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Rehacer la vida y construir la paz

De acuerdo con nuestro itinerario de la Región Bogotá-Soacha, el día martes 9 de abril de 2024, nos encontramos con los jóvenes de los colegios de Fe y Alegría (Torquigua, José María Vélaz, San Ignacio, San Vicente y Las Mercedes), el Colegio Santa Luisa, el Colegio Mayor de San Bartolomé, el Colegio San Bartolomé La Merced y la Casa Pastoral Nuestra Señora del Camino de Altos de la Florida, Soacha. El 9 de abril atrae sobre sí una memoria herida a causa de la indiferencia y la violencia, el miedo y la división en nuestro país. No obstante, cuando nos acercamos, dialogamos y sentimos juntos nuestra historia, se despierta en cada corazón la sensación de ser parte del mismo cuerpo, amado y enviado a la misión de reconciliación y justicia. Nuestras heridas sanan. Se recupera la esperanza y se descubre el gran valor de estar unidos en medio de la diversidad. Efectivamente, cada uno de los asistentes a esta experiencia regional, tuvo la oportunidad de conectar con otros, en un espacio de escucha de testimonios vivos del conflicto armado. Esta reflexión se hizo aún más sensible a través del lenguaje del teatro, la música y la construcción creativa y colectiva de las propias siluetas, que representaban la vida misma, con sus resistencias y afrontamientos resilientes. En la profundidad de cada corazón, Dios fue encendiendo una pequeña llama de fortaleza y alegría para asumir la historia común y, desde ahí, rehacer la vida y construir la paz. El camino de Regionalización se sigue inspirando en los grandes sueños de nuestra Provincia por hacer procesos de reconciliación y de justicia. Optamos por encontrar, en el diálogo y en el encuentro con los otros, una luz en el camino que permita avanzar hacia la esperanza de reconocer, en unos y otros, los signos de los tiempos que mejor orienten el paso.

Última Asamblea del año de la Región Bogotá – Soacha: una región en salida que hace camino con Jesús siempre joven

El pasado sábado, 25 de noviembre de 2023, el Colegio San Bartolomé La Merced fue el escenario de la Asamblea de las obras y comunidades jesuitas de la Región Bogotá – Soacha. Este encuentro, enmarcado en el proceso de Regionalización de la Compañía de Jesús en Colombia, nos reunió como cuerpo apostólico plural, en el que participamos laicos, laicas y jesuitas, y en el que vivimos una vocación personal y comunitaria que nos llena de alegría. La Regionalización de la Compañía de Jesús en Colombia se ha consolidado como un llamado a colaborar con Dios en un horizonte común articulado desde la pluralidad. Junto a nuestro proceso regional, que sigue fortaleciéndose, a lo largo de este año 2023 hemos venido profundizando y apropiándonos juntos del Proyecto Apostólico de Provincia que, alineado con las Preferencias Apostólicas Universales y con el Proyecto Apostólico Común de la CPAL, nos une a la misión a nivel nacional y fortalece nuestra pertenencia latinoamericana y global. El proceso de Regionalización de la Compañía de Jesús en Colombia ha supuesto efectiva y afectivamente el encuentro necesario entre nosotros, entre las obras, entre los jesuitas, entre todos quienes somos colaboradores de la misión del Señor. Esta cultura del encuentro nos ha mostrado que solamente cuando nos conocemos podemos amarnos y, así, colaborar juntos en la misión que Dios le ha encomendado a la Compañía. La historia de la Región Bogotá – Soacha es el resultado de un proceso de permanente discernimiento apostólico en el Espíritu. Gracias a este largo camino recorrido, hemos descubierto que el común denominador de los esfuerzos apostólicos de nuestra región lo constituyen los jóvenes. Ellos y ellas se encuentran en el corazón de nuestra apuesta regional, no simplemente como destinatarios o receptores pasivos, sino como actores protagonistas de su propio guion vital. Nuestra última Asamblea Regional no ha sido, entonces, un evento aislado, sino un importante encuentro en este largo proceso de discernimiento y colaboración que vivimos como Región. Esta última Asamblea Regional del año fue un espacio propicio para celebrar los avances y logros palpables alcanzados lo largo de este 2023: el conocimiento, reconocimiento y colaboración entre las obras de la región, la articulación con la estrategia pedagógica para la lectura crítica del pasado reciente – ReconoSiendo y el trabajo que adelanta cada una de las cuatro mesas regionales: Cuerpo apostólico, Espiritualidad encarnada y apostólica, Misión de reconciliación y justicia y Ecología integral. Como Región Bogotá – Soacha nos encontramos en salida, haciendo camino con Jesús siempre joven.

Región Bogotá-Soacha | Visita del Provincial y el Asistente para el Discernimiento y la Planificación Apostólica

El pasado 26 de agosto, en las instalaciones de la Curia, el P. Provincial y el Asistente para el Discernimiento y la Planificación Apostólica conocieron el trabajo que los cuatro Territorios de la Región Bogotá-Soacha (Kennedy, Usme-Ciudad Bolívar, Soacha y Cerros Orientales) están realizando, el cual busca –siguiendo el modo de proceder de Jesús de Nazaret– favorecer la vida de tantas personas que se benefician del trabajo regional. El encuentro con el P. Provincial fue de gran importancia para enriquecer el proceso de planeación que actualmente se lleva a cabo en la Región Bogotá-Soacha, entre otras cosas, porque el Superior Mayor motivó a quienes conforman el Comité de Región a fortalecer los siguientes aspectos, entre otros: – La articulación entre los Territorios: Procurar en lo posible evitar dispersiones que no favorezcan el encuentro entre las personas. – Fortalecer el proceso de comunicación: Generar estrategias para que en la Región Bogotá – Soacha se conozcan las diversas actividades y programas de formación con el fin de favorecer el trabajo común. – Motivar a los Jesuitas que llegan a la capital colombiana: Establecer conversaciones periódicas con los Jesuitas que llegan a las diversas casas de formación en Bogotá sobre el proceso de regionalización buscando que se vinculen a las obras apostólicas que prestan una misión concreta en cada uno de los cuatro Territorios, en concreto, vincularlos a la Casa Pastoral Altos de la Florida en Soacha por la importancia que este centro pastoral tiene para la Región. Incluso, pensar en la posibilidad de que la Pastoral de la Pontificia Universidad Javeriana asuma un trabajo mucho más concreto en este centro pastoral. – Garantizar continuidad en los procesos: Importante que las actividades que se desarrollan desde la planeación de la Región tengan continuidad con el fin de evitar reprocesos. – Planeación Apostólica de la Región: La idea es que los procesos de planeación hagan especial énfasis, no solo en las herramientas de medición sino, sobre todo, en el impacto que el trabajo regional produce en los destinatarios del trabajo regional. – Plan de formación para Compañeros Apostólicos: Si bien cada obra apostólica debe garantizar distintos procesos de formación dependiendo de la particularidad de las obras, es determinante que desde la Región Bogotá – Soacha se sigan promoviendo espacios de formación, sobre todo, para profundizar en la interiorización de las Preferencias Apostólicas Universales (PAU), ya que fueron el resultado de un proceso largo y serio de discernimiento de toda la Compañía de Jesús y marcan el derrotero de los próximos 10 años; tiempo en el cual las obras apostólicas tendrán la oportunidad de seguir ahondando en la espiritualidad ignaciana para ayudar a nuestros destinatarios de la misión. El P. Provincial insistió en que es determinante que el trabajo regional no solo se enfoque en la cantidad de actividades sino, más bien, en poner toda la fuerza y vitalidad de las personas -que son responsables de liderar los procesos regionales- en el impacto que dicho trabajo pueda producir en los destinatarios de la misión. Finalmente, el P. Provincial dejó las siguientes preguntas al Comité de Región para que se reflexione sobre ellas y sirvan de insumo para fortalecer los procesos de discernimiento comunitario en los cuatro Territorios de la Región Bogotá – Soacha: Contar con un proceso de trabajo regional en la Región Bogotá – Soacha, ¿en qué nos diferencia de los demás? ¿Cuál es el plus de habernos organizado en un trabajo regional tan serio como el que se ha llevado a cabo en la Provincia de Colombia? ¿La metodología del trabajo regional ha favorecido las gestiones en cada uno de los Territorios y los ha impactado contundentemente? ¿En qué se enriquece el trabajo de cada una de las obras apostólicas por el hecho de contar con el proceso de regionalización? ¿Ha favorecido la regionalización el trabajo articulado entre cada una de las obras apostólicas que confluyen en la Región Bogotá – Soacha?   Sin duda alguna, para el P. Provincial la riqueza del proceso regional es que las obras apostólicas puedan interactuar a la vez que se fortalece el trabajo común entre las obras. El Comité de Región aprovecha este espacio para dar gracias al P. Provincial y al Asistente para el Discernimiento y la Planificación Apostólica por generar siempre un ambiente fraterno donde con libertad se pueden expresar las opiniones, aceptar el disenso respetando la opinión de las personas y sus debidos procesos. Este ambiente favorece llegar a acuerdos con miras a la consecución del Bien Mayor. Unidos en el Señor, Comité de Región Bogotá-Soacha  

Una invitación de solidaridad por las familias afectadas en Cartagena

Comunicado del Padre Provincial dirigido a Comunidades de la Provincia y Obras Apostólicas. _________________________________________________________________________________________________________________ El Padre Provincial Carlos Eduardo Correa, SJ nos invita a solidarizarnos desde nuestras comunidades con las familias de los pueblos de la Misión de San Pedro Claver y la Parroquia Santa Rita en Cartagena, quienes a raíz de las fuertes lluvias han perdido sus hogares. Entérate sobre cómo participar de esta iniciativa, en la comunicación enviada por el Provincial.

Nuestras regiones: en acogida y fidelidad con los más vulnerables

Conoce las experiencias de nuestro acompañamiento en las regiones Caribe y Santander. Estos textos fueron publicados en la Revista Jesuitas Colombia, en su edición de septiembre-octubre 2020. _________________________________________________________________________________________________________________ En la región Caribe nos reinventamos para seguir la misión de amar y servir Por: Gloria Cardona Noriega – asistente de Misión Regional   El contexto social, económico y político de la Región Caribe no da tregua. Los indicadores de pobreza reflejan condiciones de vida poco favorables en el marco de la satisfacción de necesidades básicas y en la permanente violación de los Derechos Humanos en una población que ha sido excluida históricamente por un sistema poco digno. Por ello, creemos fielmente en caminar junto a los excluidos. Como obras de la Región Caribe, en el marco de la situación actual sanitaria, hemos tenido que reforzar el acompañamiento permanente, ya que la desesperanza y la falta de oportunidades se han convertido en el pan de cada día entre los menos favorecidos y en la población en general. Como dice el papa Francisco: “Servir, acompañar, quiere decir también defender, quiere decir ponerse del lado de quien es más débil…”, frase que nos sirve de inspiración para que la Preferencia Apostólica Universal número dos, siga mostrándonos el camino en nuestro modo de proceder regional. Así, las obras de la Región Caribe hemos encontrado, en la ayuda humanitaria y en la virtualidad, una forma de mantener activos los procesos sociales y formativos, la incidencia y los canales de comunicación abiertos para el acompañamiento espiritual de las comunidades. Testimonio “La Parroquia de Santa Rita ha tenido un acompañamiento muy bueno con nosotros en lo social y espiritual. Nos hemos llenado de fortaleza a través de la oración y nos ha brindado, en ese caminar juntos, que nuestra salud mejorara con campañas de atención. Yo estaba embarazada y, gracias a ese caminar juntos, tuve un embarazo vigilado y controlado y, gracias a mis hermanas de la comunidad de mi templo, tengo mi hija sana. Le doy gracias por toda la colaboración, tanto espiritual como de ayuda humanitaria… pude tener alimentos y salud en medio de la pandemia del COVID-19. En este tiempo hemos tenido muchas dificultades porque no podía salir, sin embargo, con la ayuda de mi comunidad parroquial, he sentido que Dios no me ha desamparado y el pan no me ha faltado. Por eso, siempre estaré agradecida con mi parroquia de Santa Rita por ser tan humanos” – Elly Johana Martínez, ciudadana venezolana. Planteamientos como el anterior, nos sirven de motor para continuar esta labor que, aunque llevamos hace varios meses de forma virtual, sigue siendo una estrategia importante para la construcción de la paz, la justicia y la reconciliación. _________________________________________________________________________________________________________________ La dignidad en los migrantes hace la diferencia: experiencias de la región Santander Por: P. Rodolfo Abello Rosas – coordinador Misión Regional Ana María García – asistente   La migración ha sido uno de los retos más importantes que ha tenido que asumir la Región Santander en los últimos años, frente al cual ha logrado desarrollar, con gran compromiso y responsabilidad, diferentes acciones que se han ido ajustando de acuerdo con el contexto, recursos y alianzas con otras entidades.    Ruta de Atención al Migrante La vía entre Bucaramanga y Pamplona atraviesa el emblemático Páramo de Santurbán, y su recorrido es una amenaza a la vida de quienes se desplazan por esta vía buscando un mejor futuro para su familia. Por esto, una invitación, hecha al padre José Fernando Posada S.J. por la Fundación Doctora Clown y un grupo de motociclistas, para recorrer este camino entregando ayudas, se convirtió, posteriormente, en una apuesta continua en la que han participado jesuitas, colaboradores en la misión, estudiantes y otras comunidades religiosas, como las hermanas Hijas de Jesús.   Casa de Paso El Peregrino  Desde noviembre de 2019, se desarrolló el proyecto de la Casa El Peregrino, lugar que se dispuso en el kilómetro 38 de la vía Bucaramanga – Cúcuta, y que contó con la participación del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS). En la Casa se ofreció una cálida acogida, donde se brindó servicio de alimentación, baño, orientación, así como entrega de ropa y zapatos a los caminantes migrantes que transitaban sobre esta vía.   Albergue Temporal Villasunción El primer trimestre del año 2020, inspirados por la moción del P. Arrupe S.J. al momento de la bomba atómica en Japón, cuando abrió el noviciado para prestar los primeros auxilios, la Regionalización avanzó y buscó aliados en la Alcaldía de Bucaramanga (CORPRODINCO, ACNUR). En unión con la Casa de Ejercicios Villasunción, se creó un laboratorio de Albergue en Formación Integral para la atención a migrantes. Este proyecto comenzó con un perfilamiento muy preciso de los migrantes. Se construyeron protocolos de bioseguridad y protocolos de atención. Se hizo la contratación de personal cualificado y la negociación con la comunidad del barrio Los Pinos, quienes temían por la presencia de un albergue en su sector. En total, se atendieron 174 personas de 43 núcleos familiares; la mayoría terminaron solicitando asilo político y solo una familia pidió apoyo para regresar a Venezuela. Esta experiencia ha sido un éxito rotundo, dejándonos agradecidos y esperanzados en la construcción de una sociedad más solidaria, participativa y receptiva con los migrantes. Testimonio «Son las 8:00 a.m. de cualquier domingo del año 2019 o comienzos del 2020, antes de la pandemia. En las puertas del Colegio San Pedro Claver, en Bucaramanga, nos reunimos los tripulantes de uno, dos, tres y hasta cuatro vehículos… hasta veinte personas. Profesoras, alumnos, jesuitas, padres de familia, amigos y amigas del Colegio Reina de la Paz, de las hermanas Hijas de Jesús y capuchinas del Colegio La Merced. Con los maleteros llenos de emparedados, galletas, bocadillos, chocolatinas, dulces, tinto, aguadepanela, jugos, agua, curitas, acetaminofén, manteca de cacao, zapatos, ropa, medias, gorros y peluches. En caravana, por la vía a Pamplona, nos detenemos ante cada grupo, pequeño o grande, de caminantes venezolanos que avanzan por la carretera… sudorosos, cansados, sedientos, hambrientos, con miedo. Saludo, bienvenida, apretón de manos, abrazo. ¿De

Regionalización: oportunidad para la cultura del encuentro y del discernimiento

Por: Luis Javier Sarralde, S.J.Noviembre 21, 2017 En su mensaje en la Plaza de Bolívar de Bogotá el 7 de septiembre de este año, el Papa Francisco se dirigió a los jóvenes con estas palabras, entre otras: «Ustedes pueden enseñarnos a los grandes que la cultura del encuentro no es pensar, vivir, ni reaccionar todos del mismo modo. No, no es eso. La cultura del encuentro es saber que, más allá de nuestras diferencias, somos todos parte de algo grande que nos une y nos trasciende, somos parte de este maravilloso país ».El Proceso de Regionalización puede vivirse como eso, como un proceso de cultura del encuentro, haciendo precisamente del encuentro un medio para la misión y el servicio que como Compañía de Jesús deseamos prestar al Señor en las regiones, con el fin de servir a la reconciliación. La historia de Regionalización ha supuesto efectiva y afectivamente el encuentro necesario entre nosotros, entre las obras, entre los jesuitas, entre todos en cuanto colaboradores de la misión del Señor, aún con personas de buena voluntad independientemente de su credo. El encuentro no es fin en sí mismo, es medio para fortalecer y estrechar los lazos que nos unen en favor de la misión. Y para encontrarse hay que disponer de tiempo y de ganas reales y sinceras de querer encontrarnos, para que sea un momento enriquecedor y no una carga o sobreañadido a nuestras jornadas. No se trata de saturar la agenda con excesivas reuniones. Quizá lo paradójico es que el encuentro en tanto que cultura, en tanto que hábito, se vuelva tan normal que lo demos por obvio. Importa no perder de vista el sentido de la gratificante experiencia que hemos logrado tras encontrarnos caminando juntos y valorar ciertos avances palpables que conviene recordar: el conocimiento y la articulación mayores entre las obras; el aprendizaje de que articular es saber que se cuenta con todos, pero no para ir siempre juntos todos a la vez, sino que gracias a la coordinación se sabe cuándo y quién debe desarrollar su parte; otro logro es la claridad de los diversos niveles de coordinación enfocada en unos casos, en horizontes concretos de misión al servicio de un territorio, o en otros, al servicio de una frontera existencial de la Región por medio de proyectos que nos unen; también hemos mejorado la organización de los aportes de experticia y de recursos, en concurso abierto de otros como entidades de la Iglesia, institutos religiosos, o de diversas entidades de la sociedad civil; en fin. Los aprendizajes están allí, son reales, y aunque tal vez modestos, son lo que vamos haciendo y sobre todo;siendo” paso a paso, como “cuerpo apostólico” más unido y cohesionado, dejándonos interpelar por lo que Dios está haciendo ya, y por el modo cómo le podemos colaborar allí en las Regiones en aquello que Él está haciendo en ellas. El Padre Provincial en la última reunión de la Consulta Ampliada de Provincia (28 Septiembre 2017) nos planteó la pregunta ¿cómo dar un paso más en el proceso de articulación de las Regiones?. Queremos sondear el impacto transformador que se espera de todo este esfuerzo regional. Si se mira el camino recorrido hasta la actualidad, pareciera que no hay mayor novedad acerca de lo que es el día a día de la Regionalización. Ello es normal en un proceso humano. El arranque inicial con su estela de asombro ante lo nuevo ya pasó ciertamente; pero depende de nosotros, de nuestra mirada más profunda y certera detectar hoy qué dinamismos del Espíritu se van dando en las regiones con sentido de cuerpo apostólico, y más en concreto, qué signos son expresión de la red apostólica de servicio que es cada región. Como se ha dicho en ocasiones anteriores, la Regionalización dispone a la Provincia como una gran red de redes, y cada Región es una red en sí misma. Todos (Provincial, los Asistentes, la Gerencia del Proyecto, los Coordinadores de Misión Regional y sus equipos, los Laicos, los Jesuitas, las Obras Transversales, las Obras Regionales), desde su lugar de servicio apostólico somos tejedores de esta gran red. Depende de cada uno y de su generosidad y vocación maximizar qué tanto se da a esta Red, qué tanto la teje y se entreteje en ella, para afianzarla y fortalecerla más en su trama, para que sirva al fin misional, pues la red en sí misma es tan sólo medio. Nos puede ayudar para dar ese paso en el futuro próximo del proceso de Regionalización hacer acopio de las llamadas que el Señor nos ha hecho recientemente a través de acontecimientos como la visita del Papa Francisco y su rico magisterio en los días que estuvo en Colombia; y también aprovechar dos textos producidos recientemente por nuestro Padre General Arturo Sosa, S.J. Se trata de sus dos cartas a toda la Compañía tituladas Nuestra vida es misión, la misión es nuestra vida; y Sobre el discernimiento en común, de 10 de Julio y de 27 de septiembre de este año respectivamente. Sería conveniente que estas dos cartas las trabajásemos todos en las regiones. Ambos documentos son como las dos caras de la misma moneda. De cara a la misión, a los “qué” de lo que hay por hacer, se tiene en general cierta claridad. Pero no ocurre lo mismo tratándose de los “cómo” hacer eso que sabemos hay que poner en obra. Un elemento para ser audaces, proactivos y entusiastas críticos no ingenuos, lo tenemos en el discernimiento. No porque estemos en ceros, pero nunca sobrará afinar nuestro agudo sentido del discernimiento apostólico, que en clave de la misión y en el ámbito del discernimiento en común, exige mayor finura espiritual que en el nivel estrictamente personal. La invitación es a tomar en las obras y en las regiones estas dos cartas como insumos de fundamentación del ser y del quehacer del cuerpo apostólico de la Provincia, tomando de ellas algunas pistas concretas para el trabajo misional, mientras vamos de camino en el encuentro

Región Bogotá: Adelantos en mapeo y en concretar acciones comunes en los territorios

Mayo 25, 2012 _________________________________________________________________________________________ La región Bogotá durante el presente año ha realizado dos reuniones, la primera el 16 de marzo y la segunda el pasado 18 de mayo. En ambas, superiores, directores y compañeros apostólicos de las diferentes obras y comunidades jesuitas de la región, estuvieron reunidos para seguir caminando en el de discernimiento y en la proyección regional. Teniendo en cuenta que en el año 2011 la región ya identificó las fronteras a trabajar: 1. Educación popular (con especial énfasis en los jóvenes pobres) 2. Los pobres, inclusión urbana y cohesión, para este año en la primera reunión del 16 de marzo, los dos objetivos fueron construir un mapeo de las acciones concretas que vienen desarrollando las obras en la región Bogotá y plantear opciones de cómo dichas acciones podrían articularse en horizontes comunes de trabajo. Finalmente, se llevó a cabo una plenaria general donde se concretaron las sinergias a seguir. Fruto de la anterior reflexión, surgió la propuesta de dividir el trabajo de la región de Bogotá por territorios, garantizando así una focalización de las tareas, pues el mapeo evidenció gran congruencia de acciones en cuatro sectores de la ciudad: Cerros orientales, Kennedy, Ciudad Bolívar/Usme y Soacha. A partir de estos grupos territoriales, en la segunda reunión del 18 de mayo la meta fue pensar en estrategias conjuntas para ser puestas en práctica en las diferentes zonas de la región. Luego de una breve reflexión para encomendar a Dios toda nuestra labor y de una introducción del trabajo del día, se planteó el siguiente orden del día: 1. Presentaciones de los distintos territorios a. Kennedy b. Cerros orientales c. Soacha d. Usme / Ciudad Bolívar 2. Inquietudes, reflejos y reflexiones de la asamblea sobre las presentaciones 3. Proyección de pasos y actividades futuras en el trabajo de la región El trabajo de la región continúa y cada vez se hace más claro. No obstante, sigue el reto de que todos los jesuitas y compañeros apostólicos nos sintamos parte afectiva y efectiva de este proceso.

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