébeme que usted es ese famoso pintor. Ahí tiene varios campesinos. Dibújelos”. El pintor lo hizo tan bien y tan rápido, que el guardia ahora sí le creyó. Su dibujo confirmó su identidad.> La identidad cristiana es amarnos. Dicen que si un cataclismo quemara toda la Biblia, y quedara sólo una página sin quemarse, con una cita que resuma toda la Biblia, esa cita debería decir que Dios es amor, un amor que se verifica en el amor al prójimo. Pregunta 6 – ¿Cumplimos los cristianos de hoy con este amor?Aquí es donde fallamos nosotros. Lo proclamamos, pero no lo cumplimos.<Al gran Mahatma Gandhi le preguntaron una vez qué pensaba él del cristianismo. Tengo un gran respeto por el cristianismo. Leo con frecuencia el Sermón de la Montaña y he aprendido mucho de él. No conozco a nadie que haya hecho más por la humanidad que Jesús. De hecho, no hay ningún error en el cristianismo. El problema son los cristianos. -Ustedes no viven según sus enseñanzas.> Y Jesús les dirá a sus discípulos que se amen uno a otro, pero antes Él se lo dice con su ejemplo. S. Francisco de Asís decía a sus frailes: «Prediquen el evangelio siempre, y, si hace falta, usen las palabras.» Lo importante es ponerlo en práctica. DespedidaLes invitamos a la Misa, a la Eucaristía, sacramento del amor. Ahí aprenderemos lo que es el verdadero amor: el verdadero amor del que es fiel en el anuncio del Reino de Dios, de su bondad misericordiosa, hasta llegar a morir por nosotros en la cruz, y a quedarse con nosotros en la Eucaristía.