Lee estas reflexiones a propósito de la Fiesta de San Alonso Rodríguez, jesuita hermano de la Compañía.
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Cada 31 de octubre, los jesuitas del mundo entero volvemos sobre la memoria de Alonso Rodríguez, el santo hermano portero; un hombre cuya talla ha quedado grabada en la mente y el corazón de muchos jesuitas a través de los siglos. Hoy, como siempre, su vida y legado animan la vocación de hermano.
¿Pero qué significa ser hermano jesuita? Una pregunta vigente y cada vez asumida con creatividad para comunicar aquello que implica la respuesta de quienes han elegido ser hermanos en la Compañía de Jesús. El padre Kolvenbach, anterior general de la Compañía, con gran lucidez, señaló que el hermano es, en primer lugar, jesuita; solamente después es hermano. O, más bien, como hermano expresa la única vocación y la única misión de la Compañía.
Recientemente, el papa Francisco, jesuita de Argentina, en su visita a Panamá y reunido con un grupo de jesuitas respondió la pregunta sobre la vocación de los hermanos jesuitas. Francisco destacó que ellos son personas concretas, sin necesidad de maquillaje o adornos, y, de ese modo, influyen en el cuerpo colectivo. Afirmó que esta vocación debe ser promovida.
Las palabras del papa Francisco animan a indagar en qué radica dicha “concreción” y el aporte que ellos hacen al cuerpo de la Compañía. Por eso, este año se recupera la vida de dos jesuitas hermanos de la Provincia Colombiana, que, desde la singularidad de sus vidas, ofrecen hoy con su memoria, una respuesta novedosa a la pregunta “¿quiénes son los hermanos jesuitas?”.
A continuación, un homenaje a la respuesta que Gabriel Duque Correa y Eustaquio Silva Bernal dieron como hermanos en la Compañía de Jesús.
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Conoce las experiencias:
H. Gabriel Duque Correa S.J.
H. Eustaquio Silva Bernal S.J.