Por: Antonio José Sarmiento, SJ
Lecturas:
- Isaías 55: 10-11
- Salmo 64
- Romanos 8: 18-23
- Mateo 13: 1-23
El Principito ¹, de Antoine de Saint-Exupéry, es un clásico de la literatura del siglo XX; su genialidad consiste en el uso sabio y creativo del lenguaje metafórico que, como rica parábola, remite al lector a la sabiduría esencial de la vida. A través del diálogo del pequeño personaje con un zorro se van desentrañando realidades fundamentales para el ser humano, como el amor, la libertad, la amistad, la capacidad de ver “más allá” de lo evidente, la inteligencia de la interioridad, caldo de cultivo para una existencia sapiencial. El éxito de este escrito es innegable, la fuerza de su narrativa es sugerente, con la sabia pedagogía de lo simbólico.
Así son las parábolas² con las que Jesús enseña los valores esenciales del reino de Dios y su justicia, recurso que él usó recurrentemente tomando sus figuras de la realidad doméstica y laboral de quienes le escuchaban. A esto nos hemos referido con frecuencia en estas páginas semanales de Comunitas Matutina. Amas de casa, pastores, niños, ancianos, agricultores, pastores, pescadores, artesanos, la buena gente del común, se sentían identificados con todo lo que les transmitía, porque lo sabía hacer en simultánea sencillez y profundidad, hablándoles de un Dios incondicional, misericordioso, compasivo, liberador, dador de vida y esperanza. Cada relato parabólico nos dice que otro mundo es posible, desde la libertad que el Dios revelado en Jesús confiere al ser humano. Sus parábolas parten de una visión esperanzadora, la que anima su ministerio, la Palabra que llega fecunda a quienes no se dejan llevar por una exterioridad religiosa estereotipada, los discretos y humildes testigos del nuevo mundo que surge con el caminante de Nazaret.
El evangelio de hoy es la muy conocida parábola del sembrador ³, de una sencillez extrema, sin complicaciones conceptuales pero sí con exigencias vitales de primer orden. Las parábolas quieren provocar una ruptura con la manera miope de ver el mundo, excesivamente cuadriculado con sus reglamentos, códigos, ordenamientos y demás estructuras; desde su simplicidad rompen esquemas y nos llevan a ver posibilidades insospechadas de la vida. Para apropiarlas hay que tener mente y corazón dispuestos a cumplir aquello del Principito: “lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve bien con el corazón”, que refiere el texto en el capítulo XXI, en el diálogo que tienen el Principito y el zorro , en plan de despedida, mutuo testamento de amistad que se transmiten entre sí.
Las parábolas nos ponen ante alternativas vitales y liberadoras y nos plantean el valor de una decisión ante ellas. En el caso de esta nos habla de arrojar la semilla sin medida ni cálculo, con generosidad total como son las cosas de Dios con nosotros, su reino no está modelado matemáticamente, lo suyo es desbordarse en vitalidad y en posibilidades de crecimiento, humanización, liberación, conciencia de dignidad, conscientes de que El trasciende hacia nosotros para que, a nuestra vez, nosotros lo hagamos hacia El y entre nosotros. Esa es la fecundidad de la semilla que El nos lanza. Los psicólogos contemporáneos se refieren a esto como la generatividad 4, el ser humano que fecunda otras vidas, que es portador de sentido para la vida de muchos, que no pasa la existencia “llevado por la corriente”, esclavo de rutinas y de estilos irrelevantes. Esto es, que en cada etapa de nuestro desarrollo vital estemos proyectados a la fecundidad existencial.
Este concepto, surgido de los estudios del psicoanalista Erik Erikson 5, alude a la fecundidad de la vida humana, si esta crece integralmente, se asume como proyectada hacia los demás, el propio proyecto de vida “genera” sentido para muchos, lo que se hace es significativo para que muchos crezcan y sean mejores personas. Ser fecundo es dar vida, ser relevante para que la gente encuentre las mejores razones para vivir, para que descubran los genuinos fundamentos de la sabiduría, para que vivencien su dignidad, para que sean libres. Un ser humano adulto, realizado, es un generador de muchas cosas buenas para sus prójimos, esto es ser tierra fecunda para que allí germinen las semillas del humanismo y de la espiritualidad.
Buena introducción al asunto, clave para nuestra vida de creyentes, nos la ofrece el texto del profeta Isaías, en su tercera parte, cuyos contenidos dominantes son de esperanza y consolación: “Del mismo modo que descienden la lluvia y la nieve de los cielos y no vuelven allá de vacío, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, para que dè simiente al sembrador y produzca pan para comer, así será la palabra de mi boca: no tornará a mí de vacío, pues realizará lo que me he propuesto y será eficaz en lo que le mande” . 6
La tercera parte del profeta Isaías está alentada por la esperanza en la restauración de Israel, de la que ya se empiezan a ver señales concretas que dan pie a esta expectativa. El profeta es testigo fiel del acontecer salvador de Dios en las realidades de los israelitas de aquellos tiempos, El inspira sus contenidos de fecundidad en las mejores razones para reencantar la historia de sus contemporáneos y paisanos. 7
Se prepara el terreno para la parábola del sembrador, es el capítulo 13 de Mateo que nos ocupará este y los dos domingos venideros, con varias parábolas que responden a diversas inquietudes de esa comunidad de primeros cristianos provenientes del judaísmo. Mateo 8 y su comunidad, responsables de este evangelio, reflejan la preocupación que les suscitaba la hostilidad e indiferencia a la Buena Noticia de Jesús, era parte de lo que vivían y sentían hacia el año 80 de la era cristiana. Conocer estas inquietudes, ya formuladas en los interrogantes referidos, nos ayuda a captar el mensaje de este conjunto de parábolas.
El lenguaje elemental de esta parábola nos interroga por nuestras actitudes ante la oferta de Dios, si somos tierra árida, dura, impermeable a una propuesta de trascendencia, simplemente preocupados por el aquí y el ahora, acuciados por la urgente inmediatez de lo material; o si nos dejamos llevar por entusiasmos pasajeros, aceptamos la invitación sin estar dispuestos a un compromiso de fondo, mezcla de cizaña con buena hierba, donde aquella sofoca las posibilidades de esta.
La parábola es un buen test para identificar nuestra actitud ante la propuesta de Jesús, que no es otra cosa, que la autenticidad y responsabilidad ante nuestro propio proyecto de vida.
- Cerrazón radical para el evangelio? “Cuando alguien oye la palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón” . 9
- Entusiasmo inicial y luego inconstancia y evasión del compromiso? “El que fue sembrado en pedregal es el que oye la palabra y de momento la recibe con alegría, pero como no tiene raíz en sí mismo, por ser inconstante, sucumbe en seguida…” . 10
- Afecto desordenado por el confort, la riqueza, los privilegios de la sociedad? “El que fue sembrado entre los abrojos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas, sofocan la palabra, que queda sin fruto” .¹¹
La pedagogía de las parábolas¹² es utilizada por Jesús para descubrir las posibilidades insospechadas de la realidad, favorece entrever la utopía del Reino, facilita que adoptemos la postura del compromiso gozoso con la invitación que él nos hace a seguirlo en su causa. Su intención no reside en estructurar seres humanos cuadriculados por una religión sofocante sino crear las condiciones que hagan posible una apertura liberadora a Dios y al prójimo.
En la segunda lectura de hoy – de la carta a los Romanos – Pablo habla de una gran expectativa de vida que da sentido de plenitud al ser humano es el gran terreno que espera ser abonado por la semilla de Dios: “Pues sabemos que la creación entera viene gimiendo hasta el presente y sufriendo dolores de parto. También nosotros mismos, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior anhelando la liberación de nuestro cuerpo. Porque nuestra salvación está relacionada con la esperanza” . ¹³
Es el futuro fértil de Dios en nosotros! El, que nos hace hijos y hermanos, que nos invita a disponer los bienes de la creación para beneficio de todos, que hace de nuestra condición humana un relato de su amor, que está incondicionalmente comprometido con nuestra felicidad, que en Jesús ha depositado la semilla más promisoria para que todo en la historia sea definitivamente humano y definitivamente divino!
La palabra del Evangelio germina en quienes están dispuestos a un modo de vida ajeno a la vanagloria y al brillo social, en quienes saben que el prójimo es referente obligado del mismísimo Dios, en quienes tienen la certeza de que la fecundidad de la vida pasa necesariamente por el servicio y la solidaridad, en quienes dejan que el Espíritu desacomode sus esquemas de seguridad para dar el salto esperanzado a la novedad de Jesús. Eso es ser tierra fértil para que el Reino de Dios y su justicia capte la totalidad de nuestro ser.
Bibliografía:
¹DE SAINT EXUPÉRY, Antoine. Le petit prince. Gallimard. París, 1946; Ciudadela: el pensamiento póstumo del autor de El Principito. En https://www.sembrareneldesierto.files.wordpress.com/2014/09/saint-de-exupery-ciudadela.pdf Este último texto reproduce fielmente el manuscrito en el cual trabajaba el autor en el momento de su desaparición. Fue un famoso aviador y escritor francés, también periodista. Sus reflexiones sobre la condición humana, sobre el “endurecimiento” del mundo de los adultos, la amistad, el sentido de la vida, tienen carta de ciudadanía entre quienes aprecian la sabiduría de lo esencial. Durante la segunda guerra mundial fue piloto militar; desapareció en pleno vuelo, en 1944, a los 44 años de edad; nunca se encontraron sus restos. SANCHEZ HERNANDEZ, Ángeles. Aproximación a la figura y al pensamiento de Saint-Exupéry en el centenario de su nacimiento. En https://www.acceda.cris.ulpgc.es/bitstream/10553/4010/2/0234349_00006_0017.pdf SOSA, Edgardo R. El Principito y su revolución psicológica. Guadalupe. Buenos Aires, 1975. DE SAINT EXUPERY, Antoine. Un sentido de la vida. Troquel. Barcelona, 1956. RICOEUR, Paul. La metáfora viva. Trotta. Madrid, 2001.
²CENTRO BÍBLICO VERBO DIVINO. Las parábolas de Jesús. Verbo Divino. Quito, 2017. ESLAVA, Euclides. El secreto de las parábolas. Universidad de La Sabana. Chía, 2016. PÉREZ COTAPOS, Eduardo. Las parábolas de Jesús: su sentido y adecuada interpretación. En https://www.repositorio.uc.cl/xmlui/bitstream/handle/11534/16641/000674071,pdf
³Mateo 13: 1-23. PAGOLA, José Antonio. Sembrar el Evangelio, en su libro El Camino abierto por Jesús Mateo, páginas 133-139. PPC. Madrid, 2010. SANCHEZ NAVARRO, Luis. El Logos del Reino: las diez parábolas de Mateo. Verbo Divino. Estella, 2013. SCHWEIZER. Edward. Jesús, parábola de Dios. Sígueme. Salamanca, 2001. RESTREPO TAMAYO, Juan Camilo. La creatividad evangélica como apertura a otra lógica. En https://www.newsodn.org/recursos/arxius/20150313_0524CREATIVIDAD_EVANGELICA.pdf LOHFINK, Gerhard. Las cuarenta parábolas de Jesús. Verbo Divino. Estella, 2021. ZIMMERMAN, Rubén. Las enigmáticas parábolas de Jesús. Clie. Barcelona, 2022. JEREMIAS, Joachim. Las parábolas de Jesús. Verbo Divino. Estella, 1997.
4SANDOVAL OBANDO, Eduardo (Editor). Generatividad y desarrollo humano. Universidad Autónoma de Chile. Santiago, 2022. MASLOW, Abraham. La personalidad creadora. Kairós. Barcelona, 2003; El hombre autorrealizado. Kairós. Barcelona, 1999. FRANKL, Viktor. El hombre en busca del sentido último. El análisis existencial y la conciencia espiritual del ser humano. Paidós. Barcelona, 1999. MARCEL, Gabriel. Metafísica de la esperanza. Nova. Buenos Aires, 1954. LEVINAS, Emmanuel. De otro modo que ser o más allá de la esencia. Sígueme. Salamanca. LAÍN ENTRALGO, Pedro. Teoría y realidad del otro. Alianza Editorial. Madrid, 1983. MOLTMANN, Jürgen. El experimento esperanza. Sígueme. Salamanca, 1977. BLOCH, Ernst. El principio esperanza. (3 volúmenes). Trotta. Madrid, 2003.
51902-1994. Psicólogo y psicoanalista germano-estadounidense, notable por sus contribuciones a la psicología del desarrollo. Su obra más destacada es El ciclo vital completado. Paidós. Barcelona, 1996.
6 Isaías 55: 10-11
7GUERRA SUÁREZ , Luis María. Isaías, profeta de la esperanza. En Revista Almogaren, número 29, páginas 121-133. Centro Teológico de Las Palmas. Palma de Gran Canaria. RAMIS DARDER, Francesc. Isaías 40-66. Desclée de Brower. Bilbao, 2018. BLENKINSOPP, Josep. El libro de Isaías III: 56-66. Sígueme. Salamanca, 2017. JANTHIAL, Dominique. El libro de Isaías o la fidelidad de Dios a la casa de David. Verbo Divino. Estella, 2012. DELITZSCH, Franz Julius. Isaías: comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento. Clie. Barcelona, 2016. BERGES, Ulrich. Isaías: el profeta y el libro. Verbo Divino. Estella, 2015.
8RODRÍGUEZ CARMONA, Antonio . El evangelio de Mateo. Desclée de Brower. Bilbao, 2006. LUZ, Ulrich. El evangelio según San Mateo (4 volúmenes). Sígueme. Salamanca, 2001. SICRE DÍAZ, José Luis. El evangelio de Mateo: un drama con final feliz. Verbo Divino. Estella (Navarra, España), 2005. SCHMID, Josef. El Evangelio según San Mateo. Herder. Barcelona, 1973. BARCLAY, William. Mateo. Clie. Barcelona, 1995. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. El Evangelio de Mateo: los conflictos de una iglesia judeocristiana. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. 17 de octubre de 2017. GRILLI, Massimo & LANGNER, Cordula. Comentario al Evangelio de Mateo. Verbo Divino. Estella, 2014. PAGOLA, José Antonio. El camino abierto por Jesús: Mateo. PPC. Madrid, 2010.
9Mateo 13: 19
10 Mateo 13: 20-21
¹¹ Mateo 13: 22
¹²DE LA TORRE GUERRERO, Gonzalo. Las parábolas que narró Jesús: la revolucionaria revelación de la conciencia de Jesús. Ediciones Uniclaretiana. Quibdó, 2009. MESTERS, Carlos. Las parábolas de Jesús. Guías para grupos bíblicos. Verbo Divino. Estella, 2005. ALEIXANDRE, Dolores. Un tesoro escondido : las parábolas de Jesús. Buena Prensa. México, D.F., 2018.
¹³ Romanos 8: 22-24