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Agosto 1: “Yo soy el pan de vida”

Domingo 18B TO: «Danos siempre de ese pan» | GUIÓN RADIOFÓNICO (con preguntas y respuestas) (sobre el Evangelio del Domingo) Por: José Martínez de Toda, SJ 
martodaj@gmail.com Moderador/a: El Evangelio del domingo de hoy sigue a la multiplicación de los panes del domingo pasado. Entonces, Jesús dio pan material a una multitud hambrienta. Hoy nos da el pan espiritual, el pan de vida, que es Él mismo. Escuchémoslo. 
Lectura del santo evangelio según san Juan  (Juan 6, 24-35)
Narrador/a – En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
Seguidor – Maestro, ¿cuándo has venido aquí?
Narrador/a – Jesús les contestó: 
Jesús – Les aseguro: me buscan no porque hayan visto signos, sino porque comieron pan hasta saciarse. Trabajen no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura, dando vida eterna; el que les dará el Hijo del hombre, pues a este lo ha sellado el Padre, Dios. 
Narrador/a – Ellos le preguntaron: 
Seguidor – ¿Cómo podremos ocuparnos en los trabajos que Dios quiere?
Narrador/a – Respondió Jesús:
Jesús – Este es el trabajo que Dios quiere: que crean en el que Él ha enviado. 
Narrador/a – Ellos le replicaron: 
Seguidor – ¿Y qué signo vemos que haces tú para que creamos en ti? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: “Les dio a comer pan del cielo”.
Narrador/a – Jesús les replicó: 
Jesús – Les aseguro que no fue Moisés quien les dio pan del cielo, sino que es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo.
Narrador/a – Entonces le dijeron: 
Seguidor – Señor, danos siempre de ese pan. 
Narrador/a – Jesús les contestó: 
Jesús – Yo soy el pan de vida. El que viene a mi no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará nunca sed.
 
Pregunta 1.  En este evangelio se ve que la gente busca a Jesús con toda ilusión. ¿Está contento Jesús de que lo busquen?
En realidad, no. Pues lo buscan, pero por la razón equivocada. Jesús les había multiplicado el pan y el pescado, y todos comieron hasta saciarse. Y eran 5.000 hombres, sin contar las mujeres y niños. 
Ya no se despegarían de Jesús, pues resolvía sin trabajar sus problemas más inmediatos: por lo menos la comida. Ellos, contentos y satisfechos, quieren seguir a este Jesús maravilloso para ver qué otra cosa les ofrecía. Y, al ver que ya no estaba con ellos, lo buscan.
Cuando lo hallaron, medio le reclaman: “¿Por qué te fuiste?”. Él aprovecha para aclarar la situación y decirles de frente: “Ustedes me buscan porque comieron bien. Pero miren: no basta con tener pan y comida”.
Así es. Dentro de poco volverán a tener hambre y van a querer resolver sus problemas de esa forma milagrosa y facilitona. Jesús, como siempre, trasciende y les pone como solución tener otro alimento más importante, que perdura dando vida eterna.
 
Pregunta 2.  Entonces, ¿por qué debemos buscar a Jesús. 
En realidad, puede haber varias razones. Vamos a indicar tres:

Para pedir cosas materiales, como aquí: la gente busca a Jesús porque les ha dado pan… lo cual está bien. El pan material es muy importante. Jesús mismo les ha enseñado a pedir a Dios “el pan de cada día” para todos. También se pide la salud corporal, empleo…

Jesús trasciende y les ofrece un alimento que puede saciar para siempre su hambre dando vida eterna. La gente se queda intrigada y pregunta: “¿Qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?”. ç Se imaginan que serán cosas relacionadas con su cultura religiosa: ritos, prácticas, observancias nuevas, costumbres, tradiciones religiosas… En nuestra cultura serían tocar una imagen, sacarla en procesión, estampas… Todo esto está también bien y son necesarias en nuestra cultura.

Pero Jesús les responde directamente: “Este es el trabajo que Dios quiere: que crean en el que Él ha enviado”.

Este es el nivel más alto: “Voy a Jesús porque el Padre lo ha enviado”.
La respuesta de Jesús toca el corazón del cristianismo. Jesús es el gran regalo que el Padre ha enviado al mundo. 
Toda la fuerza y la originalidad de la Iglesia está en creer en Jesucristo y seguirlo. Hay que pasar de una religión de devociones particulares a vivir como discípulos de Jesús.
“La identidad cristiana está en aprender a vivir un estilo de vida que nace de la relación viva y confiada en Jesús el Cristo. Nos vamos haciendo cristianos en la medida en que aprendemos a pensar, sentir, amar, trabajar, sufrir y vivir como Jesús” (Pagola).
Ser cristiano exige hoy una experiencia de Jesús, una identificación con su proyecto y un contacto vital con Jesús el Cristo.
Es lo que san Ignacio de Loyola quiere que pidamos continuamente en los Ejercicios Espirituales: “conocimiento interno de Jesús para más amarlo y seguirlo”.
 
Pregunta 3.  ¿Cuál fue el mensaje de Jesús a los que le buscaban?
Les dice que lo busquen por lo que realmente vale la pena: que hay otro pan más importante, que perdura hasta la vida eterna. Ese es el que interesa. Más aún les dice: “Yo soy el pan verdadero. Yo soy el pan del cielo. Yo soy el pan que da vida eterna. El que viene a mí, nunca tendrá hambre; y el que cree en mí, nunca tendrá sed”.
Es Jesús mismo. Es la fe en Él, y es la fe en Dios, y esta fe se muestra en el amor. Por lo tanto, Él es pan-caridad, pan-justicia, pan que es más completo que el ‘integral’. Él está en la Eucaristía, en la comunidad, en el necesitado…
 
Pregunta 4.  ¿Basta con comulgar?
La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en esta triple tarea: 
– Anuncio de la Palabra de Dios (kerygma-martyria).
– Celebración de los Sacramentos (leiturgia).
– Servicio de la caridad (diakonia) (Benedicto XVI, “Dios es amor”, n. 25).
Esta triple tarea no puede faltar en la Eucaristía. En ella tenemos la proclamación de la Palabra en las Lecturas, el Sacramento en la Consagración y la Comunión, y el amor y servicio, que no pueden faltar, además del abrazo de paz. En la Última Cena se dio claramente este tercer elemento: el lavatorio de pies, parte integral de la Eucaristía.
 
Pregunta 5.  ¿Tiene base evangélica la unión de la Eucaristía con el amor y la justicia?
Los profetas de Israel inauguraron la tradición de vincular el culto a Dios con la práctica de la justicia. (Jeremías 7, 1-15; 26, 1-24).
 
Jesús antepuso la justicia al culto. Así, dijo que nadie llevara ofrendas al altar, si alguien tenía alguna deuda pendiente con algún hermano, pues primero es la reconciliación entre los seres humanos que el culto a Dios (Mateo 5, 23-24).
Pablo afirmaba que donde existe la desigualdad y esta es ostentosa, no se está celebrando la eucaristía, sino un acto que el Señor condena. Su denuncia de estos casos fue ardiente (1 Corintios 11, 17-34). 
En los primeros siglos del cristianismo existió una gran sensibilidad para captar la relación eucaristía-justicia (o eucaristía-caridad) y sólo celebraban la eucaristía y compartían el pan los que ponían antes sus bienes en común con todos los hermanos. El obispo tenía la obligación de vigilar quiénes llevaban ofrendas a las misas. Si se trataba de personas que oprimían a los pobres, estaba prohibido recibir nada de ellos. (Constitución Apostólica II, 17, 1-5 y III, 8 y IV, 5-9). 
 
Pregunta 6.  ¿Cuál fue la reacción de la gente al oír hablar a Jesús del ‘pan del cielo’?
La multitud dice, “Señor, danos siempre este pan” (v. 34). Esta respuesta es paralela a la de la samaritana, que dijo, “Señor, dame esta agua” (4:15a). Ambas suenan como si le estuvieran pidiendo a Jesús un regalo especial, pues la samaritana añadió, “para que no tenga sed, ni venga acá a sacarla” (4:15b). Su comprensión era solo superficial. Sospechamos que lo mismo es verdad de esta multitud.
 
Despedida
Les invitamos a la Misa, a la Eucaristía, sacramento del amor. Ahí, después de recibir a Jesús en la Comunión, tendremos fuerza para vencer las dificultades y continuar siendo discípulos de Jesús a pesar de todo, y seguir proclamando su Evangelio en casa y fuera de ella, en mi barrio y fuera de él. Este guión radiofónico y el de otros domingos pasados y futuros se hallan en http://www.homiletica.org/ciclos.htm, en http://www.jesuitas.org.co/documentos/dominical/JoseMartinez/Archivo.html
Parte de ellos también se pueden ver en  http://www.radioevangelizacion.org y en www.facebook.com/PildorasdeFe.
Se transmite en 72 emisoras de Unión Radio (Venezuela). En Caracas: Unión Radio FM 90.3 a las 5am, 7am y 10pm dentro de la Misa del P. Honegger Molina; la misma Misa con los Diálogos se transmite en Unión Radio AM 1.100 a las 5am, 7am y 8pm; en DirectTV 980; y en http://www.unionradio.net en ‘Audio en vivo’ en esos mismos horarios. La grabación está hecha por dos catequistas y el P. Honegger.
 
Advertencias al Equipo de Locutores:
Conviene que haya un moderador, que salude al principio, despida y haga las preguntas. Ellas son respondidas por los otros participantes en el programa.
El programa puede durar unos 15 minutos. Conviene que se reúnan antes para orar juntos, seleccionar y discutir.
Es importante tener mucho cuidado en no simplemente “leer” el guión, como si fuera un cuestionario, sino que lo asuma como una guía de conversación. En radio se nota en seguida cuándo uno está leyendo y cuándo conversa. Por ejemplo, en la conversación solemos mover las manos, sobre todo si estamos contando algo importante; el que simplemente lee, no mueve las manos.

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