Por: Gustavo Jiménez Cadena, S.J.Marzo 30, 2017 En segundo lugar, Francisco ha insistido desde los primeros viajes de su pontificado que estas visitas sean sobrias, que se eviten lujos y gastos innecesarios. El presidente de la Conferencia Episcopal también es amigo de la sencillez, enemigo del derroche y de la extravagancia: vamos a gastar lo menos posible, vamos a conseguir donaciones de empresas. En este momento no es posible conocer el monto de los gastos. El Papa tendrá encuentros con grandes multitudes. Lo que supone la preparación de los escenarios correspondientes, con las necesarias vías de acceso y la garantía del orden y la seguridad. Son costos inevitables. “¿No sería mejor prescindir de la venida del Papa y dedicar ese dinero a los niños desnutridos de la Guajira y del Chocó? “ Así me comentaba una mujer piadosa el otro día. Hablando con todo realismo, ¿ustedes creen que si se cancelara la visita del Papa, se dedicaría ese dinero a cuidar de los niñitos desnutridos de esas regiones apartadas? Es de conocimiento público que al Chocó y a la Guajira se les envía más dinero proporcionalmente que a otras regiones. Plata hay, pero la tragedia es que se queda en los bolsillos de políticos desalmados, mientras los niñitos agonizan en las rancherías. Y el colmo de la tragedia es que el robo de los dineros públicos constituye una plaga que invade todo el país. Se habla de un robo anual superior a cuatro billones de pesos. Con humor se ha dicho que si la corrupción tuviera IVA Colombia no necesitaría de más reformas tributarias. Son múltiples los eventos que financia en diverso grado el estado: encuentros de jefes de estado, juegos olímpicos, grandes conciertos, etc. El Papá visitará cuatro ciudades, Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. El eventual maquillaje de estas ciudades, con reparcheos de calles y apertura de vías, seguramente corresponde a una necesidad sentida, venga o no venga el Pontífice. Las mejoras se quedan con nosotros; no se van para el Vaticano. Más importante que evaluar el monto de los gastos es valorar los beneficios de la visita. Francisco viene como mensajero de paz: a inyectarnos ánimos para continuar nuestro camino hacia la reconciliación nacional. Contribuirá, sin duda, a aclimatar ente nosotros los sentimientos de optimismo, esperanza y perdón que tanto necesita Colombia. La siguiente consideración es para quienes analizan la visita del Papa sólo en términos mercantiles. Un acontecimiento de tal calibre atrae centenares de miles de turistas religiosos, nacionales e internacionales; lo que conlleva una notable reactivación económica: pasajes aéreos y terrestres, hoteles, multitud de servicios, las compras habituales de los turistas, etc. Con seguridad, las entradas económicas superarán ampliamente los gastos. En México los ingresos para el país superaron cuatro veces los costos de la visita.