Por: Gustavo Jiménez Cadena, S.J.Junio 2, 2017 A través de multitud de acciones pequeñas que realizamos todos los días, quizás inconscientemente, contribuimos a destruir nuestra casa común, o por el contrario podemos ayudar a salvarla. De aquí y de allá, he recogido unas cuantas sugerencias prácticas que voy a compartir hoy con ustedes: • Valora y apoya a los recicladores, eximios bienhechores del medio ambiente.• Adquiere solo lo que necesites. Recuerda que no vales por lo que tienes sino por lo que eres personalmente.• Reduce al mínimo el uso de productos desechables. Si puedes, elige envases retornables.• Utiliza el automóvil sólo lo indispensable. Para distancias cortas, camina. Así haces un ejercicio saludable que no contamina el ambiente.• No tires basura a la calle. Cuando vayas al campo, no dejes basura y recoge la que encuentres, aunque no sea tuya.• Evita las quemas en los campos. Si prendes una fogata, asegúrate de apagarla completamente antes de irte.• El agua es un elemento vital que debemos cuidar con gran esmero:• Báñate en cinco minutos. Cierra la llave del agua mientras te enjabonas o afeitas.• Al cepillarte los dientes, usa un vaso para el agua, no dejes correr el chorro del agua de la llave.• Arregla las fugas de agua de las llaves o del tanque del inodoro. Cuida que la llave del lavamanos o del lavaplatos no gotee al cerrarla.• Nunca laves el automóvil con manguera; utiliza un balde u otro recipiente.• Cambia los bombillos comunes por bombillos ahorradores de energía.• Aprovecha al máximo la luz natural. Enciende la luz eléctrica sólo cuando la necesites. Apaga las luces innecesarias.• Enciende el televisor sólo cuando realmente vas ver un programa.• Cuida la vida de los pájaros y otros animales del campo. Enseña a los niños a no usar caucheras para matar los pajaritos y las ardillas. En el número 211 de su encíclica, el Papa Francisco desciende a algunas pequeñas acciones que nos tocan a todos, con la esperanza -dice el Pontífice- de que “lleguen a conformar en nosotros un estilo de vida”. Siguiendo los pasos del Papa, les he ofrecido a ustedes este muestrario de acciones ecológicas, en la convicción de que más vale un solo hecho concreto, aunque parezca insignificante, que una tonelada de consideraciones grandiosas que se quedan sólo en teorías nunca puestas en práctica.
