Lucas 10:38-42, domingo, julio 17 de 2022 Por: Luis Javier Palacio, SJ El breve relato de la hospitalidad ofrecida por Marta y María a Jesús ha sido interpretado alegóricamente al menos de tres maneras diferentes: a) la más tradicional ha sido identificar a María con la contemplación y considerarla como la que «ha elegido la parte buena, que no le ser á quitada», necesaria para la vida cristiana; b) el maestro Eckhart (místico alemán) sugiere, sin embargo, que Marta representa la acción y esta es la mejor parte; y c) Aelredo de Rievaulx (monje cisterciense inglés) sostiene que tanto la contemplación como la acción son recomendadas en este evangelio. Para Orígenes la acción es un medio para la contemplación. Afirma: “El misterio del amor se pierde en la vida activa a menos que sus enseñanzas se dirijan igual que sus exhortaciones a la acción, a través de la contemplación”[1]. La visión de Juan Casiano y san Jerónimo de este texto es que la afirmación de Jesús no es teológica sino un consejo práctico acerca del número de platos necesarios para una comida. En esta interpretación el énfasis se pone en «pocas cosas» más que en la expresión «una cosa es necesaria» que enfatizó la Vulgata (versión latina de san Jerónimo). San Agustín hace de la acción lo que sucede en esta vida y de la contemplación lo que esperamos en la futura. Marta sería imagen del presente y María del futuro. Mientras en esta vida podemos perder muchas cosas, en el futuro (escatología) nada nos podrá ser arrebato. Para el maestro Eckhart, había un conocimiento mayor de Marta sobre María que de María sobre Marta. El que Jesús utilice dos veces el apelativo ¡Marta! Es para Eckhart signo de su perfección en lo material y en lo espiritual; otros comentaristas ven sólo un signo de cariño. Para Eckhart sería Marta una viuda o al menos la hermana mayor, quien por ser ama de casa tendría mayor experiencia. Marta significa señora. En las prevenciones propias de la Edad Media, se identificó a esta María con María Magdalena y se dio una motivación sensual y no espiritual para encontrarse con Jesús. En tal caso, se dice, tanto de Marta como de María que estarían románticamente atraídas por Jesús y que Marta estaría celosa de María sentada a sus pies. En el cristianismo, como en el judaísmo, los textos se prestan a variadas interpretaciones. Otra interpretación habla de que en las viviendas de la época había espacios para mujeres y hombres claramente separados y María habría cruzado la frontera (invisible) ocupando un espacio “masculino” como sería la sala para escuchar al maestro. La sala sería el lugar de los hombres y la cocina y otros sitios escondidos a los de fuera, pertenecerían a las mujeres[2]. “Sentarse a los pies” es un eufemismo para hacerse alumno pero los rabinos y maestros de la ley no tomaban como alumnos a las mujeres[3]. Jesús trataría a la mujer con los mismos derechos y en el mismo plano que el varón. Esto aparece en el evangelio de Lucas. Le toca a la iglesia y la sociedad revisar sus falencias en este sentido, en vez de considerarlas como trabajadoras al servicio del varón. En una leyenda provenzal María se vuelve activa luego de muerta yendo a predicar en Francia junto a Lázaro y Marta[4].
Una lectura de este texto que defiende la igual necesidad de acción y contemplación, parte de asimilar la villa de Marta a un castillo. La metáfora del alma como un castillo es común en la literatura espiritual medieval. Así dice santa Teresa: “Tanto Marta como María deben ocuparse del Señor y mantenerlo como huésped. No pueden ser tan inhospitalarias de no ofrecerle comida. ¿Cómo lo haría María sentada a sus pies, si su hermana Marta no le ayuda?” Aelredo de Rievaulx hace una afirmación similar. El monje, en su monasterio, debe vivir la vida de María y complementarla con la de Marta o viceversa. Escribe: “Si desprecias a Marta ¿Quién alimenta a Jesús? Si desprecias a María ¿Qué dulzura te va a dejar la presencia de Jesús’”. Alaba a san Benito de Nursia que predica el ideal de la oración y el trabajo. Aelredo se muestra en desacuerdo con la práctica de asignar a unos, en el monasteiro cisterciense, un papel activo y a otros un papel contemplativo. Para Aelredo no solamente la comunidad sino el individuo mismo, debe combinar acción y contemplación. Incluso se ponía a María, madre de Jesús, como armonía perfecta de contemplación y acción. Sería activa cuando ayuda a su pariente Isabel y sería contemplativa cuando « conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón» (Lc 2:51). San Bernardo de Claraval sugería que mientras Marta y María representaban acción y pasión, Lázaro representaba penitencia, algo que María no necesitaba por ser pureza absoluta. Su doble dimensión era representada por Marta y María en su casa con ausencia de Lázaro.
La teología feminista argumenta, con su hermenéutica (explicación) de la sospecha, que el episodio de hospitalidad central en el evangelio de Lucas es un intento de asignar rolas pasivos a las mujeres, contrario a la práctica extendida de la iglesia en su tiempo. Mira a Marta y María como víctimas de la división eclesiástica del trabajo según género. De hecho Eckhart y otros místicos utilizan este texto para caracterizar los papeles de los miembros de comunidades femeninas. Es María la mujer silenciosa la que es alabada por Jesús, mientras que la independiente Marta recibe su crítica. El servicio de Marta (diakonía, en griego) aparece restringido a trabajo doméstico, a labores del hogar. Sin embargo en la época la diakonía implicaba también el servicio de la mesa eucarística así como la proclamación de la palabra. « Os recomiendo a Febe, nuestra hermana, diaconisa de la Iglesia de Cencreas» (Rm 16:1).
También se dice que en la Biblia la vida activa se personifica en Pedro y la vida contemplativa en Juan. La vida activa llegaría hasta el fin del mundo mientras la contemplativa seguiría eternamente. En la filosofía, Sócrates se destacaría en la acción y Pitágoras en la contemplación. Remontándose al Antiguo Testamento Lía representaría la vida activa y Raquel la contemplación, entendiendo la contemplación como la adhesión a la verdad por el amor (idea del humanismo). Para santo Tomás de Aquino la religión puede ser activa o pasiva siendo la pasiva (contemplativa) la que “viven los muertos” y esperamos vivir los vivos (en la visión beatífica). Pero en la vida cristiana una vida vivida en función de los demás es más valiosa que una vida virtuosa vivida para sí mismo.
El alojamiento que Jesús no encuentra en Samaría camino de Jerusalén, lo encuentra ahora en casa de Marta y María. Su ubicación es indeterminada pero según la tradición de Juan se trataría de Betania, cerca de Jerusalén. El versículo «hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. Mar ía ha elegido la parte buena, que no le será quitada» ha tenido varias lecturas en la tradición bíblica: a) (Sólo) poco es necesario = no te preocupes por preparar muchos platos (a Marta); b) poco o sólo una cosa es necesaria = con poco nos basta; tú te fatigas demasiado; c) el pasaje se suprime por completo; y d) la lectura más breve quizás más cerca del original: «Una sola cosa es necesaria. Pero María escogió la parte buena, que no se le ha de quitar». La “buena” no significa “la mejor”. Escuchar a Jesús hoy es interpretado como estar atento al maestro interior, mientras la jerarquía tiende a enfatizar el estar atento al magisterio eclesiástico.
[1] Muchas comunidades religiosas han encontrado en la expresión “contemplativos en la acción” de Jerónimo Nadal (jesuita) un buen resumen de lo que buscan.
[2] La religión a veces avala y a veces critica y cambia las costumbres sociales.
[3] En caso excepcional podrían ser alumnas las esposas o las hijas.
[4] Marta habría derrotado al dragón Tarascus en Provenza mediante la cruz y agua bendita. Es una de sus representaciones populares.
