La Fundación trabaja principalmente en la búsqueda de una sólida experiencia de fe personal y comunitaria; de una reflexión profunda sobre los desafíos que el Evangelio plantea a las culturas y las respuestas a las preguntas que los contextos culturales formulan sobre la experiencia de Dios. La fundación promueve la construcción de paz, como interés supremo de la sociedad, a través del rescate de los valores trascendentales presentes en la comunidad.
La actividad meritoria se enmarca dentro de las actividades de desarrollo social, en la protección, asistencia y promoción de los derechos de las poblaciones de especial protección constitucional, minorías, poblaciones en situación de vulnerabilidad, exclusión y discriminación, tales como víctimas del conflicto, población desmovilizada, población en situación de pobreza y pobreza extrema, y población rural o campesina; las actividades orientadas a la promoción y desarrollo de la transparencia, al control social, a la lucha contra la corrupción, a la construcción de paz, al desarrollo de las políticas públicas y la participación ciudadana.