Pensando en voz alta | 07 de mayo de 2023
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Por: Enrique A. Gutiérrez T., SJ.
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En los acontecimientos eclesiales que vivimos en las diferentes situaciones de la vida, como en los hechos de la vida cotidiana he encontrado un elemento común en todos: la persona del Señor Jesús en quien creemos y a quien seguimos. Tanto en la salud como en la enfermedad, en la muerte como en la vida, en el éxito como en el fracaso, en la alegría como en la tristeza, la persona de Cristo ha sido, como lo dice la segunda lectura de este domingo, la piedra angular sobre la cual está construido todo el edificio de nuestra fe.
El pasaje del evangelio de este domingo nos ayuda a comprender el sentido de nuestra fe. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Todo lo demás son medios, ayudas para ir al Padre. El sentido de la vida de toda persona humana es llegar a la casa del Padre, para estar con Él, y Jesús nos dice cómo podemos lograrlo. Él mismo es el Camino. Siguiéndolo a Él no hay posibilidad de perdernos o equivocarnos. Con Él y en Él vamos seguros. Al mismo tiempo, Él es la Verdad que todos buscamos, la respuesta a las preguntas que nos inquietan en lo más profundo del corazón, quien le da sentido a nuestra existencia, a nuestro caminar.
Más aún, Él es la Vida, el alimento para el camino en la búsqueda de la verdad. Unidos a Él, no tenemos riesgo de perdernos, encontramos la verdad que buscamos y la fuerza para seguir adelante en el camino de la vida. Se convierte así en el sentido de nuestra existencia. A un Jesús así, anunciado y proclamado con la vida misma, es a quien tomé la decisión de seguir y servir desde hace muchos años.
El momento actual de la Iglesia, con tantos desafíos, con tantos problemas e incertidumbres, nos invita a reafirmar nuestra fe en Cristo, a vivir la experiencia de construir Iglesia, bajo el cayado del pastor que el Señor ha querido concedernos en este momento de nuestra historia como Iglesia. Los desafíos son grandes. Las respuestas han de ser construidas por todos como comunidad de creyentes teniendo siempre a Jesús el Señor como nuestro camino, verdad y vida.
Ese sentido de Iglesia, formada por todos, es el que nos presenta la primera lectura de este domingo, tomada de los Hechos de los Apóstoles, al narrarnos la escogencia de los primeros diáconos cuyo ministerio principal debía ser el de la caridad para que los apóstoles se dedicasen al ministerio de la palabra.
No podemos olvidar el sentido solidario de nuestro compromiso cristiano, especialmente en los momentos que vive nuestra patria, marcada por la violencia, la muerte y la tragedia. Debemos volver nuestra mirada a Jesús, el Señor, y recordar que Él es y será siempre nuestro Camino, Verdad y Vida.