En el contexto del Año Ignaciano –convocado por el P. Arturo Sosa, SJ, Superior General de la Compañía de Jesús–, el 12 de marzo de 2022 celebramos los 400 años de la canonización de san Ignacio de Loyola, quien fue elevado a los altares junto con san Francisco Javier, santa Teresa de Jesús, san Felipe Neri y san Isidro Labrador. Los rostros de la santidad son muy variados y un ejemplo de ello es esta lista. Por caminos distintos y de maneras creativas, el Espíritu Santo suscitó estas figuras para animar la vida del santo pueblo fiel de Dios, a vivir en comunión estrecha con el ideal de la vida cristiana.
En la Exhortación Apostólica del papa Francisco sobre “El llamado a la santidad en el mundo actual”, Gaudete et Exultate, el papa dedica un capítulo al combate, la vigilancia y el discernimiento espiritual. Al referirse al discernimiento, afirma:
“El discernimiento no solo es necesario en momentos extraordinarios, o cuando hay que resolver problemas graves, o cuando hay que tomar una decisión crucial. Es un instrumento de lucha para seguir mejor al Señor. Nos hace falta siempre, para estar dispuestos a reconocer los tiempos de Dios y de su gracia, para no desperdiciar las inspiraciones del Señor, para no dejar pasar su invitación a crecer”. (…) (GE, 169).
Tal vez el aporte más destacado que hizo Ignacio de Loyola a la Iglesia fueron los Ejercicios Espirituales, que no son otra cosa que un método de discernimiento para buscar y hallar la voluntad de Dios en cada momento de la vida. De acuerdo con lo que afirma el papa Francisco, el discernimiento es un instrumento de lucha cotidiana, que nos ayuda a descubrir los caminos de Dios de modo que podamos ser obedientes a los ‘signos de los tiempos’, a través de los cuales el Señor nos sigue comunicando su proyecto de salvación.
Celebrar la canonización de san Ignacio de Loyola es agradecer el don de los Ejercicios Espirituales y el método del discernimiento que Dios le regaló a la Iglesia y a la humanidad, a través de este soldado vasco que se dejó transformar por el amor misericordioso de Dios y que supo leer los signos de su tiempo y hacer las opciones correspondientes para estar en sintonía con la voluntad de Dios.
Si queremos hacer nuestra esta disposición de vida a través del discernimiento, tenemos que desarrollar una mirada contemplativa sobre la realidad, para descubrir lo que Dios está haciendo con nosotros y a nuestro alrededor, de modo que podamos encontrar la mejor forma de colaborar con esta acción creadora y salvífica de Dios en medio de nuestra historia.
Hermann Rodríguez Osorio, SJ
Provincial
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Conéctate a la transmisión en vivo el próximo 12 de marzo, a partir de las 11:00 a. m. (hora Bogotá, Colombia).