Lecturas:
1. Hechos 9: 26-31
2. Salmo 21
3. 1 Juan 3: 18-24
4. Juan 15: 1-8
Hoy, el evangelio es el muy conocido de la vid y los sarmientos [1] : “Permanezcan en mí como yo en ustedes. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, tampoco ustedes podrán si no permanecen en mí. Yo soy la vida, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, dará mucho fruto, porque separados de mí nada pueden hacer”. [2] Pensamos que la mejor manera de comentar este rico texto es hacerlo desde la concepción y práctica de la espiritualidad que es la vitalidad de Dios sucediendo dentro de un ser humano, agraciándolo, llenando su vida de trascendencia. La definición clásica de gracia de Dios es El habitando en una persona, transformándola constantemente, modelándola como un nuevo ser según el Espíritu de Jesús. [3] A este respecto, conviene recordar que Espíritu proviene del término latino “spiritus”, que significa soplo animador, hálito, aliento, respiración que da vida a toda la realidad; en la tradición filosófica equivale al griego “pneuma”, y en el lenguaje de la India a “prana”. Para nosotros, en el judeocristianismo, es el aliento de Dios llenándonos de su propia vida. Entonces, el texto que nos ocupa en este quinto domingo pascual, nos habla de la vida teologal que nos participa Jesús si estamos unidos a él. [4] Cuando nos referimos a alguien “con espíritu” queremos decir que es una persona animada, vital, creativa, emprendedora, contagiosa de sí misma para que otros tomen ese camino.
Cuando los discípulos de Jesús tuvieron la experiencia pascual hubo en ellos un cambio del ser, esto ya lo hemos comentado en las anteriores reflexiones de este tiempo pascual. Lo llamamos con palabra sofisticada “cambio ontológico”, es decir, el Espíritu del Señor Resucitado entró en ellos y los dispuso a una nueva manera de ser y de vivir, que conocemos bien. Esta es una experiencia prototípica de los “sarmientos unidos a la vida”, Jesús los renovó desde sus raíces. Este es el tope del ser cristiano, Jesús viviendo en nosotros, haciéndonos 100 % teologales.
Para comprenderlo mejor, hagamos una diferencia y luego establezcamos la relación entre fe, religión y espiritualidad. La fe es la confianza profunda en Dios, principio y fundamento de nuestro ser y proceder, es asumir que Dios es la garantía que acredita nuestra vida con sentido pleno, con la firme esperanza de que El sostiene nuestra vida: “Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos confianza total en Dios, y obtendremos de él todo lo que le pidamos, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y este es su mandamiento: que creamos en su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, según el mandamiento que nos dio”. [5] La religión es la mediación simbólica organizada que asume la relación humana con Dios a través de doctrinas y creencias, rituales y liturgia, normas de comportamiento y códigos éticos, comunidad de fe y liderazgo-pastoreo que la organiza y conduce: “Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo y , arrodillándose delante de él, le preguntó: Maestro bueno, qué haré para heredar la vida eterna? Y Jesús le dijo: por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo uno: Dios. Tú sabes los mandamientos: no mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes. Honra a tu padre y a tu madre”. [6] La espiritualidad es – lo hemos dicho antes – Dios viviendo en nuestra interioridad y haciéndonos como Jesús: “Quien guarda sus mandamientos, mora en Dios y Dios en él; y en esto conocemos que mora en nosotros: en que nos ha dado el Espíritu”. [7] Este trinomio es perfecto y completo si los tres elementos interactúan y se dan sentido el uno al otro en nuestro propio ser. Decimos esto porque es posible encontrar personas muy religiosas sin espiritualidad y viceversa, como pretenden ciertas tendencias y estilos propios del tiempo postmoderno. [8] O también la tendencia a un subjetivismo excesivo que pretende la fe como una relación directa con Dios sin la mediación religiosa y sin la comunidad creyente, una nueva manera de herejía gnóstica, como de “iluminados” que dicen ser bendecidos por Dios con revelaciones y conocimientos exclusivos para ellos. [9]
Lo que queremos decir con la anterior distinción es que la relación con Dios y la gracia transformadora que El nos comunica funciona de maravilla con la interacción armónica entre las tres. El creyente (fe) expresa y celebra su confianza en Dios (religión) y explícitamente tiene experiencia de Dios (espiritualidad) que lo hace nuevo siguiendo como pauta decisiva la misma práctica del Señor Jesús. En el tópico que nos ocupa este domingo la jugada maestra es tener experiencia de Dios en Jesús, no limitarnos al simple cumplimiento de las formalidades religiosas, dejar que el Espíritu nos seduzca y llene nuestra existencia de significado a través de la oración, el discernimiento, las lecturas que alimenten este proceso, la meditación atenta de la palabra bíblica, buscando en ella luminosidad para nuestras decisiones, junto con la mirada a la realidad humana y social, la interpretación de los signos de los tiempos, el compromiso con el prójimo, principalmente el de aquel que carece de algo , la encarnación en el mundo. En todo ello estamos llamados a experimentar a este Dios que nos hace históricos y trascendentes, y nos conduce para ser seguidores de Jesús explícitos, decididos, en constante dinamismo de crecimiento y conversión: “Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán. La gloria de mi Padre está en que den mucho fruto, y sean mis discípulos”. [10]
En nuevas tendencias religiosas y espirituales, típicas de la cultura postmoderna, se encuentran modelos inspirados en un excesivo subjetivismo e individualismo, que niegan la mediación eclesial-comunitaria de la fe, también afianzadas en una espiritualidad sin religión, en prácticas dedicadas a pedir favores a Dios y a implorar intervenciones milagrosas de El, en experiencias tipo nueva era que dan “caricias” al ego para que se “sienta bien”, muy parecidas a la iluminación que hace carrera con el “mindfulness”, en congregaciones fundamentalistas centradas en el liderazgo del pastor, dando la impresión muy fuerte de seguir al líder sin fijarse en Dios. Todas ellas con grupos significativos de gente ansiosa, sin capacidad para resolver sus carencias, con desarraigos notables, en desesperada búsqueda de un asidero para no naufragar en la vida. Dinámicas que no generan transformación ni novedad cualitativa en la existencia individual y comunitaria.
Karl Rahner [11] , conocido jesuita alemán y notable teólogo, de gran influjo en el Concilio Vaticano II y en la teología contemporánea, decía que “el cristiano del futuro será un místico o no será cristiano” y completaba “sin la experiencia religiosa interior de Dios , ningún hombre puede permanecer siendo cristiano a la larga bajo la presión del actual ambiente secularizado”, y del Papa Benedicto XVI es esta expresión contundente: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”. Potentes reflexiones de dos cristianos eminentes del siglo XX que refuerzan el imperativo de la experiencia espiritual como caldo de cultivo de la genuina religión y del acto de fe en Dios: “Y este es su mandamiento: que creamos en su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros según el mandamiento que nos dio. Quien guarda sus mandamientos mora en Dios y Dios en él; y en esto conocemos que mora en nosotros: en que nos ha dado el Espíritu”. [12]
Da mucho gusto ver la buena acogida que tienen autores de espiritualidad cristiana como Franz Jalics, [13] Joan Chittister, [14] Anselm Grün, [15] Thomas Merton, [16] Gustavo Gutiérrez, [17] Edith Stein, [18] Etty Hillesum, [19] Timothy Radcliffe, [20] Pedro Casaldáliga, [21] Arturo Paoli, [22] José María Castillo, [23] Carlo María Martini, [24] para quienes es fundamental “ser sarmientos unidos a la vid, alimentados por la vid”, siempre implicados existencialmente en la realidad, siguiendo el espíritu propio del misterio de la encarnación. Todos ellos invariablemente rezuman humanismo, evangelio, historia, cristocentrismo, mundo real, sensibilidad por lo divino y por lo humano, como el Señor Jesús, que en sí mismo contiene salvíficamente las dos dimensiones para plenitud y esperanza nuestras. [25] Escribir aquí sus referencias básicas quiere ser una contribución de COMUNITAS MATUTINA para quienes deseen alimentar su experiencia espiritual.
Los primeros discípulos y discípulas de Jesús, tomados con máxima intensidad por el Espíritu en la experiencia pascual, son la narrativa original de este estar unidos íntimamente a él, lo que San Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales llama “conocimiento interno del Señor”, configuración afectiva y racional con él, con su mentalidad, con su estilo de vida, con su proyecto, con su realidad teologal y humana. Estar en esa dinámica es esencial para una apasionante experiencia dl ser cristiano «Por aquel entonces las iglesias gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaría, pues crecían y progresaban en el amor del Señor, y estaban llenas de la consolación del Espíritu Santo”. [26]
[1] Vástago de la vid, largo, delgado, flexible y nudoso, de donde brotan las hojas, las tijeretas y los racimos. Así define “Sarmiento” el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.
[2] Juan 15: 4-5
[3] MENKE, Karl-Heinz. Teología de la gracia: el criterio del ser cristiano. Sígueme. Salamanca, 2006. LADARIA, Luis F. Teología del pecado original y de la gracia. Biblioteca de Autores Cristianos BAC. Madrid, 1993. SANCHEZ SORONDO, Marcelo. La gracia como participación de la naturaleza divina según Santo Tomás de Aquino. Librería Editrice Vaticana. Ciudad del Vaticano, 2021. RAHNER, Karl. Sobre la relación entre la naturaleza y la gracia. En IDEM. Escritos de Teología, Volumen 1. Dios-Cristo-María-Gracia. Taurus. Madrid, 1961; páginas 327-351; La gracia como libertad. Herder. Barcelona, 1972. LOPEZ AMAT, Alfredo. Sobre la gracia increada y la gracia creada. En Estudios Eclesiásticos número 64; páginas 71-79. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 1989. LÜKE, Ulrich. El mamífero agraciado por Dios. Sígueme. Salamanca, 2018.
[4] WAAIJMAN, Kees. Espiritualidad: formas, fundamentos y métodos. Sígueme. Salamanca, 2011. SANTAMARÍA, T. La interioridad: un viaje al centro de nuestro ser. Desclée de Brower. Bilbao, 2013. ESPEJA PARDO, Jesús. Fieles a la tierra: la espiritualidad cristiana. San Esteban. Salamanca, 2005. BRACKLEY, Dean. Espiritualidad para la solidaridad: nuevas perspectivas ignacianas. UCA Editores. San Salvador, 2010. MARTÍN VELASCO, Juan de Dios. Espiritualidad y mística. SM. Madrid, 1994; El fenómeno místico: estudio comparado. Trotta. Madrid, 2009; La experiencia cristiana de Dios. Trotta. Madrid, 1995. BOFF, Leonardo. Espiritualidad: un camino de transformación. Sal Terrae. Santander, 2002. ESTÉVEZ, Elisa. Hombres y mujeres de espíritu en el siglo XXI. Universidad Pontificia de Salamanca, 2012. GUTIÉRREZ MERINO, Gustavo. Espiritualidad de la liberación. Sal Terrae. Santander, 2012. COUPEAU DORRONSORO, José Carlos. Religión, fe, teología y espiritualidad. En Estudios Eclesiásticos volumen 92 número 362; páginas 369-395. Universidad Pontificia de Comillas. Madrid, 2017.
[5] 1 Juan 3: 21-23
[6] Marcos 10: 17.20
[7] 1 Juan 3: 24
[8] NAVARRO RAMOS, Jesús Arturo; ORTIZ ACOSTA, Juan Diego; FLORES SORIA, Darío. FUERTE, José Alejandro. Espiritualidad sin religión. Interioridad, jóvenes y creencias religiosas. Universidad de Guadalajara, 2019. CORBÍ, Mariano. Religión sin religión. PPC. Madrid, 1996. FUENTES , Leonides. La religiosidad y la espiritualidad son conceptos teóricos independientes? En Revista de Psicología volumen 14 número 28; páginas 109-119. Pontificia Universidad Católica Argentina. Buenos Aires, 2018. RAHNER, Karl. Curso fundamental sobre la fe. Herder. Barcelona, 1983. BRAVO LAZCANO, Carlos. El marco antropológico de la fe. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, 1990.
[9] INTROVIGNE, Massimo. La questione della nuova religiositá, il ritorno dello gnosticismo, y storia del New Age 1962-1992. Cristianitá. Piacenza, 1993. COSTADOAT, Jorge. El catolicismo ante la individualización. En Teología y Vida , volumen XLV; páginas 605-610. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, 2004. JONAS, Hans. La religión gnóstica. El mensaje del Dios extraño y los comienzos del cristianismo. Siruela. Madrid, 2003. BELTRAN CELY, William Mauricio. Pluralización religiosa y cambio social en Colombia. En Theologica Xaveriana, volumen 63 número 175; páginas 57-85. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, enero-junio 2013.
[10] Juan 15: 7-8
[11] 1904-1984
[12] 1 Juan 3: 23-24
[13] Jesuíta húngaro; 1927-2021; trabajó en Argentina.
[14] Nacida en 1936; religiosa benedictina estadounidense.
[15] Nacido en 1945; benedictino alemán.
[16] 1915-1968; monje trapense, poeta, activista social, nacido en Francia.
[17] Religioso dominico peruano, padre de la Teología de la Liberación; nacido en 1928.
[18] Filósofa primero agnóstica después de su conversión se hizo monja carmelita; 1891-1942. Asesinada por los nazis en el campo de concentración de Auschwitz.
[19] 1914-1943; joven judía holandesa, asesinada por los nazis; se encontró su diario que contiene una riquísima vida espiritual.
[20] Nacido en 1945; religioso dominico nacido en Londres; fue superior general de los dominicos.
[21] 1928-2020; religioso catalán de la congregación claretiana; vivió la mayor parte de su vida en Brasil donde fue Obispo de una región muy pobre, Sao Felix de Araguaia, en el Mato Grosso.
[22] 1912-2015; religioso italiano seguidor de Carlos de Foucauld, notable autor de libros de espiritualidad.
[23] 1929-2023; jesuita español; prolífico autor de obras de teología y espiritualidad.
[24] 1927-2012; jesuita italiano experto en Ciencias Bíblicas. Fue cardenal y arzobispo de Milán 1980-2001.
[25] MARDONES, José María. Un cristianismo para el tercer milenio: espiritualidad encarnada. En https://www.dominicasanunciata.org/wp-content/uploads/2016/06/wdfomi_pdf_7695- DRRcxnM2J5Efeb.pdf FERNANDEZ, Víctor Manuel. Teología encarnada: profundidad espiritual en acción. San Pablo. Buenos Aires, 2004. TRIGO, Pedro. Espiritualidad encarnada: para vivir la novedad del Vaticano II. Sal Terrae. Santander, 2022. GONZALEZ CARVAJAL, Luis. Las bienaventuranzas: una contracultura que humaniza. Sal Terrae. Santander, 2014. GRÜN, Anselm & DUFNER, Meinrad. Una espiritualidad desde abajo. Un diálogo con Dios desde el fondo de la persona. Narcea. Madrid, 2004. JHONSTON, William. Enamorarse de Dios. Herder. Barcelona, 2005. CÁCERES, Alirio; HOYOS, Adriana; NAVARRO, Rosana; SIERRA, Angela María. Espiritualidad hoy: una mirada histórica, antropológica y bíblica. En Theologica Xaveriana volumen 58 número 166; páginas 381-408. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, julio diciembre 2008.
[26] Hechos 9: 31.