fbpx

Cree en ti… y en el paso de Dios por tu vida

“El paso de Dios parece, en ocasiones, el paso de un perdedor”,  Luis Raúl Cruz, SJ. _________________________________________________________________________________________________________________ El paso de Dios por nuestras vidas nos invita a creer en nosotros mismos para llevar a cabo los oficios que nos han sido asignados: remendar historias, tejer comunidades, alumbrar oscuridades, fortalecer debilidades y apostar por quienes han sido rechazados por la misma sociedad. Todo esto a través de la acción de consolar, que viene de esa pasión de tocar el corazón del otro. “Consolar es animar el anhelo de lo infinito”, comenta Luis Raúl Cruz, SJ, es una acción que va más allá de la obsesión  por obtener un logro inmediato, es algo que se enfoca en enriquecer el horizonte de la vida y sembrar grandes esperanzas en la comunidad. Se trata de despertar una pasión hacia el trabajo de las realidades de los hermanos que nos necesitan, en solidaridad, amistad y amor, para vivir en profundidad el gozo compartido de la solidaridad. Para conocer más sobre el paso de Dios por nuestra vida, ingresa aquí.

El oficio de consolar, la herencia del Espíritu

“El oficio es una tarea, una responsabilidad de aporte en el encuentro con el otro. Consolar es volver a construir, reafirmar, reconstruir, restablecer, tal como hizo Jesús con quienes habían compartido con él por los caminos de Galilea”,  Luis Raúl Cruz, SJ _________________________________________________________________________________________________________________ El oficio de consolar nos mueve a un compromiso espiritual en todos los aspectos de nuestra vida: con nuestra familia, en el trabajo y en la sociedad en general. Esta es una oportunidad para hacernos hermano del otro, de quien nos necesita. Es un encuentro con la empatía que nos impulsa a salir hacia la misericordia. “El resucitado con su oficio de consolar, desencadena como efecto: fe en Tomás, esperanza en las mujeres, amor en Pedro”, asegura Luis Raúl Cruz, S.J. en la reflexión  El oficio de consolar… mirar el día a día con el “examen”. Jesús, con su resurrección, nos trae la herencia del Espíritu: nos  consuela, anima y entrega como oficio hacer lo mismo que él , consolar a otros e inundar con la alegría de su presencia. El encuentro con Cristo resucitado se trata de abrir el corazón a un Dios que nos quiere mejores y más humanos; más allá de “hacernos buenas personas”, consiste en adquirir una actitud recíproca con aquel que es bueno con nosotros. Para descubrir el sentido y horizonte del oficio de consolar, ingresa aquí.

Ir al contenido