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Comunitas Matutina 30 de octubre 2022
Domingo XXXI del Tiempo Ordinario Ciclo C
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Por: Antonio José Sarmiento Nova, SJ
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Lecturas:
- Sabiduría 11: 22 a 12: 2
- Salmo 144
- 2 Tesalonicenses 1: 11 a 2:2
- Lucas 19: 1-10
Uno de los temas de mayor recurrencia en el evangelio de Lucas[1] es la crítica que hace Jesús del afecto desordenado al dinero y a la comodidad material, junto con el abuso a las personas débiles. Un seguimiento atento a esto nos ayuda a verificar con más claridad el talante de este evangelista. Podemos empezar por la proclamación que hace Jesús del Jubileo: ”El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos, y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” [2]; las bendiciones a los empobrecidos y maldiciones a los acaparadores: “Él, dirigiendo la mirada a sus discípulos dijo: Bienaventurados los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tienen hambre ahora, porque serán saciados…, pero, ¡ay de ustedes, los ricos!, porque ya han recibido su consuelo” [3]; crítica a la acumulación de bienes y la opulencia: “guárdense muy bien de toda codicia, porque las riquezas no garantizan la vida de un hombre, por muchas que tenga” [4]; “Pero Dios le dijo: ¡qué necio eres! Esta misma noche te reclamarán la vida. ¿Para quién será entonces todo lo que has preparado? Así es el que atesora riquezas para sí y no se enriquece en orden a Dios” [5]; “Al verlo tan triste Jesús dijo: ¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios! Es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja a que un rico entre en el Reino de Dios…..” [6] Con estas referencias , y muchas otras , especialmente en los Evangelios Sinópticos, queda muy clara la incompatibilidad entre el proyecto de Dios y el abuso económico a los pobres, nacido del amor desmedido a las riquezas.
Casos muy típicos de nuestro tiempo son los créditos y préstamos que se estilan en nuestros días, para educación, vivienda, y otras necesidades apremiantes de los grupos sociales con menor capacidad adquisitiva, con intereses exorbitantes, verdadera “usura”, justificada legalmente. Aquí entran las entidades financieras….. ¡Sin palabras! La operación de estas empresas es “legal”, respaldada por el ordenamiento jurídico de los estados, pero, ¿son acaso inspiradas en la dignidad de las personas y en los valores fundamentales que se consagran en nuestros núcleos éticos? [7]
En este contexto entendemos el relato de Zaqueo. El autor del evangelio invita a su comunidad a comprender que el seguimiento de Jesús reconoce el mal de la avaricia, del aprovechamiento deshonesto de los pobres, esquilmándolos. El propósito de Lucas es generar una mentalidad y conductas alejadas de la explotación, de la malversación de los bienes escasos de los débiles, y de toda forma de inequidad y opresión. Una vez más, aparece la afirmación de la dignidad humana, del valor de la austeridad, y del rechazo a la vida cómoda e indiferente con respecto a la suerte de los vulnerables. Esta narración representa la acumulación injusta que hace más vulnerables a los débiles; y también nos encontramos con la novedad de Jesús transformando a Zaqueo. Éste, a partir de su encuentro con el Señor, entiende la fundamental contradicción entre abuso económico y proyecto de Dios. Es señal de la comunidad que cambia la injusticia de la sociedad con actos concretos de coherencia y restitución: “Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más. Jesús le dijo: hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”. [8]
Conocemos las exigentes intervenciones del Papa Francisco en este sentido, el suyo es ministerio que alza la voz contra la abierta injusticia del “descarte”, producto de la economía deshumanizante vigente en el mundo, y contra todas las implicaciones que trae consigo este desequilibrio,[9] como la migración forzada, la destrucción de los recursos naturales, el empobrecimiento sistemático de poblaciones enteras, la explotación minera desaforada, el tráfico de personas, los abusos a la población infantil, la precariedad en los servicios fundamentales para el buen vivir, y tantas otras consecuencias que bien conocemos porque son parte de la vida cotidiana de millones de seres humanos: “En el fondo, no se considera a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si “todavía no son útiles” – como los no nacidos – o “si ya no sirven” –como los ancianos -. Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más vergonzosos”. [10]
La narración nos enseña que el Padre Dios es compasivo, siempre saliendo al encuentro de los suyos – que somos todos – y construyendo con ellos una relación nueva de amor. Él ama entrañablemente todo lo que existe porque su aliento vital está en todo. Jesús camina-asciende hacia Jerusalén y va realizando señales de vitalidad teologal, la de Zaqueo es una muy elocuente. Entra a la vida de este hombre y lo seduce para que revise su estilo de acumulación desmedida de dinero, su injusticia con los pobres. Dios acontece en Zaqueo a través de la humanidad-divinidad salvadora de Jesús. [11]
La fuerza de Dios suscita seres humanos nuevos, libres de ataduras, totalmente dispuestos para la projimidad, la justicia y la solidaridad. Él no es refugio de gentes timoratas y rezanderas, sino gestor de hombres y mujeres que emprenden con seriedad la aventura de ser hijos y hermanos, como Jesús que es la significación salvífica por excelencia. Zaqueo ha sido esclavo de su ego acumulador desmedido de dinero y opresor de los pobres, y tomado por Jesús se deja confrontar y renuncia a su pasado “capitalista” para tornarse un actor responsable de la nueva justicia.
Para el judaísmo de ese tiempo, el perdón era cuestión de purificarse en el Templo mediante rituales hechos con la mediación del sacerdote, era una formalidad litúrgica. Para Jesús, esta iniciativa de perdón acontece por medio de su humanidad – el Hijo del hombre se lo llama en los evangelios -; con ese perdón se da la liberación total de lo que oprime al ser humano. Aquí entran, para ser sanados y liberados, los egoísmos de todo tipo, las indiferencias, los intereses mezquinos, la injusticia social, el desenfreno con el dinero y con el poder, las afrentas a la dignidad humana. La actitud de Jesús es la que produce la conversión que se realiza en la libertad; y así, Zaqueo se convierte en prototipo de discípulo, asumido por la nueva humanidad que le transmite Jesús. [12]
El Dios que nos transmite el libro de la Sabiduría – primera lectura de este domingo – es un Dios que opta prioritariamente por el ser humano, no le retira su responsabilidad histórica, lo ama y se esmera en su cuidado. Pero, lo lanza a la gran aventura de ser el protagonista de su libertad y de su significado trascendente, no se comporta mágicamente, no es un Dios tapahuecos ni de consuelos ocasionales, lo suyo es ser forjador de hombres y mujeres libres: “Amas a todos los seres, y no aborreces nada de lo que hiciste, pues, si algo odiases, no lo habrías creado”. [13]
El optimismo teologal es una corriente que trae a nuestra condición humana convicciones de dignidad, esperanza y ánimo para trabajar por la justicia y por el respeto a todos. El Dios que se inserta en nuestra historia nos hace agentes de la misma y trabajadores infatigables de la libertad, porque un genuino creyente es un ser emancipado, como el nuevo Zaqueo. Frente a tantos modelos y ofertas antropológicas, muchas de ellas insuficientes, la visión positiva que tiene nuestra fe cristiana sobre el ser humano es una contrapartida alentadora al ser humano inmanente, cerrado a la trascendencia del amor, al ser humano del consumo y del mercado, al de las felicidades efímeras, al que se niega a la abnegación y la donación de su vida, al que hipoteca su dignidad a las ideologías, a los poderes tiránicos, a las presiones de la sociedad.[14]
Señal distintiva de esta novedad es la invitación que hace Jesús a Zaqueo para que tome como propia la causa de los pobres, para que reivindique en justicia su dignidad y les retribuya con creces lo que les ha quitado con el impuesto usurero e implacable. Afirmar esa dignidad es la nota que caracteriza este nuevo ser humano que ahora narra en su proyecto de vida al Dios liberador de toda esclavitud. La antropología cristiana es “resistente y contestataria”, su talante, firmemente anclado en la novedad de Jesucristo va en contravía de los reduccionismos que sustraen al ser humano su dignidad, su libertad, su autenticidad, siempre con la firmeza de no negociar esa condición de valor trascendente.
El culto al dinero del mundo contemporáneo defrauda a Dios y a sus criaturas. La insistencia de gobiernos y entes financieros en implementar el modelo capitalista es un desacato a esa dignidad. La historia de Zaqueo afirma que no llegará la salvación a nuestra casa común hasta que no llegue la justicia, hasta que no se restituya lo sustraído a tantos prójimos por el modelo social actual.
Las palabras de Pablo son razón de esperanza y acicate de acción comprometida para que nos mantengamos firmes en este trabajo de dignificar la humanidad: “Rogamos en todo tiempo por ustedes con este fin: que nuestro Dios los haga dignos de la vocación y lleve a término con su poder todo el deseo que tienen ustedes de hacer el bien y la actividad de la fe. De este modo, el nombre de nuestro Señor Jesús será honrado gracias a ustedes, y ustedes gracias a él, conforme al don gratuito concedido por nuestro Dios y el Señor Jesucristo”. [15]
[1] PAOLI, Arturo. La perspectiva política de San Lucas. Siglo XXI. México D.F., 1980. GARCÍA, Santiago. Evangelio de Lucas. Comentarios a la Nueva Biblia de Jerusalén. Desclée de Brower. Bilbao, 2010. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. La obra lucana en su contexto histórico, social y eclesial. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 13 de octubre de 2009. BENETTI, S. Una alegre noticia: comentario al evangelio de Lucas. Verbo Divino. Estella, 1984. FLICHY, O. La obra de Lucas. Verbo Divino. Estella, 2004. JEANN, A. El arte de contar a Jesucristo: lectura narrativa del evangelio de Lucas. Sígueme. Salamanca, 1992. LEON-DUFOUR, Xavier. El evangelio de Lucas. Herder. Barcelona, 2001. OYIN ABONGURIN, Samuel. Lucas. En FARMER, William R. Comentario Bíblico Internacional. Verbo Divino. Estella, 2000; páginas 1244-1307. CENTRO BÍBLICO VERBO DIVINO. El Evangelio de Lucas. Verbo Divino. Quito, 2014.
[2] Lucas 4: 16-19
[3] Lucas 6: 20-21 y 24
[4] Lucas 12: 15
[5] Lucas 12: 20-21
[6] Lucas 18: 24-25
[7] CHACÓN HERNÁNDEZ, David. La corrupción financiera y la violación de derechos humanos. En https://www.corteidh.or.cr/tablas/r34691.pdf MALEM SEÑA, Jorge. Globalización, comercio internacional y corrupción. Gedisa. Barcelona, 2000. ECONOMISTAS SIN FRONTERAS. Banca ética: ¿es posible? Economistas sin Fronteras, New York, 2013.
[8] Lucas 19: 8-10
[9] SANTIAGO OROPEZA, Teresa. Repensar la injusticia: una aproximación filosófica. En https://www.scielo.org.mx/pdf/is/n49/1405-0218-is-49–45.pdf MOORE, Barrington. La injusticia: bases sociales de la obediencia y la rebelión. Instituto de Investigaciones Sociales Universidad Nacional Autónoma de México UNAM. México D.F., 1989. RAWLS, John. Teoría de la justicia. Fondo de Cultura Económica FCE. México D.F., 1995. SHKLAR, Judith. Los rostros de la injusticia. Herder. Barcelona, 2010. SCOTT, James. Los dominados y el arte de la resistencia. ERA. México D.F., 2000. ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS OEA. Desigualdad e inclusión social en las Américas. OEA. Washington, 2013. YOUNG, Iris Marion. Responsabilidad por la justicia. Ediciones Morata. Madrid, 2011.
[10] PAPA FRANCISCO. Carta Encíclica Fratelli Tutti sobre la Fraternidad y la Amistad Social. Librería Editrice Vaticana. Roma, 2020; número 18. PACHÓN SOTO, Damián. El pensamiento social del Papa Francisco. En Revista Franciscanum volumen LVIII número 166, páginas 317-337. Universidad de San Buenaventura. Bogotá, 2016. JORDÁN BALANTA, Raúl. El Papa Francisco: entre lo moral y lo inmoral. Universidad Pontificia Bolivariana, sede de Palmira, 2018. CUDA, Emilce. Lo político según Francisco: emoción hecha acción comunitaria. En Revista Teología volumen LVII número 133, diciembre 2020, páginas 141-158. Pontificia Universidad Católica Argentina. Buenos Aires, 2020; Para leer a Francisco. Agape. Buenos Aires, 2016. SCANNONE, Juan Carlos. La ética social del Papa Francisco. Agape. Buenos Aires, 2018.
[11] PRIETO SILVA, Sebastián. Zaqueo y la voluntad de reparación. Cuaderno de Espiritualidad número 210. Confederación Latinoamericana de Centros Jesuitas de Espiritualidad CLACIES. Lima, 2019. RINCÓN, Andres. Zaqueo: un modelo para el desarrollo de una ética profesional cristiana. En https://www.unisbc.edu.co/zaqueo-un-modelo-para-el-desarrollo-de-una-etica-profesional-cristiana PALACIO, Luis Javier. El cambio que necesitaba Zaqueo. En https://www.jesuitas.co/apuntes-del-evangelio/92-el-cambio-que-necesitaba-zaqueo
[12] VIDAL, Marciano. Moral de Actitudes. Volumen III: Moral Social. Perpetuo Socorro PS. Madrid, 1991. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. Justicia, paz e integridad de la creación en Gaudium et Spes. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2013, APARICIO MALO, José Manuel (Coordinador). Cristianismo y ética social. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2022. MIFSUD, Tony. Realidad que interpela. Universidad Alberto Hurtado. Santiago de Chile, 2017; Una fe que busca la justicia: a doscientos años de la restauración de la Compañía de Jesús. Santillana. Santiago de Chile, 2014.
[13] Sabiduría 11: 24
[14] LUCAS, Juan de Sahagún. Nuevas antropologías del siglo XX. Sígueme. Salamanca, 1994. SELLÉS, Juan Fernando (Editor). Modelos antropológicos del siglo XX. Universidad de Navarra. Pamplona, 2003; Antropología para inconformes. En https://www.glifos.unis.edu.gt/digital/libros/21580.pdf ARTURO, Julián y AUTORES VARIOS. Antropologías en Colombia. Universidad del Cauca. Popayán, 2016. DÍAZ, Carlos. La persona como don. Desclée de Brower. Bilbao, 2001. GEHLEN, A. Antropología filosófica: del encuentro y descubrimiento del hombre por sí mismo. Paidós. Barcelona, 1993. GUARDINI, Romano. Libertad, gracia y destino. Dinor. San Sebastián, 1987. LAÍN ENTRALGO, Pedro. Antropología de la esperanza. Guadarrama. Madrid, 1978. TAYLOR, E.B. Antropología: introducción al estudio del hombre y de la civilización. El Progreso Editorial. Madrid, 1988.
[15] 2 Tesalonicenses 1: 11-12