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«Me identifico plenamente con la misión de la Compañía»

Flor Alicia Moncaleano, treinta años de servicio en un nuevo capítulo de Somos Compañia de Jesús. _________________________________________________________________________________________________________________ Para la sexta entrega de la serie web Somos Compañía de Jesús, viajamos al corazón de Colombia, Bogotá. Allí nos encontramos con Flor Alicia Moncaleano, secretaria particular del padre Provincial, quien ha sido parte de nuestra misión por alrededor de treinta años. Conocimos su historia dentro de la Compañía y cómo la misma ha permeado cada parte de su vida, tanto profesional como personal. Flor Alicia, una mujer comprometida con la espiritualidad ignaciana, nos cuenta su experiencia. Cuando, a pesar de las dificultades, no abandonamos nuestra misión, Somos Compañía de Jesús.

Comunidades de Vida Cristiana (CVX) y su relación con san Ignacio de Loyola

Vatican News destacó a esta comunidad internacional de cristianos laicos, presente en cerca de 80 países de los 5 continentes. Sus tres dimensiones son: la espiritualidad ignaciana, la vida comunitaria y la Misión. _________________________________________________________________________________________________________________ El portal oficial de noticias del Vaticano, Vatican News, destacó recientemente el trabajo de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX), una asociación internacional de cristianos laicos reconocida por la Iglesia Católica. Colombia es uno de los 80 países en donde la CVX tiene presencia, «compartiendo la fe, la vida, la misión, discernir, acompañarnos y celebrar juntos», asegura en la entrevista Manuel Martínez, laico uruguayo y secretario ejecutivo de la CVX. La espiritualidad ignaciana es uno de los tres pilares de la CVX, junto a la vida comunitaria y la misión, pues los ejercicios espirituales se reconocen como «la fuente específica e instrumento característico de nuestra espiritualidad […] De esta experiencia de encuentro con el Señor, por medio de los Ejercicios nace todo y sostiene la dimensión comunitaria y la misión», explica Martínez. ¿Quieres conocer más detalles? Consulta la entrevista completa.

Acompañar en la búsqueda de la Misión

Conoce el testimonio de Carmen Antolinez, secretaria del Santuario de San Pedro Claver. _________________________________________________________________________________________________________________ La belleza y apacibilidad del Santuario de San Pedro Claver en Cartagena nos recibieron para conocer a nuestra compañera Carmen Antolinez, secretaria de la parroquia y protagonista de la quinta entrega de la serie web Somos Compañía de Jesús. Durante nuestra visita, Carmen nos compartió su testimonio sobre los Ejercicios Espirituales, los cuales le han ayudado a conocerse a sí misma y a reconocer su Misión. «He visto cómo, gracias a los Ejercicios, otras personas han reconstruido su vida, le han encontrado un sentido», asegura. Cuando acompañamos en la búsqueda de la Misión, Somos Compañía de Jesús.

«Aquí nos sentimos en familia»: Bertha Pérez

Ya está disponible el cuarto episodio de la serie web Somos Compañía de Jesús, una iniciativa que destaca la Misión del Cuerpo Apostólico de la Provincia Colombiana. _________________________________________________________________________________________________________________ Para Bertha Pérez, encargada de servicios generales del Noviciado en Medellín, compartir con las personas que conforman el Cuerpo Apostólico de la Compañía de Jesús es uno de los aspectos que más disfruta de su trabajo. Ella es la protagonista del cuatro episodio de la serie web Somos Compañía de Jesús; viajamos hasta Medellín (Antioquia) para conocerla. «Lo que más me gusta es la gente, el compañerismo entre todos; toda la gente es muy respetuosa, aquí nos sentimos como en familia«, asegura nuestra compañera Bertha. Esta serie es dirigida por María Alejandra Rojas, creativa de Historias Audiovisuales. ¡No te pierdas este episodio!

Revista Aurora No. 4 | Pueblos indígenas, esperanza apocalíptica

Consulta la cuarta edición de esta revista que recoge las reflexiones y pensamientos publicados por algunos de nuestros hermanos y colaboradores apostólicos. ______________________________________________________________________________________________________________ Imagen tomada de Aurora No.4 17 de junio de 2020 _________________________________________________________________________________________________________ Los pueblos indígenas del mundo entero, y particularmente nuestros hermanos y hermanas originarios de esta tierra Latinoamericana nos enseñan con su fe, su resistencia y su modo de vida, que el sueño de una “tierra nueva y unos cielos nuevos” no está distante, si estamos dispuestos a aprender y a cambiar. El volumen 4 de AURORA, viene, entonces como una “buena noticia” porque: ésta es la tienda de campaña que Dios ha instalado entre los hombres. Acampar con ellos; ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos. Enjugará las lágrimas de sus ojos y no habrá ya muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor, porque todo lo antiguo ha desparecido. Y dijo el que estaba sentado en el trono: Yo hago nuevas todas las cosas. Y añadió: Escribe que estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. (Apocalipsis 21, 3-5) Con esta reflexión del Secretario Ejecutivo de la REPAM -Mauricio López Oropeza- inicia el cuarto número de la Revista Aurora, una publicación quincenal que surgió en la coyuntura del COVID-19 bajo el liderazgo de la Conferencia de Provinciales de América Latina y El Caribe (Cepal). En esta oportunidad, la revista propone una lectura desde los ojos de la fe e invita a reconocer las actuales dificultadas provocadas y/o evidenciadas por la pandermia, sabiéndonos frágiles en nuestros proyectos humanos, pero llamados igualmente a la esperanza. Descarga la publicación.

La venida del Espíritu Santo en el año de la pandemia

Santiago Jaramillo, SJ, se pregunta cómo recibe el mundo al Espíritu Santo en medio de la pandemia. Sus reflexiones construyen un diagnóstico de la situación, pero también proponen alentadores retos. ______________________________________________________________________________________________________________ Fotografía: Hiruka (CC) 16 de junio de 2020 ______________________________________________________________________________________________________________ Este 2020 es sin duda alguna un año muy atípico para la humanidad y para la Iglesia, debido a los efectos producidos por la COVID-19. Todo se ha visto afectado en lo social, económico, relacional, personal y en las celebraciones más importantes en el año litúrgico de los católicos, así como en la manera celebrar los sacramentos (confesión, eucaristía…). Las celebraciones del año litúrgico, de los acontecimientos vitales para la vida espiritual de los católicos, terminaron con la solemnidad de Pentecostés. Nuevamente los católicos, para la celebración de Pentecostés, tuvieron que conformarse con “ver”, “mirar” por televisión, tal como sucedió con la celebración más importante del año litúrgico, la Vigilia pascual. Los fieles no pudieron participar presencialmente en la acción litúrgica con la que culminaba el tiempo pascual. Los templos seguirán vacíos… En el mundo, ¿en qué circunstancias especiales acontecerá la celebración de esta especial Venida del Espíritu Santo en este año de la pandemia de la COVID-19? Será en medio de una sociedad agobiada por el temor de contagiarse con ese virus. Adolorida por la muerte de sus seres querido a quienes no pudieron acompañar en las exequias. En un aislamiento estresante que se ha vuelto desesperante para muchos. Agobiada por la incertidumbre económica, por la situación que tendrán que afrontar (¿conservarán el trabajo? Ya en Colombia se conocen cifras alarmantes de un desempleo de casi 20 %. Muchos ciertamente lo perdieron y se encuentran sin perspectivas de conseguir otro). Temerosa ante la incertidumbre de cómo será las relaciones con otras personas (algunos vaticinan que habrá desconfianza y temor al volver a estar con otros). Acongojada por la experiencia vivida de la vulnerabilidad de todas las personas. Con la comprobación hasta la saciedad de que el hombre no es omnipotente como se creía. Ansiosa por conocer los cambios que se presentarán en la manera de trabajar y de estudiar. Expectante ante la incertidumbre de cómo cambiará el mundo (¿quedará igual o peor que antes de la pandemia?). Desconcertada al encontrarse en un mundo inundado por la falsedad, (entre otras las fake news). Sociedad descompuesta, corrompida… ¡Ese es el mundo que encontró el Espíritu Santo! Es cierto que se han visto los cambios positivos en la Casa común, se remozó. ¿Pero seremos capaces de seguir teniendo una relación amigable con el planeta rejuvenecido, o por el contrario el hombre en su ansia de dinero continuará depredando la naturaleza, infectando los ríos, dañando el aire…? (Ya se vio cómo en China, en un momento, la contaminación del aire volvió a ser impresionante y eso nos afecta a todos). Y vendrá a Colombia y encontrará un país destrozado por la corrupción y el robo (perpetrados, empezando, por altos estamentos que deberían ser modelo de honestidad), un país inundado de coca (un lucrativo y fácil negocio de enriquecimiento), un país con profundas desigualdades sociales, políticos solo interesados en “sus cosas”, peleando e insultándose, que proponen “medidas que son paños de agua tibia”, populistas, en vez de estar todos dedicados de tiempo completo a buscar soluciones efectivas para que el país salga adelante en estas graves circunstancias en que se encuentra, que deberían estar decididos a crear un país nuevo. Ellos están muy bien, los demás… ¿Y en el aspecto religioso qué hallará? Una Iglesia que siente y se resiente de no haber podido celebrar ni la Vigilia pascual, ni el día de Pascua ni el tiempo pascual, ni el día de Pentecostés con las acciones litúrgicas propias. Sin duda, encontrará gente muy buena, pero también, bautizados que no viven la fe, que obran como paganos, que solo están interesados en sostener su bienestar, que prescinden del necesitado, del vulnerable. Estos no entran dentro de sus preocupaciones… Su prójimo son los que los adulan y les sirven para sus fines… En el ámbito espiritual: unos se prepararon espiritualmente para recibir el Espíritu Santo. Ellos obtuvieron las gracias renovadoras que Él trajo en abundancia. Y esa renovación de la vida en el Espíritu redundará en el mejoramiento de la sociedad, de las relaciones y comportamientos personales. Otros ni se dieron cuenta de lo sucedido. Continuarán siendo iguales. En nada contribuirán al cambio de época, que se espera sucederá después de este desbarajuste. Y hacia el futuro: en el campo social, unos creen que en adelante habrá cambios sustanciales, que las cosas ya no serán como antes, que habrá otro orden social-económico, religioso. Otros, no creen en esos cambios, se muestran pesimistas, incluso piensan que las cosas empeorarán. Después de esta presentación (incompleta, por supuesto), ¿qué esperar de la venida del Espíritu Santo al mundo y a la Iglesia en este nuevo Pentecostés? El mundo y la Iglesia deben esperar una profunda renovación guiada por el Espíritu Santo. En lo atinente a lo socio-económico-político, la acción está reservada a los líderes políticos. Ya algunos comienzan a mostrar preocupación e interés de construir un nuevo orden más justo y equitativo que reduzca las diferencias sociales y económicas, en donde haya menos incertidumbre… En Pentecostés la Iglesia pide para estos líderes y para todos los gobernantes que la luz y la fortaleza del Espíritu Santo los ilumine y guíe en tan importante y difícil labor de renovar profundamente la sociedad hasta crear en ella las estructuras que la COVID-19 mostró que requieren y exigen urgentemente un cambio sustancial, profundo. La Iglesia puede ayudarles en esta renovación con los aportes del Evangelio. Por fortuna, ya como que van tomando conciencia del momento apremiante que vivimos y empiezan a trabajar en esta obra. El pueblo fiel ansía que este nuevo Pentecostés le produzca una profunda renovación espiritual. Veamos lo que dicen los textos litúrgicos. Empecemos por el salmo 104(103), 30. Es una alabanza al Creador, canta los esplendores de la creación. La Liturgia de las Horas lo emplea en el Oficio de lectura del domingo de Pentecostés, porque el versículo 30 habla del aliento

24 cuadros | J’ai perdu mon corps (Perdí mi cuerpo)

24 cuadros es una de las columnas de opinión de la Revista Jesuitas Colombia. En esta oportunidad, el autor presenta una reseña del largometraje francés de animación nominado al Óscar como mejor película de animación, “Perdí mi cuerpo” (2019).  ____________________________________________________________________________________________________________ “Perdí mi cuerpo” (2019) es un largometraje francés de animación nominado al Óscar como mejor película de animación. Antes que nada, en el espíritu de esta columna de vivir el cine como una experiencia orante, la animación como género y técnica merece una consideración especial para reconocer su valor al ser contemplada. Para los lectores que no lo saben, una explicación de cómo se construye una animación de este tipo. Mientras que el cine tradicional –análogo o digital– se arma por la sucesión consecutiva de veinticuatro fotografías por segundo, la animación lo hace, en términos generales, basada en veinticuatro dibujos por segundo. En el primero, la cámara de cine resuelve la veloz captura fotográfica de forma mecánica y electrónica; en el segundo, cada cuadro es manualmente construido por las manos de los animadores y, luego, fotografiado por separado. En una película como “Perdí mi cuerpo”, de 81 minutos de duración, estamos hablando de más de 116.000 dibujos consecutivos. Me detengo un momento a pensar en lo meditativa y exigente, en términos de paciencia, que es la experiencia de animar en el cine. En este caso, como espectador, la vivencia de contemplar la historia y “reflectir” en el corazón para sacar provecho, se ve amplificada y enriquecida por la toma de consciencia de las miles de horas de trabajo que implicó para los autores su realización. Es un relato con una rica carga simbólica en sus personajes y giros dramáticos. Naoufel, un repartidor de pizza decepcionado del curso de su vida y sin un norte aparente, encuentra en Gabrielle, una bibliotecaria sobrina de un carpintero, la razón perfecta para tener un propósito vital y seguir su corazón por amor. Paralelo a esta historia, una mano amputada –sí, una mano– recorre una París subterránea y poco turística en búsqueda del cuerpo de quien fuera otrora su dueño. Naoufel y su mano buscarán, sin saberlo, un reencuentro que parece imposible. Esta historia cae a mis ojos y oídos como bálsamo en contextos de pandemia. Qué bella metáfora la de “perder mi cuerpo” y que este me busque. Un mundo en cuarentena por una emergencia global de salud tiene que ser señal suficiente para un llamado a la reconexión con aquello que nos configura. Como humanidad, llevábamos décadas, si no siglos, con nuestro cuerpo perdido. No me refiero solo al aspecto fisiológico y de cuidados sanitarios, sino también a nuestra conexión con lo que nos hace humanos: nuestra Casa Común, nuestras relaciones, nuestros actos de bondad (sin desconocer los pocos de maldad que hemos visto en estos tiempos), nuestra consciencia de ciudadanía global, entre otros ejemplos. Naoufel buscó reconectarse con su vida a través del amor, al tiempo que su mano buscaba reconectarse con él. Que esta pandemia nos permita tomar la iniciativa para reconectarnos con nuestro “cuerpo perdido”, antes que a este le toque buscarnos primero.   Mira el artículo en la Revista Jesuitas Colombia | MAY-JUN 2020. Fotograma de “Yo perdí mi cuerpo”. Fuente: imdb.com

Celebración del Día de San Pedro Claver en Bogotá

Por: Luz Mery Cortés L. Septiembre 10, 2012 _______________________________________________________________________________________ Benefactores, familiares y amigos, convocados por la memoria del Patrono Especial de las Misiones entre Negros, celebraron y agradecieron por la vida en torno a la Eucaristía. Durante la homilía el Provincial Francisco de Roux, S.J., invitó a los asistentes a prepararse para la toma de contacto del Padre General Adolfo Nicolás S.J., con los Jesuitas de Colombia, en la próxima fiesta de Provincia. Igualmente y en el contexto de los diálogos de Paz adelantados por el Presidente Santos, pidió a los asistentes orar a San Pedro Claver para que los ayude a conseguir la gracia del Señor y comprender cual es el clamor de Dios más profundo en el país y ponerse allí con generosidad. Dentro del propósito de la Compañía de Jesús de fortalecer la presencia de las redes de todas las personas que están vinculadas con los apostolados, se está organizando para el próximo año la reunión de antiguos alumnos de la Compañía. En ese contexto estuvo presente en la celebración del Día de San Pedro Claver, el Padre Donaldo Ortiz, S.J., y el doctor Fabio Tobón, organizadores del VIII Congreso Mundial Exalumnos Jesuitas que se llevará a cabo en Medellín del 14 al 18 de agosto de 2013. Colombia sede del VIII Congreso Mundial Exalumnos Jesuitas En su intervención el doctor Fabio Tobón, quien a finales del 2011 dejó la dirección de Icontec, para asumir la organización del Congreso como Presidente, explicó que en la reunión de la Confederación Latinoamericana de Antiguos Alumnos de la Compañía de Jesús, realizada en Guadalajara – México, en noviembre del 2008, se designó a la Federación ASIA Colombia y la ciudad Medellín, como sede del Congreso Mundial en el año 2012. Es la primera vez, de acuerdo con la programación de la Unión Mundial, que el Congreso tiene sede en el continente americano. “Estamos trabajando desde hace dos años para que vengan a Colombia exalumnos de más de 120 países del mundo. Estos Congresos son una gran fuente para todos los exalumnos, es allí donde realmente podemos intercambiar el pensamiento Ignaciano y el pensamiento Jesuita con todas las personas del mundo entero”, asegura Tobón. “El Congreso tendrá seis conferencistas principales, dentro de los cuales tendremos al Padre General Adolfo Nicolas, S.J., quién hará la apertura del evento. Paralelamente tendremos unos grupos de discusión muy importantes y vamos a tener la oportunidad de que todas las asociaciones de exalumnos del mundo entero vengan y nos cuenten qué hacen ellos, cuáles son sus obras sociales, qué ideas podemos tomar para mejorar en Colombia y presentar una mejor labor social como exalumnos”, indicó el Presidente del Congreso. El Lema del Congreso “La educación Jesuita y la Responsabilidad Social, ¿Cómo podemos servir?”, combina la educación Jesuita con la Responsabilidad Social. Este lema es retador al preguntarse qué se debe hacer para servir a las sociedades. Como exalumnos deben seguir la enseñanza de San Ignacio: “En todo amar y servir”. Luego de las intervenciones, la celebración del Día de San Pedro Claver, terminó con un compartir fraternal de un refrigerio.

Comunicado del Provincial sobre el atentado contra el Dr. Fernando Londoño Hoyos

Por: Francisco de Roux, S.J.Mayo 16, 2012 _____________________________________________________________________________ «Como Provincial de los Jesuitas de Colombia y responsable de nuestra misión en este país, quiero expresar públicamente nuestro total rechazo al atentado sufrido por el Dr. Fernando Londoño Hoyos, exalumno del Colegio San Bartolomé y de la Pontificia Universidad Javeriana, donde ha sido catedrático. Manifiesto igualmente nuestro dolor por la muerte de los dos escoltas, Sr. José Ricardo Rodríguez y Sr. Rosemberg Burbano Ramos, y la solidaridad de los Jesuitas con todos los heridos y con las familias tocadas violentamente por este acto de terrorismo. Trabajamos por construir una comunidad humana donde la vida es sagrada, donde se respete la dignidad de todas las personas y donde haya libertad para la confrontación de ideas en la búsqueda del bien común. No aceptamos, ni justificamos, en ningún caso, el atentado contra la vida y mucho menos el mensaje de terror que busca expandir el miedo sobre la ciudad y desestabilizar el país. Sin saber quiénes sean los responsables de esta barbarie, sabemos que los autores son personas atrapadas en el conflicto violento, que quieren continuar e incluso exacerbar la agresión al ser humano que tanto dolor y tragedia ha traído al país. En este momento Dios nos espera a todos trabajando por la paz basada en el respeto a la dignidad humana, la justicia social y el funcionamiento de las instituciones.

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