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Mayo 18, 2014: Guión para la radio

Por: José Martínez de Toda, S.J. 
martodaj@gmail.com “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Jn 14, 1-12) Moderador/a: Buenos días. Estamos aquí en el Estudio… (Se presentan los participantes). El Evangelio del domingo de hoy nos habla de un Camino para salir de nuestros problemas y encontrar una solución a ellos. Escuchémoslo. Lectura del santo evangelio según San Juan (Jn 14, 1-12) NARRADOR/A – En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:JESÚS – No pierdan la calma, crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias, si no, se lo habría dicho, y me voy a prepararles sitio. Cuando vaya y les prepare sitio, volveré y les llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estén también ustedes. Y a donde yo voy, ya saben el camino. NARRADOR/A – Tomás le dice: TOMÁS – Señor, no sabemos a dónde vas. ¿Cómo podemos saber el camino? NARRADOR/A – Jesús le responde: JESÚS – Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto. NARRADOR/A – Felipe le dice: FELIPE – Señor, muéstranos al Padre y nos basta. NARRADOR/A – Jesús le replica: JESÚS – Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Lo que yo les digo, no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, crean las obras. Se lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre. Pregunta 1 – ¿Te has perdido alguna vez en el monte?Estaba con unos amigos en una hacienda todavía medio monte, metida en el Llano profundo venezolano, a una hora de la carretera asfaltada y tras tres talanqueras con llave. Decidí salir a caminar a ver qué encontraba en el monte. Y de pronto me sentí perdido. Pensé: -“Si salí hacia el sur, debía ahora caminar hacia el norte”. Pero a la media hora sin darme cuenta estaba en el mismo punto de partida. Cambié de ruta y encontré un camino medio abandonado. Me fui por allí. A mi derecha apareció una alambrada. Y la tentación era atravesarla. Pero hay un dicho en el Llano: “Si estás perdido, no pases la alambrada, pues puedes entrar en otra hacienda, y ahí será más difícil encontrarte”. Siguiendo aquel camino de monte, llegué a un camino conocido. ¡Bendito camino! En el buen camino está la salvación. Pregunta 2 – Y ¿quién te ayuda más, cuando buscas una dirección en la ciudad??Cuando pides una dirección, puedes tener dos tipos de respuesta: En una te dicen: “Vaya por esta cuadra. En la esquina doble a la izquierda. Camine dos cuadras, y entonces doble a la derecha, etc.” Pero es posible que te pierdas. Y seguro que tendrás que preguntar de nuevo a otro más adelante. La otra forma, mucho más amable, es: “Venga, le acompaño. Yo voy también para allá”.> Esta segunda forma es la de Jesús: “Yo soy el camino”. Él es nuestro guía. -“Nadie viene al Padre, sino por mí” (v. 6b). No hay camino al Padre, pero Jesús ha abierto uno (Heb 10:20) y Él mismo se ha convertido en ese camino, el buen camino. Una vez un estudiante le preguntó al famoso teólogo Karl Barth: ¿No se ha manifestado Dios a las otras religiones además de a la cristiana? El teólogo le contestó: -«Dios no se ha revelado a sí mismo en ninguna religión ni siquiera en la cristiana. Dios se ha revelado en su Hijo». Los cristianos estamos llamados a creer en Jesús, que no sólo habla en nombre de Dios, sino que es Dios. Pregunta 3 – ¿Cuándo les dice Jesús ‘Yo soy el camino’?En la Última Cena. Allí hay momentos en que se ven caras largas. Los apóstoles están preocupados por las malas noticias que les llegan. Por ejemplo: -Jesús les ha hablado de que lo van a traicionar y de que lo van a matar (13:21-30). -Él mismo dice que se ha sentido “conmovido en el espíritu” (13:21). -Judas el traidor está aún allí (13:30). -Los discípulos pueden imaginarse que, si Jesús está en peligro, también ellos lo están. -Y para colmo el mismo Jesús les confirma que se va. ¿Qué será de ellos? Para los discípulos, que han dejado todo para seguir a Jesús, debe ser terriblemente desorientador oír a Jesús decir que les deja. Pregunta 4 – ¿Qué les dice en concreto?Aunque está confrontando Él mismo la muerte, Jesús no se fija en sus propios problemas, sino que piensa en sus discípulos y los consuela: “No pierdan la calma” (v. 1). Su consejo en este momento de desastre inminente es la fe: “Crean en Dios, y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas. Voy a prepararles un lugar allí. Volveré y les llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estén también ustedes”. Cuando viene un huésped, intentamos poner las cosas bonitas. Limpiamos la casa. Sacamos nuestra mejor vajilla. Jesús prepara un lugar para nosotros en la casa del Padre. Lo hace con alegría y esperanza de que iremos allí. Y Él continúa: – “Y a donde yo voy, ya saben el camino”. Tomás le escucha con atención, y le interrumpe: “Si no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?”. Tomás está pidiendo el mapa de carreteras. Y Jesús responde: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.” Ésta es una de las muchas veces que Jesús dirá “Yo soy” en este Evangelio (6:35; 8:12; 9:5; 10:7; 11; 11:25; 15:1) – “Yo soy” es el nombre de Dios (Éxodo 3:14), como Dios mismo le dijo a Moisés en la zarza. Pregunta 5 – ¿Cómo es Jesús nuestro Camino?Cuando lo seguimos, inclusive hasta la muerte. Su muerte será el camino por el que volverá al Padre y el camino por el que será glorificado. Y continúa: -“Nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto”. Felipe se siente enredado con tanto ir y venir que cuenta Jesús, y le dice: -Señor, muéstranos al Padre, y eso nos basta. Como diciendo: “Enséñanos una fotografía del Padre y eso nos basta”. Y Jesús responde: “El que me ha visto, ha visto al Padre.” Es decir: “Yo soy la fotografía del Padre”. Y le pregunta directamente: “¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? El que en mí cree, hará las obras que yo hago, y mayores aún” (v. 12). Así ocurrirá en Pentecostés, cuando Pedro y los discípulos bautizarán a tres mil personas (Hechos 2:41). Todo esto se confirma con la 2a Lectura de la liturgia de hoy, la 1a Carta de San Pedro, que nos recuerda los cuatro títulos que recibimos de Dios Padre, y que han de exhibir los cristianos. Pregunta 6 – ¿Qué títulos son esos?Ustedes son una «raza elegida». No somos una comunidad reunida al azar, por casualidad, ni por una lotería de nombres. Dios nos eligió. La Iglesia es la comunidad de los llamados por Dios a vivir y formar la comunidad.Ustedes son un «pueblo sacerdotal». Todos somos sacerdotes, porque todos tenemos la misión de reconciliar el mundo con Dios en Cristo.Todos somos sacerdotes, porque todos juntos ofrecemos el sacrificio de la eucaristía. Ella es el sacrificio del pueblo, para el pueblo y por el pueblo. Ustedes son una «nación santa». Estamos consagrados a Dios, a pesar de nuestros pecados. Somos de Dios y estamos llamados a vivir santamente.Ustedes son el «pueblo de Dios». Hemos sido comprados con la sangre de Cristo, somos su posesión. Estos títulos nos recuerdan que a pesar de ser débiles, humanos y llenos de miserias y escándalos, somostambién divinos. DespedidaLes invitamos a la Misa, a la Eucaristía, sacramento del amor. Es Dios quien nos ha traído a su Iglesia, nos ha elegido, nos da poder para ofrecer este sacrificio y nos congregará a todos en la casa de la alegría, en el cielo, donde hay muchas moradas y donde estaremos todos celebrando la victoria de la fe, la esperanza y el amor.

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