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«Entonces, si el pan es uno solo, también nosotros, aún siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos participamos del mismo pan»

Comunitas Matutina

Solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Domingo 11 de junio 2023 

Por: Antonio José Sarmiento, SJ

Lecturas:

  1. Deuteronomio 8: 2-16
  2. Salmo 147: 12-20
  3. 1 Corintios 10: 16-17
  4. Juan 6: 51-58

 

De acuerdo con estadísticas actualizadas, en el mundo somos en 2023 2.480 millones de hombres y mujeres que profesamos la fe en Jesucristo, en las diversas denominaciones, siendo la principal la católica con 1.380 millones de adeptos, también la multiplicidad de iglesias surgidas de la reforma protestante, como los evangélicos luteranos, anglicanos, presbiterianos, bautistas, calvinistas, wesleyanos, metodistas, pentecostales, etc., con unos 900 millones de integrantes , junto con las muy tradicionales de Oriente, que conocemos bajo el común denominador de la ortodoxia., que cuentan con unos 200 millones de integrantes activos ¹. Un interrogante que surge ante esta verificación estadística es si todo ese conjunto de iglesias influye cristocéntricamente en el mundo, en la multiplicidad de sociedades donde está presente, si el Evangelio del Señor Jesucristo anima e inspira con el espíritu de las bienaventuranzas los modos de vida en sociedad, si la fraternidad, el interés por el prójimo, la solidaridad con los vulnerables, la pasión por la justicia, están vigentes siguiendo el mensaje de Jesús. El “control de calidad” tiene que estar presente siempre en el cristianismo, vale decir, constatar si somos fieles al Señor en quien tenemos nuestro fundamento. Las elevadas estadísticas no tienen que ser razón para “dormir sobre los laureles”², la vieja tentación del triunfalismo del que adolecen los grupos mayoritarios de todo tipo. 

 Porque es preciso tener en cuenta que en el seguimiento de Jesús es esencial el elemento de la autenticidad y de la coherencia en el mismo, no simplemente la reducción dominante a un cristianismo de inercia sociocultural. No son pocas las críticas que se nos hacen por olvidar la originalidad del Señor y de su Evangelio, por dejarnos avasallar por una religiosidad estereotipada y carente de espíritu, por dar prelación a lo institucional y jurídico eclesiástico sobre el carisma y la profecía. 

El cristianismo en todas sus versiones eclesiales, históricas y doctrinales converge en torno a la persona de Jesucristo, a quien se acepta como Señor y Salvador de la humanidad, revelación definitiva de Dios para bien de todos los que quieran acogerlo en tal condición ³. Elemento normativo del proyecto de Jesús es el amor incondicional al prójimo, independiente de cualquier clasificación ideológica, socioeconómica, étnica , religiosa, con preferencia por los humillados y ofendidos de la tierra 4. En el capítulo 10 del evangelio de Lucas, el contexto de la parábola del Buen Samaritano está dado por un interrogatorio que un maestro de la ley hace a Jesús “para ponerlo a prueba5, preguntándole por lo que debe hacer para obtener la vida eterna. La conversación deriva en la pregunta: “Y quién es mi prójimo? Jesús le contestó: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó… 6. La respuesta es la conocidísima parábola del Buen Samaritano, cuya intención es poner a quien preguntaba a establecer sus prioridades como hombre religioso y observante de la Ley, dejando clara la necesaria interdependencia entre el amor a Dios y el amor al prójimo, principalmente el caído y vulnerado 7 . Ese aspecto del programa de Jesús también tiene total validez para nuestro tiempo y para todos los tiempos de la historia.

Sobre estas consideraciones de ética evangélica debemos tener en cuenta que las cifras del hambre en este mundo donde somos tantos cristianos que celebramos la eucaristía, que participamos en la santa cena, son más que inquietantes: dice la FAO que 828 millones de personas han padecido hambre en los últimos años, especialmente a partir de la pandemia del corona virus; en este mismo período alrededor de 2.300 millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria; 3.100 millones de prójimos no pueden permitirse una dieta saludable 8. Esta estadística, unida a todas las de cubrimiento en salud, educación, vivienda digna, agua potable, saneamiento ambiental, qué preguntas nos hacen a nosotros que celebramos cada día, cada domingo, la presencia del Señor Jesucristo en la eucaristía, el Corpus Christi, y nos acercamos a recibirlo en la comunión sacramental? Todo el contexto propuesto hasta este momento es para ayudarnos a pensar y a rescatar el aspecto ético-solidario de la eucaristía 9, el cuerpo sacramental de Jesucristo es un cuerpo animado en justicia y fraternidad

Es preciso recordarlo, la eucaristía no es un sacramento “en sí”, como una entidad aislada de la vida real de las personas, como un ídolo majestuoso ante quien todos se rinden. Este sacramento es esencialmente eclesial, comunitario, es decir que debe incidir directamente en una mejor vida, más cualificada evangélicamente, de cada integrante de la comunidad eclesial. Este domingo la Iglesia celebra la muy tradicional solemnidad del Corpus Christi. A la luz de esta presencia sacramental, esencial en la configuración de la vida de la Iglesia, nos planteamos estas cuestiones de ética social eucarística, porque no es posible participar en la eucaristía y desentenderse del prójimo hambriento y necesitado. Recibir el pan sacramental no es una caricia de espiritualidad autorreferencial, el “hagan esto en memoria mía 10 de Jesús en la última cena con sus discípulos es una invitación que él nos hace a vivir en coherencia con él, con su programa de ética de la projimidad, a ser nosotros mismos, en cuanto bautizados e Iglesia, reflejo sacramental de eso mismo que él practicó en su vida. ¹¹

Todo lo que se origina en Dios es vitalidad, salud, alimento, siempre con desmedida abundancia. Por eso el testimonio original de la fe de Israel es la certeza en un Dios creador, dador de vida y comprometido con la misma, porque: “El te afligió, haciéndote pasar hambre y después te alimentó con el maná – que tu no conocías ni conocían tus padres – para enseñarte que el hombre no vive sólo de pan, sino de todo lo que sale de la boca de Dios”  ¹². Dios es alimenticio, Jesús se parte y se comparte para darnos la vida plena de Dios.

El paso dramático de los israelitas por el desierto durante 40 años, despojados de seguridades, es un prototipo de la experiencia humana. Salir de la comodidad, lanzarse a la aventura de un mundo promisorio y también incierto, correr el riesgo de la libertad, pero soñar siempre con la tierra prometida “que mana leche y miel” ¹³. “Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones, y ver si eres capaz o no de guardar sus preceptos” 14 , es un texto de memoria que propone al creyente israelita su propia biografía de prueba y crisis, para permanente recuerdo liberador, en el que no ha de olvidarse lo pactado con Yavé Dios.

Si experimentamos la gracia y el beneficio de ser nutridos nos corresponde dar con gratuidad lo que así hemos recibido: “Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y aguas profundas que manan en el monte y la llanura; tierra de trigo y cebada, de viñas , higueras y granadas, tierra de olivares y de miel; tierra en que no comerás medido el pan, en que no carecerás de nada…. Entonces, cuando comas hasta hartarte, bendice al Señor tu Dios, por la tierra buena que te ha dado”. 15

En el Señor Jesús se hace evidente lo contenido en su sangre derramada, en su cuerpo ofrecido, para darnos en totalidad la vida de Dios, haciéndolo sacramento permanente, memoria de la radical donación de sí mismo para salvación y liberación de toda la humanidad, para que sus seguidores nos impliquemos en lo mismo: “Quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí” . 16

 Pablo, preocupado por la tentación de idolatría que acechaba a la comunidad cristiana de Corinto, les advierte acerca de este peligro, porque lo que se ofrece no son formas rituales sino el mismo Jesús que se contiene en el don alimenticio: “La copa de bendición que bendecimos, no es acaso comunión con la sangre de Cristo? ; y el pan que partimos, no es comunión con el cuerpo de Cristo? Entonces, si el pan es uno solo, también nosotros, aún siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos participamos del mismo pan”). 17

El pan y vino que se comparten tienen la vocación de construír comunión. “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”  18, palabras de Jesús que determinan su presencia real animando la vida de la Iglesia, realizando la fraternidad, promoviendo una sacramentalidad eucarística que signifique con eficacia el nuevo orden de vida que él instaura en el reino de Dios y su justicia. Jesús calma nuestra hambre y nuestra sed y demanda de nosotros calmar la de nuestros prójimos excluídos de la mesa común. 19

 

Bibliografía:

¹ www.es.calcuworld.com/cuantos/cuantos-cristianos-hay-en-el-mundo/ KUNG, Hans. El cristianismo, esencia e historia. Trotta. Madrid, 1997; Ser cristiano. Trotta. Madrid, 1996. RAHNER, Karl. Curso fundamental sobre la fe. Introducción al concepto de cristianismo. Herder. Barcelona, 1979. JOHNSON, Paul. La historia del cristianismo. Maxi Libros. Barcelona, 2017. MARTÍNEZ DÍEZ, Felicísimo. Ser cristiano hoy? Jesús y el sentido de la vida. Verbo Divino. Estella, 2009; Creer en Jesucristo, vivir en cristiano. Cristología y seguimiento. Verbo Divino. Estella, 2007. RADCLIFFE, Timothy. Ser cristianos en el siglo XXI: una espiritualidad para nuestro tiempo. Sal Terrae. Santander, 2016. PAPA FRANCISCO. Carta Encíclica Fratelli Tutti sobre la Fraternidad y la Amistad Social. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2020. 

²PAPA FRANCISCO. Homilía El Triunfalismo de los Cristianos, miércoles 29 de mayo 2013. En https://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2013/documents/papa-francesco_20130529_triunfalismo-cristianos-pdf ALEGRE, Xavier. Marcos, o la corrección de una ideología triunfalista. Pautas para la lectura de un evangelio beligerante y comprometido. En https://www.redicces.org.sv/jspui/bitstream/10972/1103/1/RLT-1985-006-B.pdf KASPER WALTER & AUGUSTIN, George. Dios en la pandemia. Ser cristianos en tiempos de prueba. Sal Terrae. Santander, 2020. CASTILLO, José María. Declive de la religión y futuro del Evangelio. Desclée de Brower. Bilbao, 2023. 

³TRIGO, Pedro. Jesús nuestro hermano. Acercamientos orgánicos y situados a Jesús de Nazareth. Sal Terrae. Santander, 2016. GONZÁLEZ FAUS, José Ignacio. El rostro humano de Dios. Sal Terrae. Santander, 2015; Otro mundo es posible desde Jesús. Sal Terrae. Santander, 2010. GALLI, Carlos María. Recomenzar nuestro camino en, desde y hacia Cristo. Una cristología del camino, el encuentro y el desborde. En Revista Teología tomo LIX, número 138, páginas 9-44. Pontificia Universidad Católica Argentina. Buenos Aires, agosto 2022. SOBRINO, Jon. El principio misericordia: bajar de la cruz a los pueblos crucificados. UCA Editores. San Salvador, 2012. 

4LAGOS VILLENA, Dagoberto Eduardo. Sirviéndoles en sus necesidades como si presente me hallase (Ejercicios Espirituales 114). Mistagogía social ignaciana de la misericordia hacia el prójimo. Trabajo de grado para optar al título de licenciado en teología. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2019. CASTILLO, José María. La ética de Cristo. Desclée de Brower. Bilbao, 2006. LAGUNA , José. Hacerse cargo, cargar y encargarse de la realidad. Hoja de ruta samaritana para otro mundo posible. Cristianismo y Justicia. Barcelona, 2004.

5Lucas 10: 25

6Lucas 10: 30-37

7PAGLIA, Vicenzo. De la compasión al compromiso: la parábola del Buen Samaritano. Narcea. Madrid, 2009. PRONZATO, Alessandro. Tras las huellas del samaritano: peregrinación al santuario del hombre. Sal Terrae. Santander, 1984. SILVEIRA DE BRITO, José Henrique & BORGES DE MENESES, Ramiro Delio. Una ética global a partir de la parábola del buen samaritano. En Revista Theologica Xaveriana volumen 60, número 170, páginas 519-541. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2010. GARCÍA INDA, Andrés. Como un buen samaritano: los deberes, entre la ética y el derecho. Sibirana. Zaragoza, 2021. VALENZUELA, Jonatan. La narrativa del deber de ayudar a otro: samaritanos, héroes y superhéroes. En Revista Ius et Praxis, año 20 número 2, páginas 555-574. Universidad de Talca, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Talca, 2014. 

8FOOD AND AGRICULTURE ORGANIZATION OF THE UNITED NATIONS FAO. World Food and Agriculture Yearbook 2022. FAO. Roma, 2022. 

9ALDAZÁBAL LARRAÑAGA, José. Eucaristía y fraternidad. Centro de Pastoral Litúrgica. Barcelona, 1993. DE CAMARGO, Gilson Cezar. Eucaristía, caridad y justicia social. En https://www.cmglobal.org/en/files/2018/08/VT-2005-01-14-ESP-G:CEZARDECAMARGO.pdf SCOTT, Margaret. La eucaristía y la justicia social. Sal Terrae. Santander, 2010. SCAMPINI, Jorge A. La eucaristía, primicia y fundamento de un orden social verdaderamente justo. En Revista Teología tomo LIII número 119, páginas 45-80. Pontificia Universidad Católica Argentina. Buenos Aires, marzo 2016. DUSSEL, Enrique. El pan de la celebración, signo comunitario de justicia. En https://www.enriquedussel.com/txt/Textos_Articulos/134.1982_espa.pdf CASTILLO, José María. Donde no hay justicia, no hay eucaristía. En Revista Estudios Eclesiásticos volumen 52, número 203, páginas 555-590. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, octubre-diciembre 1977. MARTÍNEZ MORALES, Víctor. Sentido social de la Eucaristía. 3 volúmenes. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 1995. 

10Lucas 22: 19

¹¹CORDOVILLA PÉREZ, Ángel. Haced esto en memoria mía (1 Corintios 11:24). La memoria en la escritura y en la tradición de la Iglesia. En Revista Sal Terrae número 108, páginas 103-116. Compañía de Jesús. Madrid, 2016. AGUIRRE MONASTERIO, Rafael. La mesa compartida. Sal Terrae. Santander, 1994. LEON-DUFOUR, Xavier. La fracción del pan. Cristiandad. Madrid, 1983. JEREMIAS, Joachim. La Última Cena. Palabras de Jesús. Cristiandad. Madrid, 1980. METZ, Johann Baptist. Memoria Passionis: una evocación provocadora en una sociedad pluralista. Sal Terrae. Santander, 2007. AGUIRRE MONASTERIO. Rafael. El memorial de la entrega de Jesús. Aula de Teología de la Universidad de Cantabria. Santander, 6 de noviembre de 2012. BASURKO, Xavier. Para comprender la eucaristía. Verbo Divino. Estella, 1999. GESTEIRA GARZA, Manuel. La eucaristía, misterio de comunión. Sígueme. Salamanca, 1992. BOROBIO, Dionisio. Eucaristía. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 2000. KASPER, Walter. Sacramento de unidad: Eucaristía e Iglesia. Sal Terrae. Santander, 2005. LAVERDIERE, E. Comer en el reino de Dios. Los orígenes de la eucaristía en el evangelio de Lucas. Sal Terrae. Santander, 2002. PAPA BENEDICTO XVI. Exhortación Apostólica Postsinodal Sacramentum Caritatis sobre la Eucaristía , fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2007. 

¹²Deuteronomio 8: 3

¹³Éxodo 3: 17

14 Deuteronomio 8: 2

15 Deuteronomio 8: 7-10

16Juan 6: 56-57

17 1 Corintios 10: 16-17

18Juan 6: 54-55

19REVISTA INTERNACIONAL DE TEOLOGÍA CONCILIUM. Número monográfico 310 Hambre, pan y Eucaristía. Verbo Divino. Estella, abril 2005. ARRUPE, Pedro. Hambre de pan y de Evangelio. Sal Terrae. Santander, 1978. DE ROUX GUERRERO, Rodolfo Eduardo. El pan que compartimos. 3 volúmenes. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 2018

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