Hombre y mujer, Dios los creó
La realidad de la vida nos muestra elementos que nos permiten reflexionar sobre lo que es la pareja humana. Todo se puede resumir en la frase que nos presenta la primera lectura de este domingo, tomada del libro del Génesis “por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos un solo ser”. El sentido de complementariedad de la pareja humana queda expresado en esa frase. Es algo que no podemos ignorar y que nos permite acercarnos a lo que vivimos en el mundo actual. Es, ante todo, una afirmación de lo incompletos que somos como varones y como mujeres y la necesidad del aporte de cada uno de los géneros a la plenitud del ser humano. Todo el conjunto del relato del Génesis nos presenta la creación como la obra del amor de Dios para el hombre “pues cada ser vivo llevaría el nombre que el hombre les pusiera”. Pero de todos los seres de la creación “no hay ninguno como el hombre que le ayudase”. Es la reflexión que el autor del texto sagrado coloca en labios del Señor “no está bien que el hombre esté solo; voy a hacerle alguien como él que le ayude”. La vocación de la pareja humana es para amarse y ayudarse. El sentido de la misión se expresa también en aquella expresión “lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre”. En el texto del evangelio se enfatiza en el sentido de la unión indisoluble, con un fuerte rechazo a la disolución de la unión, el divorcio. Afirma que “Moisés dejó escrito ese precepto por la terquedad del pueblo de Israel”, no porque así hubiera sido desde el principio de la creación. Es posible que esto le suene extraño a la gente de nuestro mundo porque lo que hoy encontramos es una realidad diferente, donde las uniones o matrimonios se dan de muchas maneras y formas, entre las cuales una de las características es la disolubilidad y temporalidad. No se asumen compromisos estables, mucho menos la exclusividad. Parece ser algo fuertemente instalado en el pensamiento del mundo contemporáneo. Sin embargo, no solo en el aspecto de la pareja sino como responsables de la célula llamada familia, es necesario el carácter de estabilidad, exclusividad y fidelidad para garantizar el desarrollo armónico de la familia, del crecimiento sano de los hijos y de unas relaciones maduras entre todos los miembros que la conforman. Es lógico que comprendamos las dificultades que se presentan en la vida y en la relación de pareja. Es también sensato que busquemos caminos de solución y de diálogo a esas dificultades y obstáculos. Debemos partir de un criterio sano de realidad: quienes toman la decisión de comprometerse y compartir la vida con otra persona, son personas maduras, que han analizado las razones a favor y en contra de esa decisión, las consecuencias que ello implica. La certeza absoluta nunca se tiene, siempre hay factores de riesgo, los cuales deben ser reducidos a lo mínimo para vivir como verdadera pareja.
Espacios de formación y acompañamiento a la vocación del docente
“Maestros que asumen la vocación y que la consideran más que un trabajo, un asunto meramente técnico, son docentes que se entregan de mejor manera a la tarea; se sienten mucho más satisfechos y tal vez, lo más importante contagian a otros de esa pasión (…)” reflexionó el P. Cristóbal Madero, SJ, ponente invitado al II Simposio Internacional de Educación – Maestro: La vocación de humanizar, que fue desarrollado del 27 al 28 de septiembre en la ciudad de Bogotá. Durante el evento se realizaron discusiones sobre la salud mental de las personas con roles de educador, la importancia del autocuidado y el planteamiento de estrategias pedagógicas basadas en la espiritualidad ignaciana, a través de talleres, paneles y experiencias significativas. Estos temas fueron puestos sobre la mesa bajo un carácter interdisciplinar que otorgó la participación de expertos en diferentes áreas del conocimiento. El simposio hace parte de las apuestas de la Asistencia de Educación de la Provincia para generar espacios de formación en la que los miembros del Cuerpo Apostólico puedan desplegar su vocación al servicio de la misión. Este espacio invitó a los participantes a transformar la mirada desde la cual se percibe al papel del pedagogo: “La labor del docente no está solo en el profesionalismo, como lo decía el padre Cristóbal, sino también está relacionada con un llamado a que las personas vengan aquí a hacer vida. Los maestros venimos al colegio a aprender y a tener otros espacios de interacción, a encontrarnos con otras formas de vida (…)”, mencionó Nancy Lorena Gamboa Sandoval, coordinadora de investigación del Colegio Santa Luisa, y coordinadora del simposio. El simposio, organizado en conjunto por el Colegio Santa Luisa, la Asociación de Colegios Jesuitas – ACODESI, la Pontificia Universidad Javeriana y la Provincia Colombiana, se llevó a cabo en las instalaciones del Colegio, ubicado en el barrio Timiza, al sur de la ciudad. Esta obra de la Compañía fue fundada en 1968 nombrada en honor a Luisa de Marillac, monja a quién se le adjudican obras de caridad para niños y niñas.
¿A favor o en contra de Jesús?
La vida nos coloca en situaciones en las cuales debemos definir de qué lado estamos. A veces pensamos que lo mejor es mantener una actitud de imparcialidad o de neutralidad, porque creemos que así es mejor. Casi siempre esa actitud lo que busca es que no nos compliquemos la vida, que no nos metamos en problemas, porque preferimos permanecer de esa manera. Sin embargo, al leer los textos de este domingo encontramos que hay momentos y situaciones que exigen asumir posiciones o cómo se dice en el lenguaje popular “debemos tomar partido”. En la primera lectura encontramos una sencilla historia: el Espíritu del Señor viene sobre dos personas que no estaban reunidas con los demás, pero que eran del grupo y sobre ellos desciende el espíritu y comienzan a profetizar. Algunos se dan cuenta, se quejan y, sin embargo, Moisés no se lo prohíbe. Mas aún, desea que todo el pueblo reciba el espíritu para que pueda profetizar. Dios no es exclusividad de persona alguna, no es propiedad de nadie. La realidad de la vida puede llevarnos a sentirnos superiores a los demás, a creer que merecemos mas que otros por diversas razones. La manera de ver las cosas desde el lado de Dios es diferente, él no tiene acepción de personas, no discrimina, no excluye. Jesús lo demuestra en el pasaje del evangelio de este domingo. El anuncio del evangelio con los signos que lo acompañan no es exclusividad de los discípulos pues “todo aquel que no está contra nosotros, está a favor nuestro” dice Jesús. El segundo elemento que nos presenta el texto en mención se refiere al escándalo que podemos dar a otros con nuestra manera de proceder, con nuestras actitudes y nuestras acciones. Por eso dice Jesús “al que sea ocasión de pecado para esta gente sencilla que cree en mi, más le valdría que le pusieran al cuello una de esas enormes piedras de molino y lo arrojaran al mar”. El daño que se hace a otras personas con los malos ejemplos es grave, es algo irreparable. Me viene a la memoria una sencilla historia que leí o escuché hace tiempo; realmente, no recuerdo eso. La historia es más o menos esta: “un hombre que era muy chismoso acude a visitar al maestro y le pide que le ayude a corregir ese defecto. El maestro le pregunta si tiene en casa una almohada de plumas. Ante la respuesta afirmativa, el maestro le pide que la traiga. Cuando llega con la almohada, le pide que rompa el forro y esparza las plumas. Al hace esto, el viento se las lleva. Luego le pregunta al maestro qué más debe hacer. El maestro lo manda a recoger las plumas de la almohada. El que las había echado al viento le dice que eso es imposible. El maestro le responde que es mas fácil que logre reunir las plumas de nuevo que reparar el daño causado con los comentarios que hace”. Hasta ahí la historia. ¿Moraleja?
Diversos encuentros de formación en Cartagena
El pasado 9 de septiembre tuvimos la ocasión de celebrar la Fiesta de San Pedro Claver en el contexto de la gratitud que a lo largo de este año hemos renovado por los 100 años del Centenario de la Provincia Colombiana. Nuestros anfitriones en Cartagena, especialmente la comunidad jesuita del Santuario, nos recibieron a muchos jesuitas y compañeros apostólicos con un espíritu de fraternidad y gozo. En esta breve nota, quiero resaltar 3 encuentros relacionados con la formación que tuvieron lugar durante las fechas que rodearon la festividad. El primer encuentro fue el de maestrillos, el fin de semana del 31 de agosto al 1 de septiembre. Actualmente, hay 5 maestrillos: Jhonnatan Díaz SJ, quien está en su segundo año de magisterio en el Colegio San Pedro Claver de Bucaramanga; Juan David Sánchez, SJ, destinado desde enero de este año a la Región Nariño. Allí colabora en la pastoral del colegio y en la Fundación Juan Lorenzo Lucero. Asimismo, 3 nuevos maestrillos que comenzaron sus respectivas misiones desde mitad de año, luego de terminar sus estudios de Filosofía: Favio David Guerra-Acero, SJ, quien fue destinado al Colegio San José de Barranquilla, junto con Sebastián Botero SJ, quien llego en junio pasado desde Guadalajara, y Andrés Felipe Martínez, SJ, quien fue destinado a la región Nariño a apoyar la pastoral del Colegio San Francisco Javier y la Fundación Suyusama. Al encuentro no pudo asistir Sebastián por compromisos apostólicos adquiridos previamente. Junto con el P. Provincial, compartimos varios momentos de diversa índole. Las mañanas del sábado y del domingo, tuvimos la ocasión de orar y reflexionar en torno a los desafíos apostólicos que se han enfrentado en la etapa de magisterio, y al modo como las obras en las que participan los maestrillos van expresando los sueños plasmados en el Plan Apostólico de la Provincia. El encuentro también ofreció la oportunidad de revisar la calidad de vida religiosa que estamos viviendo, sobre todo en esta etapa de magisterio con sus múltiples demandas apostólicas, y que requiere de un cuidado más atento y autónomo tanto de la vida espiritual como de la vida comunitaria. La riqueza de estos espacios se halla no sólo en esos momentos de reflexión y oración compartida; también se fortalecen los vínculos con el trato espontáneo que se teje en medio de la comida, la bebida y el paseo. La tarde del sábado la disfrutamos en las playas de Marbella, a unos 30 minutos a pie del Centro Histórico de Cartagena. Fue sin duda un encuentro para agradecer por la amistad que se ha ido fraguando en medio de la misión y para reconocer el modo como la vida religiosa va configurando nuestras opciones vitales. A los 8 días de este encuentro, el fin de semana del 7 y 8 de septiembre, nos encontramos en el Santuario San Pedro Claver un nutrido grupo de neodiáconos y neopresbíteros. Junto con el Provincial y el asistente para la Formación, estuvieron los 2 relativamente recién ordenados diáconos Mario Vargas, SJ (director de pastoral del Colegio San Luis Gonzaga) y Dairon Lizcano, SJ (destinado a la parroquia de la Macarena); Santiago Tobón SJ (director de pastoral del Colegio Mayor de San Bartolomé, rector del Templo San Ignacio y secretario ejecutivo de la Manzana Jesuítuca); Yamid Castiblanco, SJ (profesor de la Facultad de Teología); Ambrozie Megheris, SJ (jesuita rumano de la Provincia Euromediterranea, quien adelanta la maestría en Teología en la Javeriana); Davide Orlandini, SJ (jesuita italiano de la Provincia Euromediterranea, quien trabaja en el JRS Latinoamérica); Fabian Retschke, SJ (jesuita alemán de la Provincia de Europa Central); Andrés Díaz, SJ (director de pastoral del Colegio San Ignacio); Carlos Ossa, SJ (director de pastoral del Colegio San Pedro Claver); Juan Pablo Macías, SJ (ministro de la comunidad de formación San Francisco Javier); Omar Fredy Pabón, SJ (párroco de la parroquia Nuestra Señora de la Macarena); y Roosbel Alexander Orozco, SJ (director de pastoral del Colegio San Juan Berchmans). En la mañana del sábado realizamos un recorrido por el Santuario San Pedro Claver, guiados por el padre Luis Ortiz SJ, quien colabora allí desde 1996 y por el padre Ricardo Delgado SJ, administrador del Santuario. Evocar historias de San Pedro Claver y de su tiempo, habitar los espacios de entonces que con el paso del tiempo se convierten en los espacios que habitamos hoy, nos permitió reconocernos como parte de un horizonte apostólico mucho mayor, el cual seguimos construyendo a partir de nuestros discernimiento presentes. Y al igual que en el encuentro de maestrillos, en la tarde del sábado tuvimos un momento de esparcimiento en las playas de Marbella. Ya sea en un salón, ya sea en la playa, lo más importante y lo que permite que de estos encuentros se den frutos, es la apertura con la que nos disponemos para reconocernos como hermanos y confiar en el otro las cosas importantes, aunque pequeñas, en el ejercicio de nuestro ministerio presbiteral. Esto ha sido lo que hemos vivido en este encuentro. Al final del primer día, celebramos juntos la eucaristía y cada uno de los neodiáconos y neopresbíteros pudieron renovar sus votos. Luego de un suculento desayuno en un hotel cercano a Santuario, en donde se hospedó la mayoría de los neodiáconos y neopresbiteros, tuvimos una mañana más reposada que nos permitió reflexionar en torno a los rasgos del presbiterado en la Compañía, que se van consolidando con el tiempo. Como telón de fondo, les ofrecí un texto escrito en el año 2010 por el padre José García de Castro, en torno al sacerdocio, titulado “Fundada principalmente para…” En torno al sacerdocio en la Compañía de Jesús. A partir del mediodía, momento en el cual culminamos nuestro encuentro, nos unimos a los eventos conmemorativos de la Fiesta de San Pedro Claver y del Centenario de la Provincia. Finalmente, luego de la las fiestas del lunes 9 de septiembre, de la reunión de superiores (el martes 10) y de la Consulta Ampliada (el miércoles 11), nos encontramos, con el Provincial y el asistente de
El servicio como distintivo del cristiano
En diversas oportunidades me he preguntado cuál es el gusto que cierto tipo de personas le encuentran al ejercicio del poder, del prestigio, del sentirse el centro de las miradas y conversaciones de la gente. Esto lo digo porque la realidad nos muestra que es algo agobiante, que desgasta y que quien ha tenido esas responsabilidades termina envejecido. Por otro lado, encuentra uno personas que, en forma silenciosa y discreta, entregan su vida al servicio de los demás en diversos ministerios o actividades como los hospitales, las cárceles, los centros educativos, los ancianatos, para nombrar solo algunos. ¿Dónde está la diferencia? Creo que esto se puede entender a la luz del texto del evangelio de este domingo. Jesús les dice a los discípulos “quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos”. Más aún, esa actitud es posible teniendo una actitud como la de un niño. Los discípulos se sintieron avergonzados porque en el camino habían estado discutiendo sobre quién era el más importante. Era algo ilógico en la dinámica de lo que Jesús les enseñaba. No era el camino del poder, el prestigio, la riqueza. Era el sendero del servicio, el amor, la humildad. Entran en contraposición las dos escalas de valores. De cada persona depende la decisión que tome y el rumbo que le dé a su vida. Es lo que nos dice la segunda lectura, tomada de la carta del apóstol Santiago cuando afirma: “ambicionan algo y no pueden alcanzarlo; así que luchan y pelean”. Y el mismo texto pone el contraste “los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la justicia”. De cada uno de nosotros depende cuál de los dos caminos escoger en la vida ya que “donde hay envidias y peleas, hay desorden y toda clase de males”. Me pongo a pensar en la escena de los discípulos, los argumentos y razones para enfatizar por qué y quién era el más importante. Esa era su discusión. Pero hay algo que el texto no dice y es para qué discutían ellos eso. Porque en el fondo, el asunto es una cuestión de poder y prestigio. Sus maneras de ver y analizar las cosas no habían interiorizado el mensaje de Jesús y lo que implica su seguimiento. Hemos celebrado el día del amor y la amistad. Un asunto más comercial que existencial. Sin embargo, pienso que en la línea de lo que estamos reflexionando podemos decir que la mejor manera de amar es a través del servicio, de la entrega desinteresada, de la capacidad de buscar siempre lo mejor para la otra persona, de lo que la pueda hacer feliz. En el fondo, amar es servir y servir es amar. Cuando amas y sirves, eres feliz y le das un profundo sentido a tu vida porque has puesto el centro de la misma fuera de ti, como dicen algunos, te has descentrado para mirar al otro, para centrarse en esa persona, para ayudarla a ser feliz.
¿Quién eres tú, Jesús?
Hay momentos en la vida que nos permiten hacernos preguntas de fondo. No siempre encontramos las respuestas que buscamos. Algunas veces porque no lo hacemos de manera adecuada, o no buscamos en el lugar o con la persona que nos puede dar la respuesta que se ajusta a la verdad. Esto es común y es la base del conocimiento auténtico y verdadero. Algo semejante le pasó a Jesús en la escena que nos narra el evangelio de este domingo. Es un diálogo con sus discípulos sobre lo que piensa la gente para luego pasar al campo de lo personal, de la respuesta que ellos deben dar conforme a la verdad. La pregunta sobre lo que piensa la gente acerca de Jesús la podríamos llamar, usando el lenguaje actual, un sondeo de opinión. La manera cómo los discípulos responden refleja el sentir de la gente. Unos piensan que es Juan el Bautista, otros que Elías, otros que alguno de los profetas. Hoy, algunos dirían que era un subversivo, un agitador, un iluso, un hombre buena gente un poco ingenuo. Hasta ahí, las cosas suceden normalmente. Lo que viene a continuación va al fondo de la cuestión. La pregunta, soltada así, espontáneamente los sorprende “y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?”. Me imagino lo que pudieron pensar los discípulos, se sentían retados, debían dar una respuesta adecuada, pero no encontraban cuál podía ser. Aparece Pedro, el espontáneo, el franco y le dice “tú eres el Mesías”. Era una verdadera profesión de fe, reconocer lo que Jesús realmente era, la misión que tenía. En otras versiones, la respuesta de Jesús reconoce esa fe de parte de Pedro. Vale la pena preguntarnos sobre la manera como vemos a Jesús, qué pensamos de Él, cuál es el significado de Jesús y su misión en la vida de cada uno de nosotros. Es cierto que podemos quedarnos en lo externo, en lo que otros dicen, sin llegar a comprometernos, a afirmar lo que realmente significa para nosotros, lo que nos compromete. Así lo hacen muchos, se quedan en repetir las respuestas que dan otros, o dan rodeos que no comprometan, o buscan evasivas para evitar la confrontación. Se apela a la conciencia, a la verdad, para poder responder. Pienso que si yo me hubiera encontrado en la situación de los discípulos podría haber respondido más o menos de la siguiente manera “Jesús es la mayor pregunta que tengo en mi interior, y al mismo tiempo, es la respuesta a las preguntas más profundas que hay en mi interior”. Esto tiene una razón, un sentido, pues Jesús es la persona que hace que la vida que llevo, lo que hago, lo que busco en la vida, tenga razón de ser. Me siento colaborador de la misión de Cristo como sacerdote, como jesuita y como persona. No importa lo que haga, lo que cuenta es que eso que hago es el medio para hacer realidad la vocación de servicio a la cual me siento llamado diariamente por el Señor. En la segunda parte del texto, Jesús reprocha a Pedro por tratar de disuadirlo de ir a la pasión. Le dice “apártate de mí, Satanás, porque no juzgas según Dios, sino según los hombres”. Afirma, además que el seguimiento de Jesús pasa por la cruz, que quien quiera seguirlo, como dice San Ignacio “deberá estar con Él en la pena, para después acompañarlo en la gloria”. Qué respuesta le darías tú a esa pregunta ¿quién es Jesús para ti?
No discriminemos
Con frecuencia nos encontramos en situaciones complejas: personas que nos simpatizan y otras que nos parecen antipáticas, hablamos de ricos y pobres, de blancos y negros, de partidarios de un partido o de otro, de creyentes de una religión u otra, de diferencias de género en términos laborales y muchas otras formas que utilizamos. Todas ellas hacen referencia a formas de discriminación, de exclusión. Esto nos lo presenta el texto de la segunda lectura de este domingo tomada de la carta del apóstol Santiago. Habla de la discriminación en cuanto a cuestiones externas entre dos tipos de personas que llegan a la reunión litúrgica. De fondo no hay cosa alguna por la cual merezca ser discriminado el uno, con la consecuente ofensa, mientras el otro es tratado, como lo dice el mismo texto “con favoritismo”. El mismo apóstol afirma “son inconsecuentes y juzgan con criterios malos”. Si analizamos nuestra manera ordinaria de proceder debemos reconocer que tenemos muy a flor de piel, el asumir esas mismas actitudes, con las consecuencias que conocemos: establecer diferencias y exclusiones, la mayoría de las veces en forma injusta, afectando a las personas de tal manera que llegan a pensar que son personas de segunda categoría, de inferior rango y calidad que aquellas que reciben trato preferencial. Considero que cuando asumimos estas actitudes, de una u otra manera, estamos siendo injustos e intolerantes, porque renunciamos a hacer vida en nosotros la aceptación de la diversidad y el enriquecimiento que la misma conlleva. El texto en mención nos hace caer en la cuenta de esto cuando nos dice “Dios ha elegido a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman”. Y la primera lectura nos dice “Dios viene en persona, se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará”. Más aún. El pasaje del evangelio de este domingo, cuando Jesús hace oír y hablar a un sordomudo, la gente llega a afirmar “todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos”. La actitud de Jesús hacia los débiles, enfermos y necesitados fue siempre de un profundo amor, de hacer suyo su dolor, de comprender el mal que los aquejaba, dándoles no solo la salud física sino la fortaleza espiritual que nacía de la fe que había en ellos. Su opción estuvo siempre del lado de los más necesitados, de los verdaderamente pobres de la sociedad de su tiempo, de aquellos que sus coterráneos discriminaban. El los acoge, come en su casa, los cura y les muestra todo un camino de salvación. Por eso, escandalizó a muchos y no lo comprendieron. Si queremos tener un país más amable, más justo y más fraternal, estamos llamados a luchar en contra de toda forma de discriminación y exclusión. Esto comienza por el uso del lenguaje que sea inclusivo y no sexista, pasando a nuestras actitudes y estilo de vida, aunque no sea fácil, así nos exija una continua revisión de vida. Intentémoslo.
¿De dónde sale la maldad?
El panorama de la realidad mundial nos estremece. Vemos corrupción, violencia, caos, desorden por todas partes. No comprendemos por qué suceden tantas cosas. Lo que antes considerábamos cómo sagrado, hoy no lo es; más aún se lo desprecia y se ridiculiza. Llegamos a opinar que la gente que actúa correctamente puede considerarse como una especie en vía de extinción. Los noticieros parecen la narración de tragedias y de problemas por todas partes. Leer un periódico estremece por la cantidad de noticias negativas que encontramos. Y uno puede preguntarse el porqué de tantas situaciones negativas. Surge entonces el pasaje del evangelio de este domingo. Siempre hemos pensado que lo que hace daño es lo que entra por la boca. Así lo expresa Jesús en el evangelio “nada que entre de fuera puede dañar al hombre”. Lo que sigue a continuación nos da la clave “lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro”. El Señor hace un enunciado de todo eso cuando afirma “del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre”. Creo que no hay diferencia entre ese enunciado y la realidad que vemos en los noticieros, escuchamos en la radio o vemos en la televisión. Cuando se nos dice que lo “que mancha es lo que sale de dentro, del corazón de cada persona” comprendemos que ahí está el secreto. No podemos colocar fuera de nosotros la responsabilidad de nuestras decisiones, el resultado del ejercicio de la libertad como don que nos ha sido dado. La intencionalidad está dentro de nosotros, la capacidad de discernir es nuestra. Somos nosotros quienes decidimos qué hacer y qué evitar, cómo nuestras decisiones afectan a los demás, en qué medida podemos causar daño a otros o evitarlo. Siempre he pensado que los seres humanos buscamos buscar a quién echarle la culpa de lo que nos sucede o nos afecta. No nos gusta asumir la responsabilidad de nuestros actos. Es la eterna historia de la libertad humana y del ejercicio de la misma. Eso lo llamamos “disculpa” porque colocamos en otra persona esa responsabilidad, cuando es nuestra y solo nuestra. Eso le sucedió a Adán y Eva en el paraíso, pues la serpiente cargó con la culpa de lo que había sido una libre decisión. Que había habido una insinuación –lo que llamamos tentación- es verdad, pero de ahí a echarle la responsabilidad hay un gran abismo. Preguntémonos siempre dónde está la maldad, o mejor, en qué medida podemos ser causantes de maldad para que asumamos la responsabilidad que nos corresponde y no andemos buscando culpables donde no los hay, o de otra manera, cuando somos nosotros los responsables, léase culpables, de lo que hacemos o dejamos de hacer y, por lo tanto, de los efectos que puedan causar en otras personas. Así, la vida será más honesta para nosotros.
Tips para el abordaje de la convivencia escolar
La convivencia escolar presenta numerosos desafíos cotidianos para nuestra comunidad educativa. Con el propósito de facilitar esta tarea y aclarar los modos de proceder, la oficina PCCP (Promoción de una Cultura Consistente de la Protección) tiene el gusto de invitar a los colegios de la Provincia a la charla virtual «Tips para el Abordaje de la Convivencia Escolar» el próximo viernes 13 de septiembre de 7:30 a. m. a 9:00 a. m. Contenido: 1. Marco Normativo: Una revisión de la Ley 1620 de 2013 y su aplicación en el contexto escolar. 2. Revisión de Casos: Análisis de tres casos prácticos que servirán para contextualizar y profundizar en la normativa. 3. Tips de Buenas Prácticas: Recomendaciones sobre el Comité de Convivencia Escolar y los manuales de convivencia. Inscripciones a más tardar el miércoles 11 de septiembre con Patricia Santamaría al correo: oficinapccp@jesuitas.org.co
Encuentro de directores de formación de los colegios de Acodesi
Del 12 al 17 de agosto, La Asociación de Colegios Jesuitas de Colombia –Acodesi– organizó un encuentro de directores de formación de los nueve colegios asociados, junto con los nueve coordinadores del Servicio de Atención Escolar -SAE-, para seguir trabajando en red. Al evento asistieron además el presidente de la FLACSI, tres rectores, una asistente de rectoría, una coordinadora de Pastoral, un coordinador de Bienestar, el equipo de Acodesi y el asistente para la Educación. La Casa de Convivencias Villa María en Fusagasugá acogió a cerca de las 47 personas que participaron de todo el país. Durante el encuentro, se abordaron tres ejes de trabajo: la formación integral, el currículo y la inclusión desde la perspectiva de la diversidad y bajo la metodología del discernimiento. Con la ruta de trabajo, se fomentó principalmente la construcción de cuerpo, la unión de ánimos en las obras educativas y la integración entre las áreas de formación y el SAE, con el fin de apostar de manera íntegra a la formación integral de los estudiantes y no desde miradas distintas e irreconciliables. Para la red, la presencia de los directores y coordinadores del SAE fue muy importante porque ellos son los garantes, junto con el rector, de que la educación de los colegios de la Compañía de Jesús apuesten por la formación integral e integradora de los estudiantes. Estos espacios aseguran una propuesta de calidad adaptada a las necesidades y en constante actualización. No obstante, esto también requiere escuchar las voces de profesores, estudiantes, padres de familia y demás miembros de la comunidad educativa para construir la formación de manera comunitaria. “Nos queda pedirles a todos y todas que sigan orando para que sea el Espíritu el que nos muestre el camino y nos acompañe en este caminar”, expresó el equipo de la Asistencia de Educación de la red.