Eucaristía de agradecimiento por la misión que Dios no ha confiado a jesuitas y compañeros apostólicos
En el marco del Centenario de la Compañía de Jesús en Colombia, queremos invitarlos a participar con alegría y devoción, este 01 de febrero, en una eucaristía de agradecimiento por la misión que Dios ha confiado a miles de hombres y mujeres que han configurado la historia de la región Nariño. La Eucaristía se realizará en el Templo Cristo Rey de San Juan de Pasto y será presidida por el señor Obispo de Pasto, Monseñor Juan Carlos Cárdenas. En esta celebración eucarística conmemoraremos 100 años de historias, sueños e inmensa gratitud para con el Señor por esta misión apostólica, y compartiremos un momento especial por los 20 años de la Fundación Suyusama y el legado del P. Julio Jiménez, SJ, creador de la Inmersión Ignaciana. Pueden unirse en directo a través de los canales digitales de Youtube y Facebook de Jesuitas Colombia, y la página de Facebook oficial de @colegiojaverianopasto @ecosdepasto @fundacion_suyusama Los esperamos, a partir de las 05:00 p.m
Juanoy, un barrio de historias
Estos son tiempos de urgencia que necesitan otras historias… Donna J. Haraway _________________________________________________________________________________________________________________ En tiempos de homogeneización, las ciudades y sus habitantes tienen la urgente necesidad de contar historias, historias no oficiales y más cercanas a los sentires de las calles, corredores y esquinas, historias que son experiencias sensoriales de quien camina el territorio, historias no contadas que se configuran en un mundo aún posible. Sin perder de vista la esperanza, es prudente asumir la crisis sistémica en la estructura moderna, las prácticas y discursos sobre el desarrollo provocan rupturas sociales, culturales, ambientales, económicas y espirituales; hoy necesitamos pensarnos desde espacios pequeños e íntimos para responder a necesidades globales. Es así como entre otros aportes, se enmarca conceptualmente la apuesta del barrio Juanoy Alto de la ciudad de San Juan de Pasto – Nariño, justamente en la importancia de contar otras historias que deben ser compartidas y alimentadas con relatos que se tejen en sentido rizomático y tentacular. El sector conocido anteriormente como San Antonio de Juanoy asentado en la entrada norte de la ciudad de San Juan de Pasto, conserva su rastro desde la Colonia como encomienda indígena, siendo resguardo hasta 1948. La pavimentación de la vía Panamericana marcó una división de las haciendas, fincas, parcelas y predios aledaños, lo cual, con el tiempo produjo el establecimiento de 5 barrios: Juanoy Alto, Juanoy Bajo, San Antonio, El Polvorín, Juan XXIII y algunos conjuntos cerrados.[1] El barrio Juanoy Alto se funda en Pasto entre los años 1960 y 1970, por iniciativa de algunas familias que llegan a la ciudad en búsqueda de porvenir, principalmente de origen campesino. Diversos municipios del departamento de Nariño confluyen guiados por la trashumancia que necesariamente viaja con el territorio en forma cultural, quizá por esto, el barrio guarda una habitada memoria de origen campesino. Juanoy Alto el barrio autoconstruido, se edifica en múltiples historias, labores, mingas, sabores y tradiciones desde sus cimientos, como tentáculos que se sujetan a modo de muros de contención en la pendiente de lo que llamamos modernidad. Siendo inicialmente de carácter rural, el crecimiento de la ciudad lo ha localizado en una zona limítrofe con lo urbano, al margen del desarrollo “planificado”; es así, como el barrio en sus singularidades se divide por el perímetro urbano y rural de la ciudad de Pasto[2]. En el año 2022, por iniciativa de la Alcaldía Municipal de Pasto en conjunto con la experiencia de veinte años de trabajo de la Fundación Suyusama, obra de la Compañía de Jesús para el acompañamiento social en el departamento de Nariño; se acerca a la comunidad del barrio Juanoy Alto y posteriormente con aportes del Proyecto de Desarrollo Territorial PDT Nariño, Concesión Unión Vial, empresas privadas, entre otros, se propone el modelo de turismo comunitario como dispositivo social, para la transformación del quehacer comunitario de los habitantes del barrio Juanoy Alto. Con todos los riesgos económicos, políticos y sociales, se construye de manera participativa un “Plan de Turismo Comunitario”, el cual recoge en su base la historia del barrio, donde sobresale la gestión comunitaria del agua, el trabajo comunitario en minga para la adecuación de senderos de acceso, alcantarillado y servicios para el suministro de agua y energía; también destaca la diversidad de oficios y saberes que enmarcan al barrio como un territorio de tradiciones culturales, manifestaciones, acontecimientos y personajes, representados en la galería de murales que van narrando el barrio cuando se caminan sus calles. Sus pintorescas casas desde lo lejos representan, en diferentes tonos de azules, un cuerpo de agua que desciende desde el antiguo tanque del acueducto comunitario, hoy convertido en salón cultural y en un potente mirador paisajístico de la ciudad. La Fundación Suyusama entiende la importancia que narra la comunidad del barrio Juanoy alto cuando se menciona el agua como la ordenadora del territorio; necesariamente pensamos en la gestión comunitaria del agua como el ejercicio asumido por las comunidades para garantizar el suministro del agua, más allá de la mercantilización del recurso hídrico. Es entendido de manera holística para regresar el valor cultural y social al manejo de agua comunitaria; actividad actualmente administrada por la Junta del Acueducto Comunitario de Juanoy – Pinasaco, en constante búsqueda de seguir generando apropiación por parte de toda la comunidad. De esta manera, en el ejercicio de acompañamiento y construcción del proyecto, la Fundación Suyusama pone al servicio del bienestar de la comunidad de Juanoy que alberga alrededor de 450 familias, el conocimiento de los profesionales y de los ejes de trabajo institucional que promueve desde la agroecología, la economía social, solidaria y feminista, el cuidado del agua, la biodiversidad y el cambio climático, y desde el eje sociopolítico; pilares que sostienen el que hacer de la fundación y principios con los cuales se acompaña a diversas comunidades del territorio nariñense desde el 2004. Este acontecimiento en el tejido de historias que constantemente se construyen y reconstruyen entre los habitantes del barrio, se ha denominado; Juanoy Caminos de Agua, destino turístico que necesita ser cuidado y apropiado por la ciudadanía pastusa. Conocer más de este destino turístico de la ciudad de Pasto es transitar sus calles y reconocerse en las historias del suroccidente colombiano, para ver que potencialmente Juanoy no es solo un barrio, es una propuesta de la ciudad pensada desde la diversidad cultural, que invita a la investigación-creación de nuevos relatos desde las ciencias sociales, urbanísticas y ambientales. Juanoy es el lugar donde los caminos se cruzan y donde confluyen los devenires del mundo contemporáneo. Bienvenidos a descubrir que “El barrio tiene sabor”[3]. [1] Plan de Turismo comunitario, Juanoy Caminos de Agua, 2022. Fundación Suyusama-Obra de la Compañía de Jesús. [2] Plan de ordenamiento territorial 2015-2027, Secretaría de Planeación, Alcaldía de Pasto. [3] Graffiti anónimo barrio Juanoy Alto.
«Trabajar con la Compañía de Jesús es un llamado del Señor»
Erasmo Escobar Santander, locutor-control de la Emisora Ecos de Pasto, es el protagonista del nuevo capítulo de Somos Compañía de Jesús. En su trabajo en la Compañía, Erasmo se siente llamado a aportar a la construcción de paz en Colombia, desde la comunicación radiofónica. _________________________________________________________________________________________________________________ En el penúltimo capítulo del año, Somos Compañía de Jesús presenta el testimonio de Erasmo Escobar Santander, locutor-control de la Emisora Ecos de Pasto. Desde su trabajo en esta importante emisora regional, Erasmo se siente bendecido y llamado por el Señor para aportar a la construcción de su Reino. “Cada uno de nosotros, desde diferente roles y diferentes cargos, hemos sido llamados a desempeñar un papel importante en la construcción de región, de esa paz que necesitamos en nuestro país”, asegura. ¡Mira este nuevo episodio!
Al caminar junto a los migrantes, “el amor se ha de poner en las obras más que en las palabras”
Inspirados en la máxima de nuestro fundador, la Casa de Ejercicios de San Ignacio ha llevado a la acción el apoyo a la población migrante, a través de una ayuda de alimentación. _________________________________________________________________________________________________________________ La Casa de Ejercicios San Ignacio, en coherencia con la historia de la Compañía de Jesús, ha tenido como orientación particular la dignidad del ser humano, partiendo de la formación integral hasta el desarrollo de procesos de espiritualidad profundos y sinceros, esto con el fin de glorificar a Dios y caminar por el sendero de la segunda preferencia apostólica que la Compañía de Jesús nos invita: “A caminar junto con los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia”. De esta forma, estamos convencidos de que si las palabras no van seguidas de acción, no son profundas y no llegan al corazón, es por esto que desde el 1 de junio del 2020 se viene atendiendo a un grupo de migrantes venezolanos, un trabajo que lleno de pasión, entrega, cuidado y respeto por su dignidad humana está liderado por Héctor Manuel Londoño, S.J., director de la Casa. La obra, en la cual estamos comprometidos actualmente, se orienta a la atención de grupos de migrantes venezolanos, apoyando con alimentación (específicamente con el almuerzo) a 90 de ellos, entre los que se encuentran niños, mujeres embarazadas, jóvenes y adultos, siendo prioritario para nosotros los niños y mujeres adolescentes embarazadas. Dicha atención se realiza de lunes a viernes. Esta labor que nos inspira, nos anima y nos lleva a seguir a Jesús de una manera más humana, más humilde y de un mayor servicio ha sido posible gracias a las donaciones de personas de un corazón generoso y anónimo, así como también al trabajo incansable, comprometido y entregado de todo el personal que labora en la Casa de Ejercicios San Ignacio. No podemos ver a los migrantes como personas aisladas y marginadas, sino, por el contario, deben ser vistos como los seres humanos que son, personas que por las determinadas circunstancias han debido abandonar su país, su familia, sus trabajos, sus tierras. Personas que requieren ser miradas con compasión y tratadas con el respeto que se merecen. Con esta labor no buscamos ningún tipo de reconocimiento, solo poder suplir una comida diaria a quienes la necesitan que sea de calidad, balanceada, caliente y, más aún, que sea preparada con esmero y amor. Para todo el equipo de trabajo es muy satisfactorio ver el agradecimiento de este grupo de migrantes, especialmente el de los niños, manifestado en una sonrisa, en un “gracias, el almuerzo estaba rico…”; nada más hermoso que ver en sus rostros la alegría de saber que tuvieron la oportunidad de disfrutar una comida que tal vez sea la única que tengan en el día.
«El acompañamiento social de la Compañía nos invita a ser creativos»
Viajamos a la linda ciudad de Pasto para conocer a Luis Javier Rodríguez, protagonista del nuevo episodio de la serie web Somos Compañía de Jesús. _________________________________________________________________________________________________________________ En el séptimo capítulo de la serie Somos Compañía de Jesús, una producción de la Oficina Provincial de Comunicaciones que busca resaltar a nuestro Cuerpo Apostólico, conocimos a Luis Javier Rodríguez, quien trabaja en la Fundación Suyusama, en la ciudad de Pasto. Desde sus labores en la Fundación, Luis Javier ha aceptado la invitación de la Compañía a ser creativos en propuestas que ayuden a mejorar la calidad de vida de quienes más lo necesitan. «El sector social de la Compañía de Jesús nos acerca a las realidades de campesinos e indígenas, y nos invita a ser innovadores», asegura. ¡Conéctate con este episodio!
Curso Taller Monserrat, una iniciativa del Colegio Javeriano
Se trata de una respuesta del Colegio San Francisco Javier, ante el confinamiento generado por la COVID- 19. _________________________________________________________________________________________________________________ Hace casi dos meses que dimos rienda suelta a nuestras ideas, a raíz del confinamiento que nos fue impuesto por la COVID-19. Re-pensarnos, en el intento de dar respuesta a nuestros Cursos Talleres de Formación Integral, dio como resultado nuestro Curso Taller Montserrat. Hoy nos sentimos agradecidos por la acogida de varios colegios de la Compañía y la oportunidad otorgada de poder dirigir una propuesta nueva en el contexto actual en el que nos encontramos. Fue un espacio de aprendizaje profundo cada encuentro, cada momento de interacción y, sobretodo, un compartir maravilloso que denota un amor por aquello que queremos y hacemos, como lo es la Pastoral. Agradecidos también por haber recuperado el espacio que aman, por brindarnos su apoyo incondicional y por acompañarnos mutuamente en este tránsito en el que nos encontramos. Fue de vital importancia conocernos y demostrarnos que las distancias no existen cuando el deseo y el querer se proponen alcanzar lo imposible, poniendo en marcha nuestros procesos formativos en liderazgo ignaciano y asegurando así, nuestros escenarios de crecimiento personal. ¿Quieres saber más? Lee la nota completa.