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I Encuentro Nacional de la Red Mujeres Provincia Colombiana

Reunidas en la Casa San Claver, en Santandercito, Cundinamarca, del 6 al 8 de marzo de 2025 las personas delegadas de 6 regiones: Bogotá-Soacha, Caribe, Eje Cafetero, Nariño, Santander, Valle-Pacífico; 7 obras transversales: ACODESI, CINEP/PPP, CIRE, Fe y Alegría, JRS-Col, PUJ, RJI; y un grupo de 4 jóvenes jesuitas, nos encontramos para estrechar lazos, compartir experiencias y sentirnos Cuerpo Apostólico enviado en Misión en el contexto colombiano. Queremos compartir algunas reflexiones sobre nuestro encuentro, que a pesar de no haber tenido la presencia de algunas compañeras que, por diversas razones no pudieron llegar, pudimos contar con la presencia del P. Provincial Hermann Rodríguez, SJ, sus asistentes PP. Jorge Alberto Camacho, SJ y José Darío Rodríguez, SJ, la Secretaria ejecutiva de planificación apostólica Laura Perdigón, una delegada de la Oficina Provincial de Comunicaciones Laura Valentina Souza y el equipo dinamizador de la Red Mujeres Colombia, Stefany Herrera, María Carolina Sánchez y María Consuelo Escobar. Nos ha reunido el objetivo de propiciar un espacio de encuentro e integración en el que podamos compartir los distintos saberes y las buenas prácticas que vienen funcionando en la Provincia, en las distintas obras y regiones, respecto a la búsqueda de la equidad para las mujeres en todos los aspectos dentro del cuerpo apostólico. A partir de este compartir, elaborar un plan de acción que concrete nuestra misión y modo de funcionar en la Provincia Colombiana para los siguientes dos (2) años. Para avanzar con este proceso de discernimiento y planificación apostólica, nos hemos puesto en presencia de Dios por medio de la oración, la conversación espiritual, la eucaristía y la confianza de que es el Espíritu quien guía nuestro camino. Nos han acompañado nuestra madre María, Isabel y la mujer Siro-fenicia, recordándonos que Dios se hace presente en nuestra cotidianidad. Nos acompañaron las presentaciones sobre el estado de la Provincia a nivel apostólico, la historia de la Red Mujeres Provincia Colombiana, del grupo de género e igualdad de la CPAL y el testimonio de Alejandra Nuño a nivel intercontinental. Los testimonios de la Hermana Aura Camilo, R.A., y de Ulrike Purrer nos iluminaron desde la perspectiva de la espiritualidad ignaciana y del análisis aterrizado del contexto eclesial. Testimonios desafiantes que nos invitan a la esperanza y a fortalecer nuestro deseo de construir, de manera colectiva, realidades claras de acogida, inclusión, valoración y equidad en nuestras obras y regiones. Al escuchar las presentaciones de las obras y regiones sobre el papel de la mujer en la Iglesia y la Compañía nos aproximamos a la realidad presente, enfatizando en las buenas prácticas que ya ocurren en nuestros diferentes contextos, pero también en los desafíos que encontramos y que nos sentimos invitadas a identificar mejor para transformar. Somos un Cuerpo Apostólico conformado por 17.986 personas de las cuales el 64,4% (11.589) somos mujeres. Nos sentimos llamadas a contribuir en la transformación de realidades de exclusión, violencia e inequidad, en entornos más inclusivos, reconciliados y equitativos en función de nuestra Misión común. Hacemos parte de una historia marcada en muchos momentos por la invisibilización de la mujer, los variados tipos de violencias basadas en género, la falta de oportunidades de liderazgo y la subvaloración de su papel en nuestras obras y regiones. Por ello, nos sentimos invitadas, como Provincia Colombiana, a revisitar y caminar sinodalmente hacia la implementación contextualizada del Decreto 14 de la Congregación General 34, sobre el papel de la mujer en la Iglesia y la Compañía de Jesús. Queremos continuar profundizando en el diagnóstico de la situación actual y contribuir a transformar estas realidades dolorosas e inequitativas, para lo cual hemos dado los primeros pasos para la elaboración de un plan de acción de la Red Mujeres Provincia colombiana, con una misión, visión, iniciativas concretas y temas de reflexión. Esto, en clave de discernimiento a partir de la metodología propia de la Compañía de Jesús centrada en la oración y la conversación espiritual en perspectiva sinodal. Es la primera vez que un encuentro de esta índole tiene lugar en la Provincia y, aunque sentimos que el camino aún es largo y complejo, nos encontramos llenas de una gran esperanza que nos moviliza a querer construir de manera colectiva y participativa. Queremos que, en todas nuestras obras, regiones, y en las comunidades jesuitas, se conozca más sobre este camino que hemos emprendido y se sigan apoyando las iniciativas que surjan de esta Red a favor de la mujer y de una misión de reconciliación y justicia en perspectiva sinodal. Un agradecimiento especial al equipo organizador por estar al tanto de todos los detalles que hicieron de estos días de trabajo una experiencia significativa y valiosa. De igual manera al P. Provincial y su equipo de trabajo por la apertura y disposición para que esta reflexión sobre el papel de la mujer en la Iglesia y la Compañía de Jesús se haga vida concreta dentro de la Provincia en sus obras, regiones y comunidades jesuitas. Confiamos este camino a Nuestra Madre María, que nos inspira y fortalece en estos primeros pasos que damos en perspectiva de colaboración, equidad y sinodalidad.

Pensar en la reconciliación me da esperanza: Un café con Pacho de Roux, SJ

Con el objetivo de transmitir la esperanza y celebrar la vida, la Oficina Provincial de Comunicaciones estará compartiendo una serie de entrevistas a personajes de gran relevancia para la Compañía y la Iglesia. Con un café, grandes anécdotas y camaradería se hablará de la reconciliación, la vocación y las alegrías de vivir la misión. Nuestro primer invitado es el P. Francisco José de Roux, SJ. Los invitamos a dejarse conmover por sus vivencias, su sensibilidad y su mirada sobre el país. 

Comunicado oficial: Situación actual del JRS-Colombia

El pasado 24 de enero, la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado de los Estados Unidos emitió una notificación oficial informando la suspensión de los fondos asignados a los programas de ayuda internacional mientras se lleva a cabo una revisión de los mismos para determinar si se alinean con la política exterior y prioridades del Gobierno de los Estados Unidos. A raíz de esta comunicación, el JRS-Colombia se vio en la necesidad de detener el proyecto denominado «Horizontes de Fraternidad: Acompañamiento y protección a la población migrante en su camino hacia la inclusión efectiva en Colombia” en el marco del cual se pretendía acompañar entre septiembre de 2024 y agosto de 2025 a 12.370 personas a lo largo y ancho del territorio nacional con un presupuesto de 4.5 millones de dólares. La suspensión de este proyecto obligó al JRS-Colombia a cerrar seis de sus oficinas (Ipiales, Palmira, Bucaramanga, Santa Rosa del Sur, Tibú y Cartagena) y a reducir en un 59% su planta de personal y la negociación de acuerdos de indemnización cuyo valor ascendió a 1.200 millones de pesos, dinero que puso a disposición de la organización, el JRS-USA. De enero a febrero, el JRS-Colombia pasó de contar con 155 colaboradores a una estructura mínima conformada por 67 personas, incluidos 7 aprendices SENA. Como resultado de esta decisión, unilateral y atípica del Gobierno de los Estados Unidos, el JRS-Colombia no alcanzó a brindar acompañamiento a 9.140 personas en movilidad humana forzada que sueñan con construir o reconstruir un proyecto de vida en alguna región del país. Aún así, el JRS-Colombia sigue dando vida a la misión de acompañar, servir y defender a las personas y comunidades en movilidad humana forzada por medio de 8 oficinas que siguen operando en Cúcuta, Barrancabermeja, Buenaventura, Arauca, Soacha, Ibagué, Pasto y Pereira; en estos territorios se avanza en la implementación de 14 proyectos con componente de protección, medios de vida, integración comunitaria y/o educación. De aquí a finales de abril, cuando se cumpla el plazo de los 90 días de suspensión, el gobierno de los Estados Unidos decidirá el futuro del proyecto que implementa el JRS-Colombia; esta decisión puede traducirse en alguno de los siguientes escenarios: 1. Suspensión definitiva de los fondos, 2. Descongelamiento parcial de los fondos, con modificaciones de los montos, metas y condiciones de financiación, o 3. Descongelamiento total de los fondos. El JRS-Colombia celebra en 2025 treinta años de presencia en el país, por lo que la crisis desencadenada por la orden de suspensión constituye un momento idóneo para redoblar esfuerzos por conseguir medios que permitan seguir dando vida a la misión de este Centro Social de la Provincia. Un mes después de la emisión de la orden de suspensión, la organización avanza en la formulación de más de diez proyectos y sigue explorando nuevas fuentes (flexibles y no flexibles) de financiación para seguir contribuyendo a la construcción de una Colombia más hospitalaria y reconciliada.

Iniciamos el itinerario de formación 2025 de la Región Bogotá-Soacha

El pasado 12 de febrero, más de 200 jóvenes vinculados a las obras de la Compañía de Jesús en la región Bogotá-Soacha se reunieron en la Manzana Jesuítica de Bogotá para dar inicio al Itinerario de Formación Regional 2025. Este encuentro tuvo lugar en el marco del Día de las Manos Rojas, una jornada emblemática que busca sensibilizar y generar conciencia sobre la problemática del reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado. Este año, nuestro itinerario regional se fundamenta en la cuarta opción fundamental del Plan Apostólico de Provincia, promoviendo una profunda articulación entre ecología integral, reconciliación y justicia social. Reconocemos que los desafíos socioambientales no pueden abordarse de manera aislada, ya que la crisis ecológica y la crisis humana están intrínsecamente conectadas. En un territorio caracterizado por su diversidad cultural, complejidades sociales y acelerado crecimiento urbano, acogemos el llamado del Papa Francisco a cuidar nuestra Casa Común, impulsando una conversión ecológica que coloque la dignidad humana en el centro de nuestras acciones. De esta manera, el itinerario regional no solo se concibe como un espacio de encuentro y formación, sino también como una oportunidad para que los jóvenes sean protagonistas del cambio. A través de una visión integral, podrán incidir en sus comunidades con un firme compromiso por la justicia, la solidaridad y el bien común. Estamos convencidos de que la transformación social comienza en cada uno de ellos y, por ello, reafirmamos nuestra vocación de acompañarlos en este camino de aprendizaje, reflexión y acción. El inicio de la jornada se llevó a cabo en el teatro del Colegio Mayor de San Bartolomé, donde el P. José Darío Rodríguez, SJ, ofreció una contextualización sobre el impacto del conflicto armado en las comunidades y el entorno natural. Posteriormente, el equipo de ReconoSiendo guió un espacio espiritual en la Iglesia San Ignacio de Bogotá, permitiendo a los participantes reflexionar sobre las consecuencias individuales, comunitarias y ambientales del reclutamiento forzado y la utilización de menores en el conflicto armado. En el cierre del encuentro, los jóvenes fueron invitados a interiorizar sus emociones y pensamientos a través de la palabra y la escucha activa. En un marco de conversación espiritual, compartieron sus vivencias y reconocieron los llamados del Dios de la vida y de la paz, que se manifiesta en todas las cosas. El Itinerario de Formación Regional se desarrollará a lo largo de 2025 mediante encuentros locales y regionales, talleres y espacios de acompañamiento que fortalecerán las capacidades de liderazgo y acción social de nuestros jóvenes en sus contextos. Nuestra próxima cita regional será el 9 de abril de 2025 en el Colegio San Bartolomé La Merced.

XXVI Inmersión Ignaciana: Conversión Ecológica

Con una invitación a vivir “este momento como una oportunidad para una conversión”,  inició la XXVI Inmersión Ignaciana. El tema central de este encuentro fue la Conversión Ecológica y el llamado del Santo Padre a escuchar el “grito de la tierra” y realizar acciones concretas por el cuidado de la Casa Común. El Instituto Mayor Campesino -IMCA- fue el encargado de acoger a cerca de 70 personas del Cuerpo Apostólico; líderes de obras, jesuitas y colaboradores interesados en trabajar por la Creación. «El tema de la conversión, diría el padre Baena es “enderezar lo torcido”(…) Se necesita muchas veces retomar el camino y enderezar la vida. Lo que queremos proponer en este ejercicio espiritual, comunitario y de reflexión conjunta, es preguntarnos cómo hacemos para vivir un proceso de conversión ecológica. A este encuentro venimos a pensar cómo hacer para vivir y ayudar a los que trabajan o viven con nosotros a caminar en la dirección a una conversión ecológica», indicó el P. Hermann Rodríguez, SJ, Provincial. Los conversatorios, oraciones matutinas y el compartir fraterno permitió conocer el panorama actual de la Provincia y las nuevas apuestas regionales, así como generar consciencia sobre la importancia de actuar en la preservación de la vida y la biodiversidad. Este espacio creado por el P. Julio Jiménez, SJ, en 1999, nos congrega como comunidad y es una oportunidad para conocer hacia donde se dirige la Provincia cada año. Este 2025 es el año de la esperanza y la oportunidad para conectarnos con la obra divina de Señor, reconociéndonos como criaturas hermanas de la tierra que nos cobija. Los invitamos a sumarse a las iniciativas que se desarrollan en cada una de las obras y comunidades. Próximamente estaremos compartiendo más información sobre la apuesta ecológica de la Provincia.    

Homilía de Monseñor Alejandro Díaz García, en la Fiesta de San Ignacio de Loyola

El pasado 31 de julio, conmemoramos la fiesta de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, un momento que nos permitió recordar nuestra historia y agradecer por todo el itinerario apostólico de los jesuitas en el país. Durante el evento se celebró una eucaristía solemne presidida por Monseñor Alejandro Díaz García, obispo auxiliar de Bogotá, la inauguración del XXIV Simposio de EE “Conversión Ecológica“ y el acto cultural conmemorativo por el Centenario: Peregrinos 1604-2024. A continuación, compartimos la homilía de Monseñor, durante este evento especial: __________________________________________________________________________________________________________________ En la celebración de los cien años de la Provincia Jesuita de Colombia, esta eucaristía quiere ser un agradecimiento especial por el tesoro de gracia que Dios ha sabido acumular a partir de la vivencia y transmisión de la espiritualidad ignaciana a lo largo del tiempo. La Palabra de Dios que ha sido proclamada, de alguna manera nos recuerda e invita a perseverar en algunas prácticas espirituales, que hacen parte de la esencia del evangelio, que brotaron con particular enardecimiento de las entrañas de fuego de aquel peregrino del siglo XVI, nacido en Loyola, y que hoy siguen siendo replicadas con especial dedicación por quienes han consagrado su vida al Padre del Cielo y a la Iglesia, a través del carisma ignaciano. Espero, entonces, que estas perseverancias nos ayuden a examinar el propio corazón y sigan siendo el objeto de nuestra misión. La primera de ellas, que es también la fundamental, es perseverar en la práctica de la imitación y del seguimiento de Jesús. Sabemos cuánto conocimiento interior alcanzó Ignacio sobre los misterios de la vida de Nuestro Señor. Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y no existe otro fin en la vida del hombre que llegar a ser hijos en el Hijo. Esto explica la radicalidad y altísima exigencia en las condiciones que el mismo Jesús, según el evangelio de Lucas, propone a quienes lo siguen: posponer los amores más queridos, que son los radicados en los vínculos familiares, renunciar a todos los bienes y aprender a cargar la cruz. A esta ab-negación, libre y amorosa, el Apóstol Pablo, quien gusta hablar más de la imitatio que de la sequela de Cristo, añade que el imitador de Jesús, en un mundo plural, donde hay judíos y griegos, debe buscar siempre agradar a todos, renunciando a la ventaja personal para buscar mejor el bien común, el bien de todos. Esta actitud de despojo personal y a la vez de preocupación por la salvación de otros, propia del discípulo, puede ir en reversa no sólo a muchos sentires del tiempo presente, sino también a nuestra propia conciencia, adonde puede llegar la tentación de Jeremías: la tentación de “olvidarme del asunto”, de Dios, de la vocación a la que me llama, de la misión. Santos como Ignacio nos recuerdan la posibilidad real del seguimiento de Jesús y de vivir plenamente entregados al proyecto del Reino de Dios. Sigamos, pues a Jesús, imitemos a Nuestro Señor. La segunda perseverancia es en la práctica del discernimiento, en la que nuestro santo es maestro excelso. Desde el evangelio de hoy, el discernimiento es el antídoto que impide a una vida quedar a medias, es decir, sumida en la mediocridad, convertida en un elefante blanco, como la torre a medio construir, o todavía más, el antídoto que impide a una vida perder la batalla, sucumbir ante el enemigo, porque discernir significa tratar de descubrir la voluntad de Dios, en donde se esconde la verdadera plenitud y felicidad humana. Para ser eficaz, esta práctica debería copar toda nuestra vida, desde las elecciones relativas a las necesidades más básicas, como el “comer o el beber”, señalado por san Pablo, hasta los grandes proyectos, como el de edificar o conquistar, de los que habla el evangelio. Cualquiera sea el asunto, es necesario “sentarse” y ponerse a calcular o deliberar, para elegir lo que más conviene. Ignacio logró afinar este “ejercicio de inteligencia, de habilidad, de voluntad y de afectos” —como lo describe el papa Francisco— de manera que todos los hijos de Dios se pudieran beneficiar de él y aprendieran a encontrar los momentos favorables, lo que pertenece al buen espíritu, lo que en verdad nos perfecciona y acerca a Dios. Hoy damos gracias a Dios por todas la iniciativas que ha emprendido la familia jesuita en este ámbito espiritual por tantos años y le pedimos a todos sus miembros, en medio de este presente, donde los vientos de la confusión y la incertidumbre suelen arreciar, que no dejen de instruir a todo hombre de bien en los modos para reconocer y cumplir las voluntades de Dios. La tercera está inspirada en el salmo 33 y consiste en perseverar en la práctica del acompañamiento, que también la podríamos llamar la práctica del “acampamento”, porque la intención de Dios, según el salmista, es hacer camping, poner su carpa muy cerquita del entorno vital de las personas, pero sin anular su libertad, y estar ahí, disponible, de modo que ellas, si quieren, puedan encontrar un protector, alguien que las libere de sus ansias, que las salve de sus angustias, pero también un buen consejero que las escuche; alguien con quien puedan tener la certeza de que nada nos hará falta. Considero que ustedes, queridos hermanos jesuitas, han acumulado una gran experiencia en el arte de acompañar, y no lo digo sólo por el servicio específico de los Ejercicios Espirituales, sino por todas las experiencias de Dios que ustedes han propiciado en el corazón de los fieles, en medio de muchas comunidades, urbanas y rurales, gracias al modo de estar presentes en cada una de sus obras: siempre con cercanía y a la vez con discreción, con orden e inteligencia, con profundo respeto y paciencia, con caridad y humildad. Que toda persona en cuyo entorno Dios les permita acampar pueda sentir la compañía de Jesús y exclamar: “¡Qué bueno es el Señor!”. Querido cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús: que el mejor regalo de Dios para ustedes en

Estampilla conmemorativa por el Centenario de la Compañía de Jesús en Colombia

Con motivo de la celebración de los 100 años de la Compañía en el país, el Ministerio TIC, a través de la Resolución No. 1369 del 24 de abril de 2024, autorizó una emisión filatélica, como «reconocimiento a la labor y aportes a la cultura, la educación y servicio comunitario realizados por la orden religiosa en el país». El diseño se compone de varios elementos representativos de la historia de la Compañía en el país: la Capilla San José, como memoria y recuerdo de la presencia y labor de los Jesuitas en Bucaramanga, ciudad donde se realizó el lanzamiento de la estampilla; la planta de café , símbolo de la contribución agrícola de los jesuitas y la imagen de san Ignacio de Loyola, que hace parte de los vitrales del Templo del Sagrado Corazón, diseñada por el P. Joaquin Emilio Sanchez, SJ. El diseño, producción y puesta en circulación de las estampillas estuvo a cargo del Operador Postal Nacional 4-72. Se imprimieron 40.000 unidades, cada una con un costo de 500 pesos.  Fuente: Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia y Colegio San Pedro Claver de Bucaramanga

Primera Asamblea del Año de la Región Bogotá – Soacha

El viernes 7 de junio de 2024, nos reunimos como cuerpo apostólico para celebrar la Primera Asamblea Regional Bogotá-Soacha del año. El encuentro se llevó a cabo en la Parroquia San Javier, un lugar de especial significado en la historia de la Compañía de Jesús en Colombia gracias a la acción pastoral iniciada por el P. José María Campoamor, SJ. Nuestra Asamblea, celebrada en el marco de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, nos ayudó a recordar que la sangre y el agua que brotan del costado de Jesús simbolizan la complejidad de nuestra realidad y misión, y nos convocan a acompañar a los demás bajo la máxima de amar y servir. Durante este encuentro, se destacaron varios hitos importantes que han dejado una huella perdurable en la Provincia. Entre ellos, los cinco llamados compartidos en la Asamblea MAGIS, resultado del trabajo con las juventudes desde la Red Juvenil Ignaciana (RJI). Además, la reciente Asamblea Nacional de Regionalización, celebrada en el Eje Cafetero, permitió una reflexión profunda sobre la importancia de formar un cuerpo apostólico cohesionado y la necesidad de acompañamiento en los procesos de planificación apostólica, tanto a nivel de las obras como en los procesos regionales. Nuestra Asamblea Regional hizo suya la pregunta que encabeza el documento De Statu Societatis Iesu: «¿A dónde nos está conduciendo el Espíritu Santo?» Este interrogante provocó un ejercicio de conversación espiritual que facilitó el reconocimiento del camino recorrido a través del itinerario de ReconoSiendo a lo largo de este año en cada una de las obras apostólicas de la región. Así mismo, cada una de las mesas de trabajo regional pudo recoger sus principales mociones para continuar avanzando juntos. Esta asamblea no solo fortaleció nuestros lazos como cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús en la Región Bogotá-Socha, sino que renovó el compromiso con la misión apostólica que nos ha sido encomendada en esta región. La experiencia sirvió como un recordatorio del llamado constante a amar y servir, guiados por el Espíritu Santo en cada paso de nuestro camino.

Jornada de gratuidad y evaluación: reafirmando lazos comunicativos

El 18 y 19 de junio, el equipo de la Oficina Provincial de Comunicaciones se encontró en la finca San Claver en Santandercito, para revisar el proceso de planeación propuesto para este año y seguir fortaleciendo la colaboración con la Red Juvenil Ignaciana (RJI), la Misión Vocacional y el Centro Ignaciano de Reflexión y Espiritualidad (CIRE). El encuentro fue acompañado por el P. Antonio José Sarmiento Nova, SJ, socio del P. Provincial, y responsable del equipo de comunicaciones. Durante el primer día, el equipo de comunicaciones participó en una charla sobre discernimiento y planeación, orientada por Laura Perdigón, secretaria ejecutiva de planeación. Esta sesión permitió a los participantes reflexionar sobre las estrategias implementadas y alinear sus esfuerzos con la visión de la Provincia. También se llevaron a cabo dos talleres centrados en la sinergia del equipo que fomentaron la colaboración y la unión de ánimos de la oficina. La jornada cerró con un espacio dedicado a la gratitud reafirmando el compromiso de trabajar juntos, incrementar la escucha y la comunicación asertiva. El 19 de junio, a la jornada se unieron el Hno. Rafael Hernández, SJ, director de la Promoción Vocacional; el P. Nilson Castro, SJ, delegado vocacional a nivel nacional; y Natalia González, coordinadora de la Red Juvenil Ignaciana. Junto a ellos, se evaluaron los avances del proceso articulado durante el primer semestre de 2024, destacando los logros obtenidos gracias a la iniciativa de trabajo colaborativo promovida por el P. Provincial. Los avances en la integración de los esfuerzos, las dinámicas de trabajo, la claridad en la comunicación de la OPC y el seguimiento de la articulación fueron puntos clave de la evaluación. También se discutieron los desafíos asociados a los proyectos imprevistos y la necesidad de expandir el equipo de comunicaciones para la Misión Vocacional y la RJI, debido al aumento en el volumen de trabajo. Aunque en la planificación estratégica no se consideró el apoyo a las comunicaciones del CIRE, después de seis meses de trabajo en equipo se ha desarrollado una perspectiva de acompañamiento y se desarrolla en una propuesta comunicativa conjunta. El encuentro también facilitó la generación de ideas para promover la espiritualidad ignaciana. Estos momentos de reflexión y conexión son vitales para que cada integrante del equipo revise su vocación y renueve su dedicación a la labor comunicativa que está al servicio de la Provincia. Este encuentro resultó muy fructífero; permitió evaluar integralmente los procesos y las cargas de trabajo, y ofreció una oportunidad para expresar gratitud por los significativos progresos alcanzados en esta colaboración comunicativa que ha generado numerosos avances.   De izquierda a derecha: María Alejandra Rojas Matabajoy – coordinadora de comunicaciones, Nilson Castro, SJ – delegado vocacional, Natalia González – coordinadora RJI; Karen Forero – profesional comunicaciones RJI Y MV, Valentina Souza – profesional Diseño, Imagen y Producto, Alix Niño – profesional Comunidades Digitales; Silvana Osma – comunicadora CIRE, Rafael Hernández, SJ –  director de la Promoción Vocacional y Antonio José Sarmiento, SJ – socio y delegado de comunicaciones.  

Reencuentro en la Finca San José de Potosí: un vínculo perdurable

En el bullicio de la ciudad, donde el ritmo de la vida se acelera y las responsabilidades pesan sobre los hombros, a menudo buscamos refugio en los recuerdos de tiempos más simples y amistades duraderas. Para aquellos que tuvimos el privilegio de estudiar en el Colegio San Bartolomé y otros colegios Ignacianos en Bogotá, la finca de San José de Potosí en Villeta se convirtió en un oasis de nostalgia y camaradería, un lugar donde los recuerdos de la juventud se entrelazó con la calidez del presente. Cada año, al aproximarse el fin de semana, un grupo selecto de antiguos alumnos de los colegios Ignacianos espera con ansias la oportunidad de reunirse en la Finca San José de Potosí. Para nosotros, esta finca no es solo un lugar, sino un santuario de amistad y camaradería que se ha mantenido a lo largo de los años. Aquí, entre los árboles de naranja y mandarina que perfuman el aire, la magia de nuestra infancia cobra vida una vez más. El aroma a azahar nos da la bienvenida mientras recorremos los senderos que conocemos tan bien como las páginas de nuestros libros de texto. Las risas y las conversaciones animadas llenan el aire, mientras nos sumergimos en los recuerdos de nuestras travesuras juveniles en el colegio. En la piscina, donde pasamos interminables horas de diversión y risas, compartimos historias de nuestras vidas adultas, reflexionando sobre cómo hemos cambiado y crecido, pero también sobre cómo algunos aspectos de nosotros permanecen inalterados por el tiempo. Las canchas de fútbol son testigos de nuestras acaloradas disputas amistosas, donde la competencia se mezclaba con la camaradería y el espíritu deportivo. Aquí, entre patadas y goles, forjamos lazos que perduran más allá de los años y las distancias, recordándonos la importancia de mantener vivos los lazos que nos unen. Pero lo que realmente hace especial a la Finca San José de Potosí es la calidad de las personas que la atienden. Desde el personal que nos recibe con sonrisas cálidas y hospitalidad genuina hasta los cocineros que nos deleitan con deliciosos manjares, todos contribuyen a crear un ambiente acogedor y familiar que nos hace sentir como en casa. En cada visita a la Finca San José de Potosí, nos damos cuenta de que no solo estamos reviviendo viejos recuerdos, sino que también estamos creando nuevos momentos de felicidad y conexión. Aquí, en medio de la belleza natural y la compañía de amigos queridos, encontramos un refugio donde el tiempo se detiene y los lazos de amistad perduran para siempre. En la Finca San José de Potosí, el tiempo se convierte en un eco de nuestra juventud, recordándonos la importancia de mantener vivos los recuerdos y las amistades que dan forma a nuestras vidas. En cada reunión, celebramos la alegría de la amistad y la gratitud por los momentos compartidos, sabiendo que, aunque el tiempo avance y los caminos se separen, siempre tendremos un lugar donde volver y unirnos una vez más. Y así, entre los árboles de naranja y mandarina, en la calidez acogedora de la Finca San José de Potosí, encontramos un lugar donde los recuerdos se entrelazan con el presente, creando un vínculo perdurable que nos une como amigos y compañeros de vida.

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