Llegó Navidad
Cada año recorremos el mismo camino. Comienza el adviento, llega la Navidad, celebramos el nacimiento del Dios hecho hombre. Pero, ¿sucede algo especial en nuestras vidas, cambia algo significativamente? La respuesta a esta pregunta nos da la clave para entender lo que debe significar en nuestras vidas el hecho de la encarnación de Dios, como el niño de Belén, el hecho de su nacimiento en el pesebre de Belén, es el acontecimiento más grande que podamos celebrar quienes tenemos fe: Dios se ha hecho uno de nosotros, igual en todo, menos en el pecado. Y todo eso ha sido posible por el sí de María, por la aceptación que ella dio a lo que Dios le manifestó por medio del ángel. Fue algo discernido desde la experiencia de fe y tratando de responder a una pregunta: ¿Qué quería Dios de ella en ese contexto? No fue algo ingenuo sino ponderado y meditado. Hoy, nosotros, que vivimos en el siglo XXI tenemos el peligro de olvidarnos de las cosas trascendentales de la vida, de los acontecimientos que se dan en el silencio de la vida de las personas pero que tienen hondo significado para muchos. Creo que es el caso de la Navidad, del nacimiento de Jesús. Ocurrió en el silencio de la noche, como dice el libro sagrado “cuando todo estaba en silencio, vino, Señor, tu palabra”. Ese hecho cambió la historia de la humanidad. Tanto, que la historia se partió en dos y a partir del nacimiento de Cristo el tiempo se cuenta antes de Él y después de Él. Nadie más puede decir eso. Y el acontecimiento ocurrió en un establo, donde los animales descansaban, porque como nos dice el evangelio “no había lugar para ellos en la posada”, refiriéndose a María y a José junto con el niño que estaba por nacer. Ese milagro del Dios hecho hombre se realiza también cada día cuando el sacerdote por las palabras que pronuncia hace posible el hecho de transformar el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre del Señor. Es, por decirlo de alguna manera, una nueva encarnación, un nuevo meterse Dios en nuestra historia, un acontecer para ser nuestro alimento y nuestra bebida. Algo semejante ocurre cuando ese mismo Dios se nos manifiesta en las personas, especialmente en las más pobres y necesitadas, en aquellas que la sociedad no determina y que excluye con gran facilidad. En esas personas Dios realiza también el milagro de hacerse presente en el rostro del que sufre, de quien no tiene trabajo, de quien pasa hambre, de quien está triste o desconsolado. Pienso en este momento en los centenares de miles de damnificados que ha dejado la temporada invernal que hemos vivido; duro e inclemente, que ha dejado sin nada a muchas familias. Para ellos no hay Navidad porque lo han perdido todo, en algunos casos, también seres queridos a quienes lloran con desconsuelo. Son los rostros de Cristo que nos dice que Él está en el hermano que sufre, que tiene problemas y espera de nosotros un gesto solidario de amor y comprensión. No podemos sentirnos tranquilos celebrando la Navidad si, al mismo tiempo, no hacemos algo por los hermanos que sufren y que nos necesitan. Allí también, en ellos, se hace presente, se encarna el Niño de Belén. No cerremos el corazón a semejante dolor, dejemos que nos interpele y nos cuestione, para que sintiendo su necesidad podamos decir de corazón ¡FELIZ NAVIDAD!
El sí de María y nuestro sí
Siempre me ha llamado la atención el momento en el cual una persona presta juramento bien sea para asumir una responsabilidad, o un cargo, para dar testimonio o declaración sobre algo. Me pregunto si la persona es consciente de ese “sí, juro” que pronuncia y que es un verdadero compromiso de vida. Me inquieta si, con el paso del tiempo, la persona evalúa la manera como ha cumplido dicha promesa y las implicaciones que conlleva el no dar cumplimiento a la palabra empeñada. He llegado a pensar que muchos de esos juramentos se centran en el cumplimiento –cumplo y miento- porque externamente se da la impresión de estar cumpliendo la palabra empeñada, pero interiormente, la realidad es muy distinta, porque no hay coherencia entre lo dicho y la manera como se procede. No es ese el caso de la virgen María, personaje central de las lecturas de este domingo. El Sí que ella dio fue incondicional, significó jugarse la vida toda en función de la misión que había recibido: ser la madre de Dios. Y de verdad que la cumplió. Lo arriesgó todo, lo entregó todo y se puso en las manos del Señor “para hacer su voluntad”, para “cumplir las cosas como se las había dicho el ángel”. Por eso, el reconocimiento de su prima Isabel no se hace esperar, surge de lo más profundo del corazón “dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá”. Es lo mismo que enfatiza la segunda lectura, tomada de la carta a los Hebreos, citando las palabras del salmo 39 “aquí estoy yo para hacer tu voluntad”. Por eso, María se constituye en modelo del creyente y del discípulo. Del creyente porque se fía plenamente de la palabra que se le ha manifestado, y la ha acogido como la manifestación de los planes de Dios sobre ella. Es modelo del discípulo porque una vez que la palabra ha sido acogida pone todos los medios a su alcance para que sea cumplida dicha palabra. Se convierte en un ejemplo para nosotros, nos interroga acerca de lo que hacemos cuando conocemos lo que Dios quiere de nosotros, cuál es su voluntad. Surge entonces la pregunta sobre nuestra disponibilidad y diligencia para hacer lo que esté en nuestras manos para cumplir y hacer realidad esa voluntad. El punto clave está en la actitud más que en las palabras. Nos acercamos a la celebración de la Navidad, quedan cinco días. ¿Cómo hemos dispuesto nuestro corazón para que Jesús nazca en cada uno de nosotros? ¡Qué estamos haciendo para ser verdaderos creyentes y discípulos? ¿Cómo podemos ser más coherentes en nuestra vida? De la respuesta que demos a esas preguntas podemos ver si estamos en la línea de dar un sí incondicional, que corresponda a lo que decimos y pensamos, o nos estamos quedando en la línea del cumplo-y-miento, con lo cual se estaría generando un desajuste interior. Dar el sí a ejemplo de María es asumir un compromiso de vida, como lo deben hacer los esposos en su matrimonio, como lo debemos hacer los sacerdotes en nuestro ministerio, como lo deben hacer las religiosas y religiosos en su vida consagrada, como lo deben hacer los laicos en sus tareas diarias. ¿Es tu sí incondicional?
Asamblea de formación 2024
Desde el pasado jueves 5 de diciembre hasta el sábado 7, nos encontramos en la finca San José de Potosí, 55 jesuitas vinculados a la formación: novicios, escolares, presbíteros en espera de últimos votos, formadores y profesores de los nuestros, el Provincial, el administrador provincial y el asistente para la formación. Como había jesuitas colombianos que venían de otras Provincias, especialmente los de Guadalajara quienes hacen su filosofía en el ITESO, y los de Brasil, quienes hacen su teología en la Faje, de Belo Horizonte, y como también había jesuitas del Centro Interprovincial de Formación de Bogotá que pertenecen a otras provincias, nuestro primer momento de encuentro se llevó a cabo con una amena presentación que cada uno había preparado con un muy breve video. Si quienes leen esta nota quisieran conocer algo de los participantes al encuentro, el link a la carpeta de videos (por etapa o grupo), se encuentra al final de esta nota. El encuentro fue muy variado porque tuvimos momentos de oración, reflexión personal, conversación espiritual en pequeños grupos, deporte, juegos, bingo, y un momento de escuchar y conversar con el provincial y con el saliente asistente de formación. Las mañanas del viernes y del sábado fueron los momentos más reflexivos: un retiro (viernes) en torno al agradecimiento que nos produce sentirnos parte de la historia, que en la Provincia Colombiana hemos conmemorado en el contexto del Centenario, y la esperanza a la que nos impulsa contemplar esa historia a la que contribuimos con fidelidad creativa. Como texto inspirador, tuvimos la carta que escribe el 7 de noviembre de 1924 a todos los jesuitas y hermanos de la naciente Provincia, quien fuera el primer Provincial, el Padre Jesús María Fernández, SJ. La mañana del sábado giró en torno al asunto de la “formación para la misión”, preguntándonos de qué manera estamos percibiendo que la formación recibida y de la que todos somos responsables, nos está preparando para la misión. Como texto inspirador tuvimos el texto de la Fórmula del Instituto, pues este texto se convierte en el horizonte que da sentido a las numerosas formulaciones en los años recientes sobre los desafíos de la misión, a saber, las Preferencias Apostólicas Universales y el Plan Apostólico de la Provincia. Nuestras eucaristías fueron sin duda momentos importantes para recoger las mociones que fuimos experimentando en los momentos de oración y conversación. La del día viernes la tuvimos por las Vocaciones a la Compañía, con un formulario creado por la CPAL para tal propósito, y la del sábado, con el formulario de la eucaristía de San Pedro Claver, patrono de la Provincia. Quedamos muy agradecidos por la fraternidad y la amistad que el Señor ha venido construyendo entre nosotros a lo largo de los años, justamente a través de nuestros diferentes caminos en la Compañía de Jesús. Muy agradecidos también con todos los que hicieron posible nuestra acogida en la finca de Villeta, con el cuidado de los espacios y la comida, especialmente al administrador Jorge Castro y a su equipo en la casa, con doña Julia y el señor Novier a la cabeza. Link a los breves videos de presentación: https://bit.ly/3VEQrZZ
¿Qué debemos hacer?
Ante las situaciones complejas, ante los problemas, ante las dificultades, se plantean muchas alternativas de solución, se muestran caminos diferentes. Todo el mundo opina, sugiere, propone. Queda una pregunta que es clave, ante esa problemática, esa situación ¿qué debemos hacer? Es la misma pregunta que le hacen a Juan Bautista los distintos grupos de personas que se acercan para escucharlo o para recibir el bautismo de conversión. No pensemos que es una pregunta de rutina, es una pregunta de fondo, va al núcleo del problema y se coloca en la línea del compromiso de vida. Uno de los grupos es el de la gente común, de aquellos que forman parte de la comunidad sin destacarse o ejercer un liderazgo particular. Son esas personas que encontramos a diario, que desean superar las dificultades, buscar lo mejor para sus seres queridos, de ahí surge la pregunta ¿qué debemos hacer? La respuesta de Juan es clara “quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo”. El sentido de esta respuesta no es otro que el de invitar a la solidaridad, a sentir como propia la necesidad del otro, representada en el hecho de no tener túnica e invitar al otro, al que tiene dos túnicas, a compartir. Es uno de los valores claves de quien quiere ser seguidor de Jesús, ser solidario. El segundo grupo es el de los publicanos, personas no muy bien vistas entre los judíos, pues trabajaban para los invasores y dominadores, para el imperio romano. Ellos hacen la misma pregunta y la respuesta es concisa “no cobren más de lo establecido”. Aparece dentro de este contexto el sentido de la justicia. Se reconoce el deber de pagar los impuestos, pero lo que no se acepta es que se obre con injusticia. Qué distinta es esa realidad a lo que vemos en nuestro mundo. Evasión de los impuestos, malversación de fondos, corrupción, mordidas y demás maneras de ser injustos y deshonestos. Es un reclamo a ser justos y a obrar con justicia. El tercer grupo de personas forma parte de una de las instituciones que garantizan el orden y la defensa de los derechos de los ciudadanos, los soldados. En nuestra sociedad ellos tienen una responsabilidad de defender la vida, honra y bienes de quienes conforman dicha sociedad. Ante la pregunta que le hacen, Juan Bautista responde “no extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario”. Esta respuesta pareciera como si fuera la respuesta a los problemas que hemos vivido recientemente en nuestro país. Por un lado es el valor de la verdad el que se promueve y, por otro, el respeto a la persona, a su dignidad y sus derechos. Pero la enseñanza no se queda ahí, va más allá. Juan acepta cuál es su misión “bautizar con agua”, pero él mismo lo reconoce “ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle la correa de las sandalias”. A la verdad se une el valor de la humildad, reconocer lo que uno es y puede, cumplir su misión y no pretender ser más o hacer más. Y termina el texto diciendo que “con estas y muchas otras exhortaciones anunciaba al pueblo la Buena Nueva”. ¿Podemos decir lo mismo, promovemos los mismos valores, somos mensajeros de esa Buena Nueva, nos preguntamos qué debemos hacer? ¿Cuál sería la respuesta para nuestra situación y contexto?
Lanzamiento de los libros conmemorativos de los 100 años de la Provincia Colombiana
#InvitaciónLanzamiento de los libros conmemorativos de los 100 años de la Provincia Colombiana:– Así en la tierra como en el cielo de Fernán González, SJ– Nosotros ampliamente confirmados de Jairo Bayona, SJ– La Compañía de Jesús en Colombia 1924-2024. Una historia a varias voces.Fecha: martes 03 de diciembreHora: 04:00 p. m. a 06:00 p. m.Lugar: Auditorio Jaime Hoyos. Pontificia Universidad Javeriana Entrada libre
100 años de Misión Ignaciana. Episodio 18: Jesuitas en el cuidado de los mayores y enfermos
#Estreno¡Escucha el episodio 18 de 100 años de Misión ignaciana!Jesús Prieto, SJ, superior de la Comunidad Enfermería San Alonso Rodríguez, nos invita a vivir un momento de oración y nos comparte cómo se desarrolla el apostolado de la oración en las enfermerías de la Provincia, en un ambiente de acogida y compartir fraterno. Asimismo, agradece al Señor por este tiempo de gracia.CréditosAnfitriónJesús Prieto, SJ, superior de la Comunidad Enfermería San Alonso RodríguezIdea OriginalAntonio José Sarmiento Nova, SJRealizaciónCentro ÁticoPontificia Universidad JaverianaVoz en off de introducción y despedidaMaría Alejandra Rojas MatabajoyDiseño gráficoLaura Valentina Souza GarcíaDaniela Alzate FérezComisión litúrgica Conmemoración 100 añosAntonio José Sarmiento Nova, SJEnrique Alfonso Gutiérrez Tovar, SJJosé Rafael Garrido Rodríguez, SJMiguel Navarrete Tovar© 2024
100 años de Misión Ignaciana. Ep 17: Jesuitas y la administración de los recursos económicos y materiales
#Estreno¡Ya pueden escuchar el episodio 17 de 100 años de Misión Ignaciana!José Leonardo Rincón Contreras, SJ, quien presta sus servicios como administrador provincial nos invita a entablar una conversación con el Señor para pedir la gracia de utilizar los bienes propios de la Compañía para la misión de «amar y servir a los demás».CréditosAnfitriónP. José Leonardo Rincón Contreras, SJAdministrador ProvincialIdea OriginalAntonio José Sarmiento Nova, SJRealizaciónCentro ÁticoPontificia Universidad JaverianaVoz en off de introducción y despedidaMaría Alejandra Rojas MatabajoyDiseño gráficoLaura Valentina Souza GarcíaDaniela Alzate FérezComisión litúrgica Conmemoración 100 añosAntonio José Sarmiento Nova, SJEnrique Alfonso Gutiérrez Tovar, SJJosé Rafael Garrido Rodríguez, SJMiguel Navarrete Tovar© 2024
100 años de Misión Ignaciana. Episodio 16: Jesuitas en el mundo de la comunicación
#EstrenoGabriel Jaime Pérez, SJ, colaborador del Hospital Universitario San Ignacio de Bogotá, eleva una oración de gratitud por el camino recorrido en el apostolado de la comunicación y nos comparte una breve evolución de los distintos medios de la Provincia.AnfitrionesP. Gabriel Jaime Pérez Montoya, SJColabora en el Hospital Universitario San Ignacio, PUJ, BogotáIdea OriginalAntonio José Sarmiento Nova, SJRealizaciónCentro Ático Pontificia Universidad JaverianaVoz en off de introducción y despedidaMaría Alejandra Rojas MatabajoyDiseño gráficoLaura Valentina Souza GarcíaDaniela Alzate FérezComisión litúrgica Conmemoración 100 añosAntonio José Sarmiento Nova, SJEnrique Alfonso Gutiérrez Tovar, SJJosé Rafael Garrido Rodríguez, SJMiguel Navarrete Tovar©2024
100 años de Misión Ignaciana. Episodio 15: la formación de los jesuitas de la Provincia
#Estreno ¡Escucha el episodio quince de 100 años de Misión Ignaciana! Jorge Camacho, SJ, acompañante y superior de la comunidad de formación San Francisco Javier, hace un recorrido por las etapas de la formación jesuita y nos invita a orar por las vocaciones, y por los jóvenes jesuitas que se encuentran cursando sus estudios. Anfitrión P. Jorge Camacho, SJ Superior comunidad de formación San Francisco Javier Idea Original Antonio José Sarmiento Nova, SJ Realización Centro Ático Pontificia Universidad Javeriana Voz en off de introducción y despedida María Alejandra Rojas Matabajoy Diseño gráfico Laura Valentina Souza García Daniela Alzate Férez Comisión litúrgica Conmemoración 100 años Antonio José Sarmiento Nova, SJ Enrique Alfonso Gutiérrez Tovar, SJ José Rafael Garrido Rodríguez, SJ Miguel Navarrete Tovar ©2024
100 años de Misión Ignaciana. Episodio 19: Un Centenario de misión, a la mayor gloria de Dios
#Estreno ¡Conoce el episodio diecinueve de 100 años de misión Ignaciana! En el último episodio del podcast, el P. Hermann Rodríguez, Provincial de la Compañía en Colombia, nos comparte una reflexión sobre todo lo acontecido durante las celebraciones del centenario y ofrece al Señor «los tiempos pasados, los tiempos futuros y el trabajo realizado» en este tiempo. «Queremos avanzar hacia una realidad social, eclesial y humana de mayor plenitud para todos. Ese es el sueño de los jesuitas y laicos vinculados con el cuerpo apostólico de la Compañía tenemos hoy», compartió. Créditos Anfitrión P. Hermann Rodríguez, SJ Provincial Idea Original Antonio José Sarmiento Nova, SJ Realización Centro Ático Pontificia Universidad Javeriana Voz en off de introducción y despedida María Alejandra Rojas Matabajoy Diseño gráfico Laura Valentina Souza García Daniela Alzate Férez Comisión litúrgica Conmemoración 100 años Antonio José Sarmiento Nova, SJ Enrique Alfonso Gutiérrez Tovar, SJ José Rafael Garrido Rodríguez, SJ Miguel Navarrete Tovar ©2024