El viernes 7 de junio de 2024, nos reunimos como cuerpo apostólico para celebrar la Primera Asamblea Regional Bogotá-Soacha del año. El encuentro se llevó a cabo en la Parroquia San Javier, un lugar de especial significado en la historia de la Compañía de Jesús en Colombia gracias a la acción pastoral iniciada por el P. José María Campoamor, SJ.
Nuestra Asamblea, celebrada en el marco de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, nos ayudó a recordar que la sangre y el agua que brotan del costado de Jesús simbolizan la complejidad de nuestra realidad y misión, y nos convocan a acompañar a los demás bajo la máxima de amar y servir.
Durante este encuentro, se destacaron varios hitos importantes que han dejado una huella perdurable en la Provincia. Entre ellos, los cinco llamados compartidos en la Asamblea MAGIS, resultado del trabajo con las juventudes desde la Red Juvenil Ignaciana (RJI). Además, la reciente Asamblea Nacional de Regionalización, celebrada en el Eje Cafetero, permitió una reflexión profunda sobre la importancia de formar un cuerpo apostólico cohesionado y la necesidad de acompañamiento en los procesos de planificación apostólica, tanto a nivel de las obras como en los procesos regionales.
Nuestra Asamblea Regional hizo suya la pregunta que encabeza el documento De Statu Societatis Iesu: «¿A dónde nos está conduciendo el Espíritu Santo?» Este interrogante provocó un ejercicio de conversación espiritual que facilitó el reconocimiento del camino recorrido a través del itinerario de ReconoSiendo a lo largo de este año en cada una de las obras apostólicas de la región. Así mismo, cada una de las mesas de trabajo regional pudo recoger sus principales mociones para continuar avanzando juntos.
Esta asamblea no solo fortaleció nuestros lazos como cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús en la Región Bogotá-Socha, sino que renovó el compromiso con la misión apostólica que nos ha sido encomendada en esta región. La experiencia sirvió como un recordatorio del llamado constante a amar y servir, guiados por el Espíritu Santo en cada paso de nuestro camino.